Nahle ahora embiste al hijo de López Obrador

* La jauría, rabiosa por el caso Yunes  * Nahle increpa a la cúpula obradorista    * Vasconcelos: buen negocio, perder contra Morena  * Avalancha arrastra a directora del Itesco  * Doble derrota del notario Alejandro “D”  * Aspirante a candidato tiene cuatro denuncias pendientes

Tan corrosivo es el caso Yunes que tiene a Rocío Nahle con un derrame de bilis, la furia y los odios en Morena, Gómez Cazarín expeliendo sapos y hasta una “fundadora” del narcopartido increpando a Andy, el heredero político de López Obrador.

“Le falta, le falta mucho”, vocifera la “fundadora”, aduladora de la gobernadora. “Y si López Obrador nos está viendo, que se lo diga a su hijo”.

La jauría de Rocío Nahle anda suelta. Y muerde.

Anda rabiosa, tan rabiosa como la gobernadora de Veracruz, por el pacto con los Yunes, porque un voto traidor no sólo hizo pasar en el Senado la reforma judicial sino que la cúpula obradorista los purificó.

Y se engalla la jauría increpando a Andrés Manuel López Beltrán por la afiliación de Miguel Ángel Yunes Márquez a Morena, porque saben lo que entraña el pacto, porque dimensionan lo que vale la traición yunista al PAN, a su gente, al proyecto de oposición. Y ese precio en Morena ya lo comenzaron a pagar.

A las puertas del café La Parroquia, en el puerto de Veracruz, lanzan pestes contra Luisa María Alcalde Luján, lideresa nacional de Morena. Y amagan. Habrán de tomar oficinas y volver a marchar.

Y la “fundadora” le receta al célebre Andy López Beltrán que aún le falta mucho, que se ponga a caminar con la gente.

La jauría es el espejo de Rocío Nahle. Encendida, la broza guinda trasluce soberbia.

La jauría es el reflejo de la gobernadora espuria, tan altiva, tan engreída que sueña con arrodillar a Andy y a Luis María Alcalde, y de paso a Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña, los operadores de López Obrador.

Amén de lo hilarante que es, el espectáculo describe el drama interno de Morena, la guerra civil, las ínfulas de Rocío Nahle que se ve con tamaños, usando a sus peones, para embarrarle el reclamo en el rostro al propio López Obrador.

En Nahle se conjugan soberbia y cobardía. Lanza a la secta, incluso a interpelar a Andy López Beltrán, mientras ella se agazapa en la penumbra.

Herida, aplastada, provocó la estampida arguyendo una necedad: los Yunes no representan los ideales de Morena. ¿Cuáles? Robar, mentir, traicionar. Sí los representan.

Cuando vio a los Yunes salvar la reforma judicial de López Obrador –la captura y pulverización del Poder Judicial–, la gobernadora advirtió que el pacto la iba a rebasar. Y así fue.

Vio al ex gobernador panista, Miguel Ángel Yunes Linares, ir al Senado a desdecirse de sus críticas a Morena, a reverenciar el proyecto judicial que él mismo combatió, a tragarse sus palabras con que en campaña atacaba al Plan B de López Obrador, a olvidarse que llamó despectivamente Hitler, Mussolini, Pinochet a Andrés Manuel.

Sintió el harponazo al ver a Chiquiyunes convertido en secretario de la Comisión de Justicia del Senado y luego en presidente de la Comisión de Hacienda, pues desde ahí puede hurgar en Dos Bocas, investigar la gran estafa, los negocios urdidos por el clan de los compadres de Nahle, los Quintanilla, los Fong, los Suárez, los Vadillo, los Pintos. El atraco fue, en conjunto, de 13 mil millones de pesos. Y Chiquiyunes los tiene en la mira.

De la nada prudente boca de Nahle ha brotado rabia y reclamo. Que en Morena Veracruz los Yunes no tienen cabida. ¿Qué es eso de Morena Veracruz? ¿Acaso otro partido político porque el que fundó Andrés Manuel lleva por nombre Movimiento de Regeneración Nacional, Morena a secas, y ahí no manda la zacatecana que gobierna Veracruz.

La altanería de Nahle se vierte enviando a sus mascotas a la zona de guerra. Juan Javier Gómez Cazarín, delegado de Bienestar en Veracruz, eructando diatribas contra el senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara, que también tiene lo suyo, por olvidarse de su combate a los Yunes, su desmemoria sobre la carpeta azul, un ardid que ni el propio López Obrador usó para encarcelar al jefe del clan. 

El enanito Gómez Cazarín olvidó que la investidura es la investidura, que un delegado federal representa al gobierno federal, que su voz, su alharaca, resonando en los drenajes morenistas salpica a Claudia Sheinbaum, la presidenta que lo designó.

Otro miembro de la recua es Esteban Ramírez Zepeta, líder etéreo, intangible, de Morena en Veracruz, usado también por la atribulada gobernadora para levantar el muro que impida que los Yunes se les cuelen en esa aldea de odios y pasiones que es el partido de López Obrador.

Todo iba mal y se puso peor. Ahora Nahle ya no increpa sólo a Adán Augusto, ni lo arenga a asumir las consecuencias de la afiliación de Chiquiyunes, sino que dirige un coro contra Andy López Beltrán. Mañana quizá le mienten su madre al Peje.

Manuel Huerta, en cambio, le puso el cascabel. Si se trata de mandar a revisión la afiliación de Yunes Márquez a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, de una vez que se revisen las afiliaciones previas porque la peste a pantano no se puede disipar.

Habría que revisar, por ejemplo, el pasado priista de Ricardo Ahued, secretario de Gobierno de Nahle; la de Anilú Ingram, hoy aspirante a alcaldesa de Veracruz por Morena, quien siendo diputada priista hace un año denunciaba corrupción en el gobierno morenista; el pasado priista, fidelista y duartista de Pepín Ruiz, quien también quiere la candidatura de Morena por el puerto jarocho.

Si Nahle quiere hurgar, que le busque a la historia panista de Domingo Bahena Corbalá, ex diputado local que luego se fue con Duarte y ahora es peón de Morena como secretario general del Congreso de Veracruz. O las trapacerías del multipartido, Paul Martínez Marié, figura detestada en Perote pero útil para Morena.

La desmemoria de Rocío Nahle es selectiva. Olvida cómo Morena se confabuló para hacerla candidata al gobierno de Veracruz pisoteando la Constitución local.

Morena, el Peje, Andy, Sheinbaum, Luisa María, Adán, Monreal, Noroña, todos fueron cómplices cuando la hicieron candidata de Morena al gobierno de Veracruz sabiendo que era inelegible, que violaba la Constitución local, que no es nativa del estado ni hija de veracruzanos. Pero entonces no les lanzó a la jauría. La mafia la acuerpó.

Nahle es tremendamente osada y profundamente ignorante. La purificación de los Yunes no se tejió en los mandos medios o en la cúpula de Morena. No es obra de Andy, ni de Luisa María, ni de Adán Augusto. La bendición llegó desde “La Chingada”, el rancho del maximato de López Obrador.

Y ahora le muerde la mano a Andrés Manuel.

 

METADATO

 

Tercer intento, tercer negocio. Y Carlos Vasconcelos juega de nuevo al rival más débil o a ganar perdiendo. Ya es de risa que el pseudolíder obrero, magnate de los contratos con Odebrecht y Braskem, le tire a ser alcalde de Coatzacoalcos por el PRI. Lleva dos derrotas al hilo y quiere más. No se inscribe en el proceso interno para ganar la elección del 1 de junio porque lo suyo, en realidad, es negociar y perder, ser oposición a modo, comparsa de carnaval, el que convalida la elección amañada, un árbol seco que cae a pedazos. Vasconcelos es el opositor ideal, a la medida de la 4T, el que presume que con Rocío Nahle hay manera de estar bien. Más tardó en ser barrido en las primeras dos elecciones –2017 y 2021– que los contratistas cetemistas se enchufaron a las obras faraónicas e inservibles de la 4T, algunos de ellos en Dos Bocas donde Nahle construyó la única refinería del mundo que no refina. Al PRI sólo le falta un empujón para pasar a mejor vida y en Coatzacoalcos Vasconcelos ya está puesto para retirarle el respirador… Una avalancha desciende sobre el Itesco y no es de nieve sino de lodo y corrupción. Arrastra a Lorena Martínez Cabrera, su directora, de quien se esperaba luz y lustre, el rescate de la institución luego del mundo de trapacerías vivido con Bulmaro Salazar Hernández, cuando se agolparon las broncas y hasta un presunto daño patrimonial de 70 millones de pesos, según reveló Lorena Martínez. Días después, la bola de nieve comenzó a crecer y se volvió avalancha, y desciende a velocidad de ráfaga, siendo acusada de abusar de su posición, de conculcarle a los alumnos el derecho a vender alimentos en el interior del plantel, que servía para que estudiantes, sobre todo foráneos, se ayudaran con sus gastos y así poder cursar su carrera universitaria. Y le reclaman el destino de los recursos producto de inscripciones. Y le echan en cara la falta de servicio del sistema de aire acondicionado. Y se actualizan aquellos contratos otorgados por el nefasto rector de la Universidad Tecnológica del Sureste, en Nanchital, Miguel Hernández Linares, que suman casi medio millón de pesos al mes, en los que el beneficiario sería un pull de empresas ligado a un familiar de Lorena Martínez. La crisis mediática, sobre todo en redes, ha estallado las minas explosivas en el Itesco. Este lunes 3 los estudiantes tomarán acciones. Alzarán la voz. Exigirán la educación de calidad que se les prometió. Y la avalancha arrollará a Lorena Martínez. Todo por no escuchar… Doble fracaso del notario Alejandro “D”: pierde custodia de su hijo y pierde demanda por daño moral. Salió maltrecho del juicio de amparo que invalida el depósito judicial que le permitía mantenerse a su cargo a su hijo, arrancado con triquiñuelas a su madre. El Juzgado 14 de distrito –juicio 672/2024– le regresa la custodia a la mamá del menor. Alejandro “D” ha venido violando los horarios fijados por un juez, Luis Daniel Ruiz Guerrero, que lo consintió y al final se declaró incompetente para continuar con el caso. Otra sentencia, ésta en la Segunda Sala del Tribunal Superior de Justicia, determinó que Alejando “D” no sufrió daño moral por la denuncia que le interpuso su ex pareja por violencia intrafamiliar. Alejandro “D” se dejó pedir 10 millones de pesos –originalmente en su demanda la cifra era de 30 millones– por un daño moral que nunca existió. También interpuso otra denuncia por robo de un anillo de compromiso y por robo de su patente como notario, que decía tener en su domicilio y no en la notaría como indica el protocolo. Ambos casos los perdió. Su caso es insólito. Alejandro “D” está vinculado a proceso y aún así no lo han retirado de la notaría; está vinculado a proceso y un juez balín le concedió tener la custodia de su hijo. Los agravios contra su ex pareja son de escándalo proviniendo de un fedatario público, pero las aguas comienzan a volver a su nivel… ¿Quién es ese aspirante a alcalde de Coatzacoalcos sobre quien pesan cuatro denuncias, una por sustracción de menores y otras por daño en propiedad ajena, daño en bienes públicos y amenazas? Una pista: no es de Morena… 

 

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Fotos: La Política Online, Imagen de Veracruz