* Asignan número a las denuncias por invasiones * Van por fraccionamiento indebido * Pedro Tiburcio, apretado por ORFIS * El crédito de Tony con BanBajío * Theurel le invierte a Pepe Yunes y a Héctor Yunes * Otra denuncia contra Lilia Gema * Carmen Ramos y la detective * Leticia Subiaur y Andrés Huerta * El Chapopote Rodríguez no pinta en las colonias
Aviador legislativo —cobra en el Congreso pero no da golpe—, Renato Tronco Gómez siente ya lo que es el desprecio del poder. Pierde sus escoltas. Le arrebatan la alcaldía de Las Choapas. Llora, se indigna, se duele. Y en respuesta, bloquea autopistas, increpa, reta, usa al campesinado y simula ser un líder social.
A Fidel Herrera lo llama amigo narcotraficante. Javier Duarte no lo pela. Deslenguado, fuera de sí, tensa su relación con el gobierno de Veracruz y se proyecta en una frase letal: o el gobernador le responde o lo va a destituir.
Loco de veras, el diputado local por el distrito XXX, el Coatzacoalcos rural, desató el 27 de octubre un episodio de caos. Era lunes. Ese día apostó a su gente sobre la autopista Coatzacoalcos-Villahermosa. Otro contingente bloqueó la supercarretera Las Choapas-Raudales-Ocozocoautla. Ahorcó así el sureste, el paso a Tabasco y Chiapas, miles de vehículos atrapados en este juego de poder.
Se cuelga de Ayotzinapa. Represor de su pueblo, golpeador de mujeres, niños y ancianos en el parque Juárez de Las Choapas, sembrador de odio, Tronco también gusta del teatro y el carnaval.
Sus mantas son un show: “En Guerrero, Ayotzinapa pudo, en Veracruz el sur también”, “Ayotzinapa valientes!!! Veracruz cobardes? ¡NO! ¡¡Ya basta de impunidad!!”, “Ayotzinapa matan, Veracruz cementerio”, “Veracruz más (+) que Ayotzinapa, periodistas, petroleros, ganaderos, comerciantes, indígenas, pastores, pescadores y también estudiantes ¡Muertos!… Y no pasa nada”.
Una más advierte que “nuestros familiares en el extranjero se manifestarán frente a la Casa Blanca, para exigir la intervención de la ONU y el cese del gobernador y nombre un interino”.
Y en una más sentenciaba: “En Veracruz, respeto absoluto a las manifestaciones y expresión de ideas… ESO DECLARASTE GOBER… EXIGIMOS QUE LO CUMPLAS”.
Supuestamente, esa mañana Tronco dialogaba vía telefónica con el secretario de Gobierno, Erick Lagos, con lenguaje vulgar:
“Así se le ha hecho siempre, pero nada más que el pedo es que yo soy el puente, yo soy el culpable, luego dicen que soy cómplice… y yo no soy cómplice. Te acuerdas que hablamos de Sedarpa, te acuerdas que hablamos de… un chingo de madres”…“Mira, de veras, yo soy a toda madre, chingaos, más demostrártelo con Las Choapas no chingues (…) lo hago porque sé que perdiendo se gana, pero ahorita no puedo compadre, es un tema que lo decía yo: no es mi hermano el que va decir que no, pero la gente ya no confía en mí, ni me respeta, se me van a encuerar. (…). ¡Cabrón!, ¿quieres escuchar?, ¿quieres escuchar si quieren ir a Xalapa?…”.
Dos días después se instaló la mesa de negociación. Fue un engaño mutuo. Llegó en plan retador, su gente encendida. Demanda reparación de caminos, programas de salud, educación, inversiones en el campo, en la agricultura y la ganadería, seguridad. Y lo hace a gritos, el insulto de los suyos, la provocación al gobernador y a sus enviados a la mesa de negociación, la mentada de madre, nunca antes un agravio así.
Es amplio el rosario de quejas: hace tres años que en las comunidades rurales no se aplican los programas de vacunación; las ambulancias son usadas sólo para eventos oficiales; faltan médicos, enfermeras, especialistas, se carece de equipos y los aparatos médicos están inservibles; hay inseguridad y al menos tres niñas han sido violadas en Agua Dulce y Las Choapas cuando intentaban lograr una cita médica de madrugada.
Ríspido, el diálogo es sólo un ardid de uno y otro bando. Enviados a decir que sí, los representantes del gobierno le admiten sus peticiones, pero no le dicen cuándo arrancarán las inversiones. Este año no, le espetó el de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesquero, pues ya no hay presupuesto a ejercer.
Ahí murió la esperanza. Renato Tronco, el dos veces ex alcalde de Las Choapas, hoy diputado faltista, levantó a su comparsa. Rompió las pláticas.
Acusa Tronco que los 700 millones del Fondo de Desastres Naturales desaparecieron. Usa su lenguaje tipo vendedor de colchones en las ferias regionales, discurso aquejado por el hipo: “Está muy claro, está muy cierto, entendible, transparente. Lo dijeron, lo reconocieron, no hay dinero, se han pagado obras y no están. Han sido honestos en decir la verdad de lo que hemos reclamado, señalado y acusado”.
Amenaza con boicotear los Juegos Centroamericanos y del Caribe, bloquear carreteras de nuevo. En ese punto está. Sigue negociando. Pretende arrancarle al gobierno de Javier Duarte la impunidad de que antes gozó, sus escoltas, las patrullas policíacas a su servicio, custodios de su familia, de sus socios y de sus cómplices.
Su vida política, pues, es una contradicción.
Cómplice del atraso, del abandono, de la desigualdad, del robo de presupuestos, de obras fantasma, Renato Tronco quiso suponer que el fidelismo lo había adoptado. Se creyó amigo del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán —“Los amigos no se niegan, así sean narcotraficantes”— y aliado de Javier Duarte. Siendo parte de la corrupción, nunca alzó la voz.
Acostumbrado a comprar elogios, financiar a su prensa vendida, obtener espacios entre los mercenarios sin pudor, resume su historia de agravios sociales con un cuento que sólo los necios quieren escuchar… y escribir.
En seis años, de 2008, cuando Fidel lo protegió de la acusación de la Procuraduría de ser autor intelectual del crimen del ex regidor Alfredo Pérez Juárez, hasta la fecha, Renato calló sobre la miseria y el silencio oficial que agobiaba a la gente del campo choapense.
Seis años bebió de las mieles del poder. Se enriqueció y justificó su fortuna diciendo que era producto de una herencia. Seguro le testó en vida Fidel Herrera, su padre político.
Ignoró al campesinado que un día creyó en él. Decenas de miles fueron parte del tronquismo y hoy si acaso 800 lo acompañan en su aventura.
Permitió que en esos tres años no hubiera vacunación en la zona rural, que se falsearan las estadísticas, que tres niñas fueran violadas por salir a buscar atención médica de madrugada, que no hubiera medicamento ni aparatos de salud. Lo que hoy reclama, Renato Tronco lo solapó.
Mientras se hacía de recursos para su cuenta personal, dejó que las inversiones al campo se desplomaran; que el agro y la ganadería carecieran de programas; que los caminos permanecieran destrozados, a excepción de aquellos en que las obras las realizaba la Unión de Ejidos 25 de Abril, su empresa constructora.
Trepado en la fidelidad, Renato Tronco fue cómplice de ese abandono que hoy denuncia. En el fondo lo sabe. Su lucha es por privilegios personales, su escolta, sus patrullas, su seguridad, su impunidad, el poder. Al campesinado lo usa, lo manipula, lo enfrenta a un gobierno que lo elevó y luego lo desplomó, lo hizo grande y lo destruyó.
Llora Renato Tronco. Se indigna y se duele. Reta y desata el caos. Son los signos del poder perdido. Le exige al gobernador Javier Duarte que cumpla y si no, lo habrá de destituir.
Lo que es perder el juicio, la memoria y la vergüenza.
Archivo muerto
Interpuestas por el ayuntamiento, concentradas en la Procuraduría de Justicia de Veracruz, en Xalapa, finalmente las denuncias por las invasiones de predios regresaron a Coatzacoalcos. Sus números son los siguientes: 121/E, 122/E, 123/E, 124/E Y 125/E, todas de 2014. Dos de ellas implican a Manuel Bringas Burelo, el autollamado Conde de Bringas, y a su abogadazo, Samuel Muñoz de la Rosa, sedicente defensor de los derechos humanos que antes fue guarura y luego comandante judicial, hoy ambos convertidos en vendelotes. Un capítulo más de “Cuando la justicia nos alcance”… Cierre de pinzas marcelista sobre Tony Macías. Su alfil, Pedro Tiburcio Zaamario, perdió facultades y poder en la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS). Lo visitó el Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz (ORFIS). Lo ató de manos. Dejó de dispensar condonaciones, factibilidades de uso de agua y todo lo relativo a la comercialización. Lo confinan en el cargo por el que cobra un salario: director jurídico. ¿Sería por aquella grabación en que se le oye decirle “panzón” a Javier Duarte de Ochoa, ninguneado el gobernador, ri-di-cu-li-za-do? Deja de fluir, pues, el dinero líquido hacia el suegro del gordobés. Y en qué momento, cuando pagar un crédito de 60 millones con BanBajío implica erogaciones mensuales de 660 mil 320.86 pesos y en algunos casos de 880 mil 320 pesos. Paga Tony Macías por los desplantes y la lengua larga de Pedro El Hablador… Doble juego el de Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”—: invierte con José Antonio Yunes Zorrilla e invierte con Héctor Yunes Landa. Asegura así su futuro con el próximo gobernador de Veracruz. Financia a uno y financia al otro. A Pepe Yunes le paga espectaculares para su informe de pre-pre-precampaña; a Héctor está por solventarle gastos. Usa el ex alcalde de Coatzacoalcos —hasta ahora el peor, hasta ahora— la técnica de Carlos Slim, el magnate de América Móvil: invierte en todos los aspirantes y candidatos. Gana con el que gane… Siguen las canalladas de Carmen Ramos Rodríguez contra su esposa Lilia Gema Santiago Ríos: primero falseando hechos, a lo que se prestó el Juzgado Segundo Primero de Primera Instancia, la despoja de su hijo, la encarcela, la asedia judicialmente y hasta cabildea en el Hospital Regional para que la cataloguen como “bipolar”, por fortuna sin lograrlo. Ahora la denuncia por injurias y difamación. Manchado, retorcido, Carmen Ramos es el mismo que usa las valoraciones de la pseudopsicóloga del DIF de Coatzacoalcos, Patricia Salcedo Gómez, que carece de título o usa uno patito y una cédula profesional que en realidad es de una maestra normalista de Baja California —y están por salir a relucir otras pilladas más—, y que se vale de una receta de un conocido neurólogo que diagnosticó y prescribió medicamentos a una paciente, Lilia Gema, que él no atendió. Carmen Ramos es el mismo que mandó investigar con la detective Dunia Nextle Domínguez a una de sus anteriores esposas, Ana Hilda Montiel Almanza, llevándose menuda sorpresa, que obligó a la dama a concederle el divorcio ipso facto. Carmen Ramos es el mismo que decía tener un divorcio previo, siendo dos, y tres hijos aunque eran seis, como consta en las actas de nacimiento. Y ahora, como todo un caballero, el cliente de la abogada Leticia Subiaur —la que identificó el cuerpo de su “amigo” Andrés Huerta Vicarte, uno de los muertos y mutilados por Los Zetas en Veracruz-Boca del Río, en 2011—, se dice objeto de injurias. Vaya pues con el macho llorón… Poder compartido es poder a medias. Y su peor momento lo vive el marcelismo, a la greña sus operadores por una candidatura a la diputación federal. En el cuartel general de Jesús Moreno Delgado, director del DIF, el encubridor de las pseudo psicólogas, festinan el apodo de su acérrimo rival: Víctor Rodríguez Gallegos, al que se refieren como “El Chapopote”. De entrada, el alias es racista, y aunque parezca una contradicción que el subdelegado de la Sedesol federal en Veracruz tenga la piel subida de tono, lo cierto es que no se ve, no pinta entre el electorado, en las colonias. Tienen suerte los marcelistas que ninguna otra corriente priísta les dispute la candidatura a la diputación federal por Coatzacoalcos, pues el divisionismo es sinónimo de fracaso…
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