* Comenzó con Fidel y siguió con Duarte * Desde 2012 tenían su ubicación * Y lo dejaron actuar * Políticos y empresarios, su séquito * Chagra, Jesús Moreno, Ramón Ortiz, Piquitos, López Mora * ¿Vive aún el autor de la masacre de los niños? * Cayó Stalin * Patalea Héctor * Brenda y los préstamos * Nanchital: riesgo de parálisis
Entre viandas y trago, la clase política y jet-set a sus pies, Hernán Martínez Zavaleta, alias El H, construyó un mundo violento —secuestro, droga, combustible robado, extorsión— gozando por once años de impunidad. Y sabiendo dónde ubicarlo, los del poder y los que no, lo dejaron actuar.
Zeta mayor en la región, acusado de una masacre, la de los cuatro niños y sus padres en la colonia Nueva Calzadas, en la zona pobre de Coatzacoalcos, el 24 de junio, Hernán N, como lo categoriza el gobierno, o Comandante H, o El H, o bien Jorge Martínez López, su otro alias, hoy está en prisión, bajo resguardo de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de la Delincuencia Organizada.
Lo detuvo la Procuraduría General de la República, el jueves 29 de junio, en Tabasco, cerca de los límites con Veracruz, junto con dos cómplices, Víctor Manuel “N” y Juan Adiel “N”, a quienes se les decomisaron un “arma de fuego corta, dos granadas, un kilogramo aproximadamente de una sustancia con las características propias del cristal y un vehículo”, según comunicado de la PGR.
Le imputan la masacre de los niños. Habría sido una revancha por el asesinato de su lugarteniente, Bernardo Cruz Mota, el viernes 23, en la colonia Benito Juárez Norte de Coatzacoalcos. Un día después, ultimaron a los menores, a su padre, el taxista Clemente Martínez, y a su madre, Martidiana N.
Hay un audio —refiere una versión de manejo restringido—. Se escucha la voz del Comandante H. En él se pudo corroborar que El H ordenó la ejecución a sus sicarios, detallando cómo les quitarían la vida a los menores.
Otros viven un infierno distinto. Son los que a lo largo de once años fueron cómplices silenciosos: políticos y hombres de poder, empresarios y dirigentes sindicales, autoridades municipales y jefes policíacos, periodistas y deportistas, la runfla que sabiendo del impacto violento de sus acciones, lo dejaron hacer, le permitieron actuar, decidieron callar.
Sin Fidel Herrera Beltrán, de 2006 a 2010, el Comandante H no habría iniciado su ascenso en el mundo del hampa. Sin Javier Duarte, de 2010 a 2016, no se habría consolidado como el jefe regional de Los Zetas.
Decidía el cobro de piso, la extorsión a empresas y comercios, a antros y restaurantes en la zona del malecón, a profesionistas y gente de trabajo, a empleados. Decidía el tráfico de droga. Decidía el secuestro. Decidía el robo de combustible.
Once años, desde 2006, fue impune.
Una ficha sobre vida delictiva revela que el gobierno siempre supo dónde ubicar al Comandante H. Y no lo tocó. El documento lleva el logo del gobierno de Tabasco y de su Secretaría de Seguridad Pública.
Cita la ficha tres domicilios: Pino Suárez 1305, Emiliano Zapata 1315 y Agustín Lara 611, Colonia Benito Juárez Norte, y detalla datos generales del H, los de su esposa, hijos, padres y hermanos, una de ellas con título de doctora.
Refiere el documento que el 7 de marzo de 2012 se le detuvo. Elementos del Ejército lo intervinieron. Le acompañaba Bernardo Cruz Mota y escoltas. Viajaban en dos camionetas, una Honda Pilot 2001, y una Toyota Highlander 2011. Les fue asegurada una pistola Pietro Beretta calibre 9 milímetros. El H exhibió una credencial apócrifa con su rostro y el nombre de Jorge Martínez López.
Remitido a Nayarit y recluido en el penal El Rincón, enfrentó un juicio corto. Luego abandonó la cárcel y se alejó brevemente de su actividad delictiva. Habría de regresar con mayor brío e impunidad.
Hay errores en la ficha técnica del Comandante H. Lo mismo le imputan ser jefe zeta que integrante del Cártel de Sinaloa o del Cártel del Golfo, bandas antagónicas.
Hay dos datos relevantes: su función en la organización y una posible traición al cártel.
“Según información extraoficial —dice la ficha técnica— operaba las redes de información para el grupo delictivo de los zetas y coordinaba operaciones financieras y el cobro de extorsiones.
“Posteriormente fue enviado al Penal de Nayarit, donde estuvo recluido un año. Se especula que su liberación fue producto de una negociación a cambio de datos que llevaran a otras capturas”.
En otro parte de la ficha técnica, se explica: “no es molestado porque tiene la protección de autoridades federal, estatal y municipal”.
De esa complicidad habló el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares:
“En el caso concreto de Coatzacoalcos, se está estudiando la posibilidad —la posibilidad, reitero— de que algún mando o algunas personas al servicio de la seguridad o de la procuración de justicia de la Fiscalía General del Estado pudieran tener algún vínculo con esta organización. Hasta el día de hoy no está acreditado. Lo que sí está acreditado es que El H operaba en Coatzacoalcos desde 2006 con absoluta libertad.
“Se vinculó con personas dedicadas a actividades empresariales en Coatzacoalcos que sabían perfectamente bien la actividad que desarrollaba y que no solamente no la denunciaron, sino que se prestaron a aparecer como propietarios de bienes que realmente eran propiedad de este delincuente”.
Más adelante Yunes azul agregó:
“Estamos investigando a profundidad su vinculación con diversas personas, personas que prestaban su nombre para que negocios obtenidos a partir de actividades ilícitas pudieran operar como negocios lícitos en Coatzacoalcos”.
Aludía a un gimnasio y un restaurant. El sábado 1, Golden Bull y Port House, ligados al Comandante H fueron clausurados por la Procuraduría General de la República, removiendo los recuerdos que la sociedad que convivió con él y lo encumbró desearía borrar.
Del gimnasio Golden Bull, inaugurado hace un año, decían las reseñas del evento:
“Golden Bull es un gimnasio equipado con lo más moderno en aparatos y programas para acondicionamiento muscular y mejoramiento de la salud”. Su propietaria es la familia Martínez Mayo.
A su inauguración, el 11 de marzo de 2016, acudieron los boxeadores profesionales, Mariana “La Barbie” Juárez, campeona mundial y sex simbol en revistas para caballeros, y Marco Antonio “Quetzalcóatl” Peribán, así como el fisicoculturista profesional Federico Boysselle.
Se ubica en un edificio propiedad del dirigente político y empresario, Roberto Chagra Nacif, un inmueble atractivo de cuatro plantas, ubicado sobre la avenida Lázaro Cárdenas casi esquina Allende, en el centro de Coatzacoalcos. Antes, durante el gobierno de Fidel Herrera Beltrán, fue la Oficina de Hacienda del Estado.
La familia Martínez Mayo, vía terceros, arrienda dos pisos del edificio.
Port House es un restaurant propiedad de Roberto Chagra, asociado con los empresarios Alejandro Matiano Molinar y Pepe España Quintero, inaugurado el 9 de septiembre de 2015.
Su padrino fue el ex candidato priista al gobierno de Veracruz, Héctor Yunes Landa, vinculado por igual a Fidel Herrera que a Javier Duarte, “mi jefe político”.
A todo lujo —y precios por las nubes—, Port House ofrecía “cortes Prime y Premium, cocina internacional, cava selecta, lights show, mixología, DJ Oldies y muchas sorpresas más”, según la reseña de la inauguración.
No se advierte, hasta ahora, cuál sería la participación del Comandante H en el restaurant de Roberto Chagra. Una fuente ligada a la investigación señala que habrían indicios de blanqueo de capitales.
Circundaban al H, políticos y adinerados, empresarios y restauranteros, lo más granado de la sociedad.
Uno de ellos, Roberto Chagra Nacif, sobre el que pesa la mayor liga, es presidente del Partido Verde Ecologista de México en Coatzacoalcos, ex candidato suplente a diputado federal, ex sindico municipal, ex director de Carreteras Estatales en el gobierno fidelista, director de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento y dueño de la filial del equipo de futbol Tiburones Rojos de Veracruz.
Y es su arrendador.
Propietario del edificio que dio cabida al Golden Bull, Chagra es aludido por Yunes como prestanombres y socio de Hernán Martínez Zavaleta, encubridor de sus negocios con presunto lavado de dinero.
Otro negocio de Chagra, el Once Once, era frecuentemente visitado por El Comandante H, incluso el día de su inauguración, el 16 de junio de 2016, estuvo presente. Hubo invitados de lujo, el alcalde Joaquín Caballero y varios regidores municipales, así como empresarios y lo más granado del jet-set.
Sus socios eran Alberto Rodríguez y su esposa Lucy Ruiz. Su administración estuvo a cargo de Beba Chagra, prima del ex funcionario fidelista.
Cerró dos meses después, el 18 de septiembre, poco después que otro jefe zeta, apodado El Caballero, rival del H, iniciara una serie de secuestros y levantones, el asesinato de Luis Lazcano Meza, cuyo cadáver apareció con un mensaje contra los hermanos Roberto y José Antonio Chagra y el mismo Hernán Martínez Zavaleta.
“Les vamos a dar donde más les duele”, decía el texto. “Así como ustedes también se pasan de #$%%# con las familias, también nosotros. Empresarios vinculado con los Zetas”.
Huyeron los Chagra y muchos otros del jet-set. Y cuando El Caballero fue ejecutado, todo parecía volver a la normalidad. Parecía…
Aquella inauguración del Golden Bull fue memorable. El H era un dios, un dios que protege a sus hijos.
Entre los políticos que gozaron posando la fotografía con el H, se hallaban Víctor Rodríguez Gallegos, brazo derecho y operador del ex alcalde Marcelo Montiel Montiel, del que fue Secretario de Gobierno y más tarde encargado de la administración y finanzas en la Secretaría de Desarrollo Social estatal y en la delegación de la Sedesol federal en Veracruz. Contendió para diputado local por el PRI, en 2016, y perdió ante Morena.
Otro, Ramón Ortiz Cisneros, empresario del transporte, cetemista, rival de Carlos Vasconcelos Guevara, desligado del PRI, incrustado en la campaña del PAN-PRD a la alcaldía de Coatzacoalcos, con resultados desastrosos.
Pretendió que su esposa Claudia Karina Bonilla fuera síndica desplazando a la panista Maritza Ambrosio, sin lograrlo. Su hermana Mariela fue candidata a regidora por el PRD, quedando fuera de toda posibilidad. El gobierno yunista le concedió la delegación de Patrimonio del Estado, en sur de Veracruz.
Jesús Moreno Delgado, ex candidato a presidente municipal por el PAN-PRD en Coatzacoalcos, marcelista, ex director del DIF en el ayuntamiento de Joaquín Caballero y antes secretario de gobierno con Marcos Theurel Cotero, aparece posando la fotografía con el H en un partido de futbol.
Otro, Félix López Mora, delegado de Tránsito en Cosoleacaque, también posa la fotografía. Priista, fue diputado local suplente en 2012. Quiso ser candidato de la alianza PAN-PRD en 2017 pero fracasó. Lo acogió el futuro alcalde, Cirilo Vázquez Parissi.
Uno más, David Arreola Sam, dueño del restaurant Piquitos, uno de los más selectos en comida de la costa y de altísimo precio. Su sonrisa junto al H lo dice todo.
Y así el historial del H, de la mano del jet-set y el círculo político, construyendo un mundo violento y ligado a sus empresas.
Fueron once años de impunidad.
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Archivo muerto
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¿Vive o no Alaín López Sánchez, alías “La Liebre”, presunto autor material del crimen de los cuatro niños en la colonia Nueva Calzadas? Por el sicario ofreció el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, un millón de pesos. Habría sido el encargado de ejecutar al taxista Clemente Martínez, a su esposa y cuatro hijos, por órdenes de Hernán Martínez Zavaleta, el Comandante H, en venganza por el crimen de su lugarteniente, Bernardo Cruz Mota. “La Liebre” o “El Orejón”, según datos circulan en redes sociales, era matón del Berna. Cuentan los que saben que ya no habita el mundo de los violentos, ni de los que hablan, ni de los que respiran… Insostenible, Stalin Sánchez Macías cae y arrastra a Héctor Yunes. Duró apenas cuatro días como coordinador de asesores de la Fiscalía Anticorrupción, vilipendiado por su pasado duartista, por el saqueo a Veracruz, los millones pagados al consorcio periodístico de los Heraldos por aplaudir y callar, por las prebendas y dádivas, un terreno vía una treta legaloide con el que Javier Duarte favoreció al primo de su esposa Karime. Y luego a la Fiscalía Anticorrupción. ¿Para blindar a quién? Trascendió su renuncia este domingo 2, aunque se hizo efectiva con fecha el 27 de junio. Se fue entre fuego verbal, rechifla y denuesto, los improperios que suscitó su aberrante designación. Héctor Yunes Landa, el senador que lo impulsa, admite la derrota y patalea, encara a la presidenta del Congreso de Veracruz, Mariely Manterola Sáenz, imputándole nexos con el duartismo y exige la renuncia de un asesor de la diputada, igualmente marcado por el gobierno de Javier Duarte. Qué show el del fallido candidato priista al gobierno de Veracruz, aquel que se inmortalizara con su frase icónica: “Javier Duarte es mi jefe político”. Y que el duartismo se infiltre en las instituciones… De salida, Brenda Manzanilla sólo espera que los créditos fluyan, previo aval del Congreso de Veracruz, que le alleguen recursos para realizar obra, vialidades que demanda la población de Nanchital. De entrada, Zoila Balderas Guzmán, alcaldesa electa por el PAN-PRD, sabe que sólo con financiamiento bancario podrá realizar un digno papel. Se sabe que va por 50 millones de pesos. Su escollo está en el cabildo municipal, donde sólo tiene el voto del síndico Mincho Ávalos y tendrá que convencer a Morena y al PRI, quizá a Movimiento Ciudadano, una vez que el Órgano Público Local Electoral determine a qué partido se le asigna la tercera regiduría. Si el PAN logra tener mayoría en el cabildo —tres de cinco votos—, caminará en las nubes; si no, habrá que ver la capacidad de la futura alcaldesa, hija del extinto líder petrolero, Francisco Javier “Chico” Balderas Gutiérrez, para negociar. Una tercera vía es jalar al regidor priista, Francisco Balderas Pérez, su primo, para sacar proyectos y evitar que el ayuntamiento entre en una profunda parálisis…
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