* Ruptura teatral y pactada * Beltrones recula * Más audios que exhiben a Yunes Landa * “Mi jefe político es el gobernador” * El palacio en Valle de Bravo * Los prestanombres y la familia * La hija del candidato y el zeta * UV: se arruga el gobernador * PRI emite convocatoria * Víctor Rodríguez contra Amado
Patético, no hay secreto que guarde Javier Duarte. Hasta las rupturas pactadas las revela, hasta la simulación de un deslinde lo ventea, hasta la farsa de que el precandidato del PRI es un crítico de su gobierno, la desnuda. “Yo mismo le pedí (a Héctor Yunes) que empezara a criticarme”.
Se incrimina y se absuelve, ajeno al impacto de sus palabras, destrozando la estrategia mediática del precandidato Yunes Landa de un alejamiento, el castigo para los que han saqueado a Veracruz, cárcel para los pillos que podrían generarle una derrota al PRI.
¡Critícame, Héctor, critícame!
No hay veracruzano aguzado que crea en la ruptura oficial. Subido el tono del discurso hectoryunista, refiere que hay que sanear y castigar. Lo dice primero sin alusiones personales, apenas de refilón, imitando tímidamente a su rival y primo, el panista Miguel Ángel Yunes Linares, que promete cárcel a los que desviaron el dinero tomado de las arcas públicas. Sólo que Yunes azul sí los identifica: Javier Duarte, Fidel Herrera y sus pandillas.
Es el discurso carcelario el que vende y como buen árabe, Héctor Yunes también también es dado a traficar con la esperanza.
Luego le pregunta Joaquín López Dóriga en Radio Fórmula si encarcelaría al gobernador de Veracruz, Javier Duarte, compañero en el PRI.
A él también, sentencia Héctor Yunes sin mencionarlo por su nombre, sin mayores juicios, sin hincar el diente en la deuda pública, los 120 mil millones de pesos, en los 35 mil millones de pesos detectados por la Auditoría Superior de la Federación, parte de los cuales han merecido ya denuncias penales ante la Procuraduría General de la República.
Sacudido Veracruz por Don Beltrone, el líder nacional del PRI, que expresara que Javier Duarte debe dar la cara, hablar con la verdad a los veracruzanos y rendir cuentas, en declaración al periódico Reforma, el martes 23, Javier Duarte ni se inmuta.
Le cuestionan a Javier Duarte la embestida que ahora le dirige Héctor Yunes y lo explica con una simpleza: “Yo le pedí que empezara a criticarme”.
Debe, según el gobernador, evitar cargar con el peso de su gobierno. O sea, con la violencia sin freno, con la complicidad de la policía veracruzana con el crimen organizado, con los levantados y secuestrados, con las ejecuciones diarias, con el endeudamiento criminal y el desvío de recursos públicos, los que contabiliza la ASF y los que provienen de otras fuentes, destinados a comprar elecciones, a construir fortunas malhabidas y comprar impunidad.
¡Critícame, Héctor, critícame!
Descarada, la farsa entre Héctor Yunes y Javier Duarte queda a la vista. La exhibe el desgobernador con un desliz, uno más, como aquel de que Peña Nieto, el presidente de México, le pidió encargarse de la sucesión en Veracruz.
Entonces explicó por qué: él, Javier Duarte, es el único amigo que tiene Enrique Peña Nieto en Veracruz.
No se sabe si es mitómano o está desquiciado, o las dos, pero a raíz de tanto desliz la prensa nacional comenzó a poner los ojos en Veracruz, hurgó en su vida, desentrañó sus alcances, atenta a las locuras de un enfermo que detenta el poder sin freno y sin mesura.
Manlio Fabio Beltrones Rivera lo había puesto contra las cuerdas. Debe rendir cuentas y hablar con la verdad, expresó el líder del PRI.
Sentenciaba su suerte. Era el mensaje de que debía salir del gobierno de Veracruz y mitigar la presión sobre el precandidato Héctor Yunes, trasladados los negativos de su gobierno al abanderado del PRI.
Eso fue el martes 23. Un día después, don Beltrone matizaba, corregía, reculaba. No hablaba de Javier Duarte sino de cualquier gobernador que debe entregar buenas cuentas. Lo está haciendo bien y debe esmerarse en hacerlo mejor, dijo el líder del PRI.
Pues no. Cuando le preguntó la prensa que si apoyaba a Javier Duarte, su respuesta fue tajante: “Nosotros estamos respaldando a Héctor Yunes como candidato”.
Se entendió que el PRI le daba la espalda, que debía retirarse a tiempo, que tomara una salida airosa. Y así fue el martes 23.
Algo echó para atrás a Beltrones. Alguien, quizá Peña Nieto, lo mostró como difícilmente se le ha llegado a ver: obligado a retroceder.
Complacido, decía el miércoles 24 Javier Duarte: “¿La declaración de hoy? Creo que mata a la declaración de ayer, y la declaración de hoy deja muy clara la postura del presidente del Partido Revolucionario Institucional a nivel nacional”.
Nadie se precia de haber sometido a Beltrones. Javier Duarte sí. No deja el gobierno o lo dejará cuando quiera. Quizá cuando se lo pida Peña Nieto, quizá ni entonces. Quizá cuando le hayan garantizado una cuota de impunidad.
¡Critícame, Héctor, critícame!
Vilipendiado, zarandeado como nunca, Héctor Yunes simula un rompimiento con Javier Duarte, endurecido el discurso, reclamando cárcel para los pillos que le podrían provocar una derrota, hablando por los desvalidos.
Le responde Miguel Ángel Yunes, el virtual candidato de la alianza PAN-PRD, que es una farsa, que Héctor Yunes pertenece a esa mafia, que hay acuerdo entre quienes siempre han tenido el mismo proyecto, el mismo interés, agraviando a la sociedad, quebrando a Veracruz.
Dice Yunes Linares en MVS, en el espacio de Alejandro Cacho, que la campaña de Héctor Yunes la paga Javier Duarte y que los “supuestos enfrentamientos entre ellos son acordados”.
Yunes azul fue a más. Exhibió audios en los que se escucha a Héctor Yunes respaldando las acciones de gobierno de Javier Duarte, lanzando elogios desmedidos, serviles.
Pésimo día para el precandidato del PRI, objeto de burla porque los desfogues verbales de Javier Duarte revelan que la ruptura es una farsa pactada.
“El candidato del PRI se volvió antiduartista. Es antiduartista recién nacido. Va muy abajo en las encuestas. Le recomendaron que se lanzara contra mí y que se lanzara contra Duarte”, dijo Miguel ángel Yunes.
Y exhibió dos audios en que se escucha a Héctor Yunes. El primero refería:
“Lo que Javier Duarte ha hecho por Veracruz, que es mucho. Javier Duarte tomó al estado en terribles condiciones financieras y ha sido de lo que mejor ha hecho: transparencia, orden, la gente le tiene confianza. La ONU, el Banco Munidal le ha hecho un reconocimiento mundial particularmente por lo que ha hecho por parte del combate a la pobreza”.
Uno más:
“Si en algo sirvo al gobierno del estado y en lo particular al señor gobernador… Yo estoy a las órdenes. Se lo he dicho a él en lo personal y lo he dicho en privado y en público: Javier Duarte es mi jefe político, porque es mi gobernador y es de mi partido”.
Yunes Linares resumió:
“Queda muy claro que evidentemente no hay en él (Héctor Yunes) ningún ánimo de sancionar a Duarte. Por el contrario, él tiene una vinculación totalmente orgánica con el PRI y con Duarte”.
Agregó:
“El PRI está totalmente podrido en Veracruz. Hay ocho ex secretarios de finanzas denunciados ante la PGR…
“Decirle a los veracruzanos que el PRI va a cambiar, que el PRI es vengador, no se puede. La vinculación del PRI con Duarte es estructural, y la vinculación del candidato del PRI con Duarte es estructural, es orgánica. Él (Héctor Yunes) es el candidato de Duarte y del PRI”.
Otros dos frentes le abre Yunes azul al desgobernador: su transformación de oruga a murciélago y el uso de sus familiares y amigos para encubrir el latrocinio, el saqueo, el robo.
Entró sin un peso al gobierno de Veracruz y hoy posee, vía Moisés Manzur, un palacio en Valle de Bravo, el mejor de los palacetes, con dos helipuertos, con caballerizas que ya quisiera la reina de Inglaterra, alberca para caballos. Si algo corrompe es el poder.
No es tonto Javier Duarte aunque lo parece. No se quema la manos atesorando riqueza. Para eso están, dice el candidato de la alianza PAN-PRD, sus amigos y la familia, están Manzur, Jaime Porres, Franky García, los del cobro de derecho de piso a inversionistas, los que ya volvieron a Veracruz.
Mal y malas, a Héctor Yunes le cae de todo: los embates de Yunes azul, las infidencias de Javier Duarte, su pasado vergonzoso, servil a Fidel Herrera y al mismo gordobés. Y ahora la fotografía de su hija con un Zeta.
Circula la imagen en las redes sociales. Se trata de Pepe Gallina, alias José Francisco Camacho León, en prisión unos días, entonces al servicio del líder sindical cañero Modesto Trujillo Herrera, eterno dirigente de la Sección 23 del sindicato azucarero con sede en El Potrero. Otros dos supuestos malosos estaban ahí.
Se viraliza la fotografía. Reacciona la hija de Héctor Yunes y aclara. “Fui en representación de Hector Yunes Senador de la República, a darles un saludo a todos los obreros cañeros que celebran el fin de la Zafra”.
Luego las frases con que se exime:
“Desconozco quien sea Pepe Gallina y desconocemos sus cartas de buena conducta”.
Otra:
“Somos una familia muy unida, que trabajamos por ayudar a mi papá a poder llegar a la mayor cantidad de lugares posibles para estar cerca de la gente que confío y confía en él”.
Apeló a sus valores, a su formación, a su ignorancia de quién estaría ahí, cerca del líder cañero, cerca de ella misma.
Hay más, pero el tema arde. Sacude a Atoyac y alrededores. Sacude al PRI y a su precandidato.
No bajó la fotografía. Pidió la joven Yunes Yunes no agregar más. Y ahí quedó.
Molido a golpes, a Héctor Yunes lo destroza su primo Miguel Ángel, lo desnuda Javier Duarte y una fotografía compromete a su hija. Nada le sale bien.
¡Critícame, Héctor, critícame. Y la farsa quedó al aire.
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Archivo muerto
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Políticamente destrozado, recula Javier Duarte. Lo sacuden los universitarios, sus razones, sus reclamos, su fuerza moral. Salen ellos a las calles, en Xalapa, repudian el asedio insultante a la Universidad Veracruzana, que pague lo que debe, unos 2 mil millones de pesos, que cese la agresión, la soberbia del Ibero que no entiende el sentido de la universidad pública, el afán de acabarla, ahogándola en deudas, inviable su vida académica sin el subsidio oficial, federal y estatal. No pudo el gordobés impedir que los universitarios ejercieran su derecho a protestar, tomando Plaza Lerdo o Plaza Regina Martínez, y mientras ellos se pronunciaban, mientras expresaban cuanto lo detestan, dio a conocer su iniciativa para dotar de autonomía presupuestaria a la UV. Ajá. Primero que pague lo que debe, que no maquille su fobia y el desprecio que trasluce hacia lo que representa la UV. Recula en su actitud altiva, retadora, intransigente, cuando el Senado de la República lo conmina a liquidar lo que adeuda. Recula Javier Duarte en medio del escándalo, atrapado en el ridículo, el descrédito, vapuleado por el embate de los universitarios, la integridad de la institución, la fragilidad del desgobierno duartista. Jueves 25, mal día para Javier Duarte, denostado en la marcha oficial, la sí validó la rectora Sara Ladrón de Guevara. Viernes 26, mal día para el gobernador si los universitarios de todo Veracruz, como se espera, salen a exigir que dé fin a la agresión y deje de hostigar. Esa es la marcha no oficial. Como en el 68, cuando la base universitaria habló y cimbró a un país… Emite el PRI su convocatoria y abre el juego de las postulaciones. Postulará en solitario en 17 distritos; en cinco más tendrá prioridad, apoyado por los partidos con los que se ha coaligado, y los ocho restantes la nominación se la deja a los partidos de la alianza “Para Mejorar Veracruz”. Reserva candidatos a diputados locales surgidos de sus filas en los distritos Tuxpan, Álamo, Poza Rica, Papantla, Xalapa I y II, Boca del Río, Medellín, Cosamaloapan, Santiago Tuxtla y Minatitlán. Algunos priistas llegarán a propuesta de los partidos satélites con los que conforma la alianza “Para Mejorar Veracruz”, el Verde, Panal, AVE, Partido Cardenista, las rémoras de la democracia, de alto costo para el erario público. Ritual con tintes de burlesque en el que se verán caras fidelistas y duartistas, sólo para confirmar que Héctor Yunes no representa nada nuevo, atado a sus patriarcas y padrinos, a sus verdugos de 2010, Fidel Herrera y Javier Duarte, a los que les debe la senaduría que le sirvió, también con un altísimo para el erario, como plataforma hacia la candidatura a gobernador… Paso al vacío el que da Víctor Rodríguez Gallegos. “Estamos listos”, dice el operador número uno de Marcelo Montiel, emulando a Héctor Yunes Landa, acérrimo enemigo del marcelismo desde siempre, cuando Gonzalo Guízar Valladares era su referente en Coatzacoalcos, pero al que MMM y Rodríguez Gallegos usan para llegar al Congreso y luego a la alcaldía. “Estamos listos” pregona el ex subdelegado de la Sedesol en Veracruz, quien aparece en primerísimo lugar en las denuncias interpuestas por el senador Alejandro Encinas Rodríguez, ex del PRD, por desvío de recursos de programas sociales federales, vía robo en cajeros bancarios en que fueron pillados un par de delincuentes con tarjetas y contraseñas, y obras fantasma de las cuales dan santo y seña. “Estamos listos” dice Víctor Rodríguez para lo que será la madre de todas la batallas, enfrentado al efecto Yunes Linares y a la figura de Amado Cruz Malpica, ex diputado federal, abogado reconocido, de altísima solvencia moral, una figura de la izquierda que pasó por el pantano de la política nacional y no se manchó. “Estamos listos”, alardea Víctor Rodríguez sin pertenecer al distrito 29, el Coatzacoalcos Urbano, por el que pretende contender, violando el Código Electoral, por lo que ya fue denunciado y pronto habrán de aportarle más elementos de juicio al órgano electoral…
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