* El baño de sangre * Tres periodistas muertos en el último año * Gobernar entre mentiras * Ni un crédito ha contraído, dice * Alianza PAN-PRD: los priistas en ascuas * UV: otra vez la rectora se quiebra * El cadáver de Cuco * “Culín” viste como si fuera Peña Nieto * Que Renato va con Yunes Linares
Desastroso, el quinto año de Javier Duarte contiene muerte y sangre, el caos de las finanzas, repudio social y la represión, el embuste y la mentira para sostenerse en el poder, y su partido, el PRI, sumido en la mayor y más profunda división de su historia.
Caótico, el quinto año de gobierno resume la taras políticas del hombre y el grupo, del títere del fidelismo y de la pandilla con que llegó al gobierno de Veracruz a saquear, convertida la obra pública en jugoso botín, la mano del rufián que arrasa todo.
Sí hay quinto malo y es el quinto año de gobierno de Javier Duarte.
Su gobierno lo distingue la violencia. Vive Veracruz un baño de sangre, herencia primero de su antecesor y guía, Fidel Herrera Beltrán, que dejó pasar a Los Zetas, que encubrió sus pasos, que concedió territorios, que puso al aparato policíaco y judicial a su servicio, cómplices todos de la anarquía y el miedo.
Eso fue lo que heredó de Fidel. Pero Javier Duarte perfeccionó el método y agravó el problema de la inseguridad, las mafias cobijadas en la institución.
Su policía delinque cuando los patrones nacionales obligan a depurar, cuando acreditar es la norma en el sistema de seguridad: los aptos a los cuarteles y los pillos a las cárceles. Pero en Veracruz lo aptos se van y los pillos gobiernan. Se sigue operando con la escoria policíaca, acusada de tortura entre ellos mismos, de represión a movimientos sociales, de agresión a luchadores y activistas sociales, ambientalistas, periodistas, estudiantes universitarios, campesinos, maestros.
Dice Javier Duarte que Veracruz ya cambió. Lo repite incesante. Para su infortunio, es real. Cambió negativamente. Venía mal desde el fidelismo y hoy está en punto muerto.
Qué peor que un pueblo con miedo, aterrado por la impunidad con que la delincuencia común y el crimen organizado avanzan arrancando cuotas y derechos de piso, sometiendo al comercio, al profesionista, al empresario, despojando al ciudadano común.
Ese, y no el del discurso oficial, es el Veracruz de Javier Duarte, con sus miles de muertos, sus cientos de fosas comunes, sus miles de levantados, sus miles de mutilados, sus miles de desaparecidos.
Veracruz es tercer lugar nacional en secuestros. De 2010 a 2015 se ha duplicado el número de homicidios. No funcionan los operativos seguros ni los mandos únicos.
Ahí, en el recinto oficial, el Velódromo Internacional, se escuchaban las voces y se advertían los reclamos de los familiares de los desaparecidos, aquellos que un día partieron de casa y nunca se les volvió a ver.
Desplegaron una lona con sus imágenes y alzaron la voz para refutar al gobernador de Veracruz: “Deja de decir tus putas mentiras. No es cierto que estés haciendo algo por Veracruz”, sostienen las crónicas periodísticas que expresó Sara González Rodríguez.
La manta contenía una leyenda que era la viva expresión del hartazgo social, la realidad que no se puede ocultar: “Duarte, aquí están tus desaparecidos”.
Y a ellos, los que están en Colectivo por la Paz, les responde con una cuota más de agresión. Llegan a ellos los esbirros de la ayudantía del gobernador y los policías vestidos de civil, como los que agredieron al fotoperiodista Karlo Reyes, y les arrancan la lona de las manos.
Allá se oye la voz de Javier Duarte decir que los dejen expresarse, pero sus secuaces cumplen la consigna. Se llevan la manta con los rostros de los “desaparecidos de Duarte”, asestan golpes, jalonean a los familiares que simplemente ejercían su derecho constitucional a manifestarse pacíficamente.
¿Ese es el Veracruz que ya cambió? Sí, ahora está peor.
Carga Javier Duarte con una lápida única: 14 periodistas muertos en su sexenio. Y tres de ellos corresponden al quinto año de gobierno: Jose Moisés Sánchez Cerezo, Armando Saldaña Morales y Juan Mendoza Delgado.
Moisés Sánchez Cerezo editaba el semanario La Unión, que circulaba en el municipio de Medellín de Bravo, conurbado a Veracruz, y en el portal del mismo nombre daba cabida a diversas expresiones sociales, al hartazgo ante la inseguridad. No se metía con los narcos pero hizo énfasis en la urgencia de integrar autodefensas o policías comunitarias. Fue levantado el 2 de enero y asesinado un día después. “Era taxista”, expresó irracional Javier Duarte, con el filo de no reconocer en él su oficio periodístico. Como si ser taxista —un oficio digno que le daba para comer— fuera agraviante.
Se enredó por tratar de sepultar el caso, dejar a Moisés Sánchez en calidad de desaparecido y que no ingresara a la lista de comunicadores muertos en su gestión. Maniobraba y acudía al olvido cuando el caso saltó al cuerpo diplomático acreditado en México. Lo dimensionó Artículo 19, la organización defensora de los periodistas, y lo cachó la Procuraduría General de la República.
Entonces cedió. Apareció el cadáver de Moisés Sánchez y le atribuyó la culpa al alcalde de Medellín, Omar Cruz Reyes, un panista que se acomodó con el duartismo hasta que el duartismo lo desechó, lo persiguió y lo desaforó aunque sigue libre.
Rinde su V Informe y olvida la definición duartista del periodismo: son “manzanas podridas”, “vinculados a mafias”, “expresión de la delincuencia”, a los que les recomienda que “se porten bien”. Magazo, profeta, después eso matan al catorceavo periodista.
Dice ahora Javier Duarte que no ha suscrito un solo crédito. Su aseveración es insólita cuando semanas atrás el Congreso de Veracruz —su mayoría priísta y sus aliados— le aprobaron que suscribiera créditos por 31 mil millones de pesos.
Veracruz no se ha endeudado con un “solo peso”, sostiene. Asegura que no es más deuda, que es reestructuración de la deuda heredada por Fidel Herrera. Sí y no. La deuda se garantiza con participaciones federales de los próximos años.
Dice que la deuda pública es de 44 mil millones de pesos. Extraoficialmente se calcula en 80 mil millones. Se le debe a contratistas, bancos y lo correspondiente a la bursatilización del impuesto a la tenencia vehicular. Si no amortiza, como ofrece, la deuda será de 110 mil millones.
Su gobierno deambula entre mentiras. Los hoteleros refutan las cifras oficiales. ¿Dónde están los 61 hoteles que se construyeron en Veracruz en 2015?, preguntan. La cifra no es real. Ellos lo saben. Y si así fuera, es inversión privada, no pública, refuta el presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, Fernando Ortiz González.
El caos es total. Su partido, el PRI, vive una profunda división, causada por él. Los senadores José Francisco Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa se hallan en abierta confrontación con Javier Duarte, lo desdeñan, no asisten a sus eventos, incluido el V Informe de Gobierno, ni siquiera por consideración al enviado presidencial, el secretario de Educación, Aurelio Nuño. Tampoco asiste el líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones.
Demanda de ambos impunidad si llegan al gobierno de Veracruz en la elección de 2016. Y los dos lo mandan al diablo. Pepe Yunes asegura que no lo va a solapar; Héctor Yunes sostiene que va a pescar peces re-gordos.
Obsesivo, Javier Duarte partió al PRI en dos: el duartismo controlado por él y su mafia, y el resto de los priístas. Impone al misógino Alberto Silva Ramos, alias El Cisne, en la presidencia e impulsa al hijo político de Fidel Herrera Beltrán, Erick Lagos Hernández, señalado en un caso de narcosobornos. Vaya prospectos
Crece pues el repudio a Duarte. Crece también el alineamiento de las fuerzas políticas en la oposición. Crece la candidatura de Miguel Ángel Yunes Linares bajo el amparo de alianza PAN-PRD y las fuerzas que sumen en el Frente Amplio Opositor, donde podrían caber los Yunes rojos si Javier Duarte los logra descarrilar.
Le aterra que Yunes Linares sea gobernador. Le aterra saber que será encarcelado como Yunes azul le promete. Le aterra saber que uno de los Yunes rojos puede ser gobernador Y Javier Duarte trata de conmover:
“La gente no quiere enfrentamientos, divisiones, rencores, ni personalismos. La gente rechaza las descalificaciones, las críticas que nada aportan y mucho polarizan, las que ponen en riesgo la concordia, pues sólo ofrece la venganza y la desintegración social, vengan de quienes vengan. Hoy hago un llamado a la unidad, la unidad fincada en el diálogo”.
Quinto año de gobierno que equivale a caos, desastre político, división priísta, quiebra financiera, rezago social, repudio popular y un terrible baño de sangre por todo Veracruz.
Sí hay quinto malo. Es el de Javier Duarte.
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Archivo muerto
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Malas nuevas para el PRI: la Alianza PAN-PRD avanza. Cada uno en lo suyo, sus respectivos consejos estatales aprobaron concretar acciones de coalición con otras fuerzas políticas. Al consejo perredista acudieron 185 integrantes; aprobaron la alianza 172, en contra 12 y una abstención. Se oponía el protegido del fidelista Erick Lagos, Fredy Ayala, con el sobado discurso de que con el panismo ni a la esquina. Lo aplastaron. En el PAN la votación fue de 77 a favor, 19 en contra y una abstención. Ambos aprueban ir en alianza con otras fuerzas políticas —PAN, PRD y las que se sumen— y designar candidato de manera directa, sin elección interna. Traducción: Miguel Ángel Yunes Linares será el candidato del Frente Amplio Opositor al gobierno de Veracruz. Dicen los priístas y su prensa vendida que en las dirigencias nacionales del PRD y PAN no están de acuerdo y que alianza no va. De fuente ultra certera: dice Agustín Basave, nuevo líder nacional perredista, que la alianza es impostergable y que serán gobierno en Veracruz a partir de 2016; otra fuente sostiene que Ricardo Anaya, líder del PAN nacional, asegura que su compromiso es que Yunes Linares llegue al gobierno de Veracruz. ¿Va o no va? Obvio, los priístas no duermen. Y peor si Javier Duarte logra descarrilar a los Yunes rojos e impone a Erick Lagos, El Cisne Alberto Silva o Adolfo Mota. Derrota segura… Agachona, ausente la dignidad, Sara vuelve a ser Sara. Se quiebra la rectora y en lo oscurito pacta de nuevo con Javier Duarte. Sale a posar la foto, sonriente, y a tragarse el boletín oficial que dice que entre el gobierno de Veracruz y la Universidad Veracruzana no hay conflicto, que el adeudo de la UV con el Instituto de Pensiones del Estado lo asumió el régimen duartista, que los adeudos serán saldados. Y Sara Ladrón de Guevara sólo sonríe. Le preguntan luego del contenido del acuerdo, y vuelve a sonreír. Qué vergüenza para la UV tener una rectora que llora, se queja, denuncia, que acude al Senado, que usa al senador Pepe Yunes Zorrilla para que el escándalo tenga volumen, y luego, cuando el gobernador Javier Duarte le truena los dedos, se somete y calla. ¿Que no hay conflicto? ¿Y las veces que el gordobés se negó a reconocer el adeudo de 2 mil 300 millones de pesos, que porque es subsidio y es no lo obliga a nada? ¿Y el oficio enviado por la Sefiplan a la UV comunicando que todas las aportaciones estaban realizadas? Y hela ahí, sonriendo en el V Informe de Javier Duarte, de pie agradeciendo a quien le regatea los recursos a la UV, a quien quiere matar de inanición a la máxima casa de estudios de Veracruz, a quien le dedica por lo menos tres mensajes en la red Twitter, nomás para que quede constancia que la mal llamada rectora ya está sometida y planchada. Sólo le faltó decir de nuevo que los medios los subieron al ring. Para la próxima, si Javier Duarte la vuelve a apretar y no hay para cubrir salarios y prestaciones al personal universitario, que venda doña Sara Ladrón los vehículos que tiene a su disposición y que se rebaje el sueldo. Quizá para algo le alcance… Todo un dandy, “Culín” está en la mira de los grandes diseñadores. No sirve como fiscal, pero qué tal los trajes de super lujo que usa Luis Ángel Bravo Contreras. No pesca un alcalde desaforado, pero qué cuidado con el traje y el pantalón. Compite, pues, Fisculín con Enrique Peña Nieto y eso que al preciso lo ubica Vanity Fair como uno de los 20 personajes mejor vestidos del orbe. “Culín” se desvive por su aspecto personal, mientras en la Fiscalía se tejen cuentos judiciales grotescos, irreales, malévolos, hasta convertir a Veracruz en una fábrica de culpables. No se sabe si los secuestradores son secuestradores, si los asaltantes son asaltantes, si los asesinos son asesinos. El negocio de “Culín” es fabricar culpables, consignarlos y luego ver cómo la justicia federal, vía el amparo, los echa a la calle. Ah, y también ver cómo le queda el traje que hasta parece traído de las Europas… ¿Dónde está “Cuco”? De Manuel Gabriel Fonseca Hernández nada se sabe desde hace cuatro años. El último registro data del 17 de septiembre de 2011 cuando salió de casa e iría a cobrar su salario en el periódico El Mañanero, editado en Acayucan, donde realizaba tareas de reportero policíaco. Hay dos cadáveres en poder de la Fiscalía de Veracruz a los que los familiares y el gremio de prensa exige que se le practiquen estudios de ADN para determinar si se trata del joven periodista, que hoy tendría 20 de edad. Otra versión sostiene que el cadáver hace tiempo que fue identificado por la Fiscalía de Veracruz y que es “Cuco” Fonseca. Es él pero oficialmente no es, ni será. Reconocer que se trata del reportero del Mañanero equivale a reconocer que es el periodista número 15 en ser asesinado en Veracruz por causas de su oficio. Mejor lo dejan en calidad de desaparecido y que no vuelva a subirle la presión al gobierno podrido de Javier Duarte… ¿Qué hay de cierto de que Renato Tronco se acercaba a Miguel Ángel Yunes Linares y que sería el operador de votos de la Alianza PAN-PRD en el distrito 30, zona Las Choapas-Agua Dulce-Ixhuatlán del Sureste-Moloacán-Nanchital y parte de Coatzacoalcos? Es versión que corre entre panistas yunistas. Acusado del crimen del ex regidor panista de Las Choapas, Alfredo Pérez Juárez, Renato Tronco es hoy perseguido por la Fiscalía de Veracruz acusado de ser el autor intelectual del asesinato. Se le retiró el fuero como diputado local y en breve será encarcelado. Hasta donde se sabe, aún sin Renato Tronco, el tronquismo va a operar electoralmente contra la mafia fidelista-duartista…
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Foto: e-consulta