Moisés Saenz y Javier Duarte

Moisés Sánchez: el quinto periodista desaparecido en Veracruz

* Moisés Sánchez levantado  * Para Javier Duarte sólo es taxista y activista vecinal  * Theurel y Lu-pilla en el Jurásico * ¿Será la suplente?  * El Cisne: de la diputación a la minigubernatura  * Víctor Rodríguez a Xalapa  * Gloria Santos y la diputación  * La política ensucia y destruye  * El funcionario y la mansión de 5 millones

Como sea, al precio que sea, Javier Duarte está empeñado en que el levantón a José Moisés Sánchez Cerezo no entre a la estadística de violencia, persecución, hostigamiento y agresión contra periodistas. No lo quiere en su indigno récord.Categoriza al director del semanario La Unión como un “taxista y activista vecinal”, un personaje que “tiene una página de Facebook” porque, dice el gobernador de Veracruz, no se le demerita pero “hay que decir las cosas como son”.
Perverso, repelente a toda crítica, intolerante y hasta descalificador de la prensa independiente, Javier Duarte de Ochoa ya se embrolló en otro caso de agresión a un comunicador.
Su prensa, la duartista, llama a Moisés Sánchez “divulgador de noticias” que difundía información a través de “su blog en internet”. Obvia la intención de no llamarle periodista.
Moisés Sánchez fue levantado el viernes 3 a eso de las 19:00 horas. Varios individuos llegaron hasta su hogar, en El Tejar, congregación del municipio de Medellín de Bravo. Allanaron el lugar, la fuerza por delante, y lo levantaron. Hasta la medianoche del domingo 4 nada se sabía de él.
Periodista por vocación, Moisés Sánchez lleva 20 años en el oficio. Sus primeras denuncias fueron hojas sueltas que repartía entre la población. Al tiempo logró editar La Unión, un semanario de salida irregular que, sin embargo, resume el sentir de la población contra el abuso de autoridad, la corrupción y la indiferencia oficial.
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Aguerrido en tierra inhóspita, Moisés Sánchez un día abordó un tópico que es lumbre para el gobierno de Veracruz: la creación de guardias vecinales y vecinos vigilantes para enfrentar la inseguridad, sin control los delincuentes, rebasada la autoridad.

Lo quisieron desmentir. Lo negó el alcalde de Medellín, Omar Cruz Reyes y la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz, según reveló el periodista Ignacio Carvajal en blogexpediente.mx. Moisés Sánchez exhibió entonces videos en que se veía el patrullaje de los vecinos en sus colonias, gente armada, cubiertos del rostro y exhibiendo machetes en mano. Los subió a internet y nadie lo pudo refutar.
Irritó al gobernador priísta Javier Duarte. También al alcalde panista Omar Cruz. Su hijo Jorge Sánchez sostiene que el edil estaba molesto por la difusión de información que advertía abandono, calles destrozadas y la aparición de dos ejecutados el día de su informe de actividades, según revela Noé Zavaleta, corresponsal de la revista Proceso en Veracruz. Omar Cruz externó tres días antes que le daría un susto.
El tema de las autodefensas fue abordado en la primera protesta de los periodistas independientes veracruzanos en torno a la desaparición: “A bombardear la cuenta de tuiter del @HAytodeMedellin, donde fue secuestrado esta noche el periodista y activista veracruzano‪ #‎MoisesSanchez, editor del periódico barrial La Unión. El periodista había denunciado grupos de autodefensas en el municipio de Medellín debido a la inseguridad y el presidente municipal (con historial de golpeador) estaba molesto. A exigirle a su twitter al gobernador @Javier_Duarte (viejo enemigo de los periodistas) y al procurador @LuisAngelBravo que lo entreguen vivo y sano”.
En dos días, el “levantón” de Moisés Sánchez ha acudido de nuevo a Javier Duarte. Lo tiene al borde de un ataque de nervios, dispuesto a lo que sea con tal de descalificar su labor periodística, a negarse a llamarlo periodista, a referirse a él como “taxista y activista vecinal”.
La Unión, el semanario de Moisés Sánchez, es un periódico de batalla, crítico, referente de los habitantes de El Tejar, Medellín y Puente Moreno, en la conurbación con el puerto de Veracruz y Boca del Río. Desnuda la realidad social, el abandono de la autoridad, el desprecio al pueblo, la arbitrariedad como expresión de prepotencia.
Su otra vitrina son las redes sociales. La Unión de Medellín es el espacio en Facebook en que Moisés Sánchez tiene el contacto frecuente con sus lectores, a falta de recursos para la edición impresa. Ahí ejerce la crítica. Describe los rezagos, la falta de obra o el atropello a la sociedad.
Por eso Javier Duarte dice que tiene una página en Facebook. Y sí la tiene, pero no por eso deja de ser periodista. Obtusa la mente del gobernador de Veracruz, desde su concepción sitios como Reporte Índigo y Sinembargo.mx no serían portales periodísticos.
Se le cuestiona que descalifique a Moisés Sánchez y responde: “Yo nunca dije que se demerita, simplemente hay que decir las cosas como son”.
Pero así no son las cosas. Ser taxista le permitió a Moisés Sánchez tener una forma honrada de agenciarse recursos y financiar La Unión. No dispone de ingresos por publicidad y los ejemplares los distribuye personalmente y de manera gratuita. Su labor no se pervierte con convenios que el gobierno usa para amordazar. “Hay que decir las cosas como son”.
No es periodista, según el gobernador de Veracruz, pero para darle carpetazo al caso sí se toca su oficio de comunicador. Tiene en la mira al alcalde panista de Medellín de Bravo, Omar Cruz Reyes, a quien le hará efectiva la presunta amenaza de que le daría un susto por sus publicaciones. O sea, el levantón habría obedecido a su labor periodística.
Con 10 periodistas muertos en su récord sexenal, el gobernador de Veracruz gira de nuevo en el torbellino del escándalo. Es ríspida su relación con la prensa crítica. Se le retrata a diario, a la luz el desastre financiero, el caos político, la corrupción que insulta, el rezago social, la inseguridad brutal, la violencia que no cesa, sus ocurrencias, sus disparates, su estrecha visión.
Javier Duarte se empeña en deslizar que Moisés Sánchez Cerezo no es periodista. “Es taxista y activista vecinal”, dice. “Tiene una página en Facebook”, agrega. No es demeritarlo, pero “simplemente hay que decir las cosas como son”.
Lo aturde saber que otro periodista es víctima de violencia. Quiéralo o no, desaparecido, levantado, el director del semanario La Unión está ya en la estadística obscena del gobernador de Veracruz, la de la agresión, el hostigamiento y la violencia.
Dicen que es cuestión de horas para saber el desenlace. A ver.

Archivo muerto

Cimbra, sacude al marcelismo que Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— y su inseparable Lu-pilla Félix se placeen en “su” Coatzacoalcos. Irrumpieron en la función de 8:30 a 9:30 en el Parque Jurásico, el viernes 2, activando las alarmas en el feudo de Marcelo Montiel Montiel, el delegado de Sedesol federal en Veracruz con ínfulas de cacique urbano sin cuajar pues un cacique real no tiene que pactar con sus enemigos, ni ceder, ni condescender, y él sí lo hace. Theurel y la princesita de Minatitlán llegaron, pueblearon y lanzaron el mensaje: ¿Lu-pilla se va a meter en la disputa por la diputación federal por Coatzacoalcos? ¿Será que Lupe Félix termine siendo la suplente de Víctor Rodríguez?… Plan A de Javier Duarte: enviar a Alberto Silva Ramos a contender por la diputación federal en Tuxpan y en 2016 imponerlo como candidato a la minigubernatura de dos años. Cómplices en abusos contra integrantes del medio periodístico, Javier Duarte y el Cisne Silva suponen que se puede llegar así de fácil para ejercer control sobre los grupos políticos, tapar corruptelas y asegurar los recursos que servirán para la gubernatura en 2018. Silva pasó por Sedesol estatal, una mina de oro que antes tuvo en sus manos Marcelo Montiel. Ahora es el Plan A del gordobés. El Plan B es Erick Lagos y es proyecto de Fidel Herrera, el ex gobernador de Veracruz. Todo queda en la misma corriente. Y mientras, los Yunes rojos —Pepe y Héctor— sólo la ven y se resignan para la del 2018, si es que para entonces todavía tienen aire para soplar… Llamado urgente, el sábado 3, del PRI estatal a Víctor Rodríguez Gallegos. Se hallaba en Coatzacoalcos. Poco después de mediodía, sonó su celular. Era Elizabeth Morales García, presidenta del tricolor. Minutos después partió hacia la capital de Veracruz. Quienes militan en sus afectos dicen que la cita era para concretar la candidatura a diputado federal por el distrito XI de Coatzacoalcos. Y que ya no hay vuelta atrás… No imagina Gloria Santos Navarro en qué infierno se anda metiendo al pretender ser candidata a diputada federal por Coatzacoalcos bajo las siglas del Partido Acción Nacional. La política es sucia; destruye honra y prestigio; acaba fortuna. Enloda lo que está limpio, expuesta la vida personal al efecto del torbellino mediático y al ataque sin escrúpulos de los adversarios, en esta ocasión el marcelismo y hasta un sector del panismo resentido. Ha construido una imagen personal la presidenta de la Fundación Casa de Amor, dedicada a la atención de niños con cáncer, reconocidísima su labor, pero la política la puede sepultar en tan sólo una campaña. No van a faltar los que acusen a la estimada Gloria de que Casa de Amor fue usada como plataforma para de ahí saltar a la política. No es así, pero por ahí la van a golpear. Lástima… ¿Quién ese político que sin mesura y sin pudor construye palacete de 5 millones de pesos en el fraccionamiento Paraíso, producto, claro, de su diario contacto con el dinero de una monumental partida presupuestal, o sea, dinero de los coatzacoalquenses? Les debo la pista…

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