Sheyla Jara arma un mitote en el PRI, Vasconcelos la ataja y ella lo denuncia por violencia política de género

La joven priista milita en la corriente política del tóxico Héctor Yunes

A su estilo, por la fuerza, Carlos Vasconcelos dejó a Sheyla Jara fuera de la cúpula del PRI en Coatzacoalcos.

Su sobrino, el terrible José Luis “Güicho” Vasconcelos Ramos, le negó el acceso  a la sede tricolor, el domingo 5, y, engallado, increpó a los seguidores de Sheyla, un manotazo en la batea de la camioneta, la violencia verbal, retando a quien se le pusiera enfrente porque “Güicho” es así, el rufiancito que amedrenta sabiéndose rodeado de guaruras, el clon de su tío Carlos Vasconcelos, líder de la CTM, el obrero que nunca fue obrero.

Así debió actuar “Güicho” con los malosos que le asestaron golpes y cachetadas, exigiendo la cuota por permitir trabajar en Villa Allende, saliendo despavorido, acobardado y manteniéndose agazapado fuera de Coatzacoalcos hasta que el adeudo quedó saldado.

El pecado de Sheyla Jara es militar en la corriente de Héctor Yunes Landa, con el que Vasconcelos ni se traga ni se soporta.

Ese domingo, Octavio Sen Ávila y Carmen Ortigoza asumieron la presidencia y secretaría general del PRI en Coatzacoalcos. Y ese día detonó la bomba de tiempo. Una manta colgaba desde el techo del edificio priista. “El partido de la imposición”, se leía en ella. Y luego el intento de Sheyla Jara de acceder a la sede oficial para reventar la función.

Sheyla, quien tiene imagen y trabajo político incuestionable, no encaja por su tendencia hectorista. Carlos Vasconcelos, el nuevo dueño del PRI, el que soporta el gasto económico, no le iba a entregar la secretaría general al tóxico Héctor Yunes. Y así Sheyla Jara denuncie a Carlos Vasconcelos y al troglodita “Güicho” Vasconcelos por violencia política de género en la Fiscalía de Veracruz, no será secretaria general.

No es por ella; es por Héctor.

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