Histriónico, Luis Ángel Bravo Contreras llegó al Congreso de Veracruz. Buscaba reflectores. Llevaba su egolatría, la metrosexualidad. Y nada más. Olvidó que en un juicio de desafuero, como en una instancia legal, cuentan las pruebas, y los hechos, y sobre todo, la verdad.
Nada nuevo llevó al Congreso donde se desahoga el juicio de desafuero contra el alcalde de Medellín de Bravo, Omar Cruz Reyes, sobre quien pesa la imputación de ser el autor intelectual del crimen del periodista Moisés Sánchez Cerezo, levantado y asesinado el 2 enero en El Tejar.
