Para el veneno de Gómez Cazarín, el antídoto de Esteban Bautista

* El sátrapa de Hueyapan hizo todo para ser echado del poder  * Intrigas y golpes bajos pasan factura  * Los Arañazos del Bienestar  * Nahle y Amado velan armas por la próxima alcaldía  * Una guadaña para Esaú Valencia  * Comunicación Social, una cueva de Alí Babá en el Congreso de Veracruz

Haga lo que haga, Gómez Cazarín es ya un desterrado del poder. No será secretario de Gobierno, al final Rocío Nahle lo bateó y su enemigo jurado, Esteban Bautista, será el líder del Congreso de Veracruz. Y lo van a destrozar. 

Termina en la pepena por la delegación de Bienestar, que mucho se anuncia y no acaba de caer, lanzando a su porra mediática a pregonar que ahora sí será el superdelegado, el machuchón del gobierno federal, la viva imagen de Claudia Sheinbaum en Veracruz.

No hace poco, un par de meses acaso, el morenista Juan Javier Gómez Cazarín vociferaba lo mismo de la delegación de la Secretaría de Gobernación, la tabla en la que se andaba trepando para no hundirse cuando sintió el vaho gélido de su ex mentora y cómplice, la electa, la gobernadora usurpadora, Norma Rocío Nahle García, quien maniobró para asestarle la estocada mortal.

Delegado con amplias –amplísimas– facultades, decían sus corifeos. Pero no hubo tal.

La puntilla se la da Nahle cuando trae a un alfil de sus confianzas, el diputado local electo por Cosoleacaque, Esteban Bautista Hernández, y lo sitúa en el reino de Gómez Cazarín, en la Junta de Coordinación Política del Congreso de Veracruz. Desde ahí se cogobierna alternando la diplomacia y el látigo.

Al “Carón”, como le nombran a Gómez Cazarín en el bajo mundo, se le ocurrió intrigar, denostar, armarle escenarios convulsos, incendiarle la parcela a Esteban Bautista, y Esteban, que es indígena, que es campesino, que es maestro rural y que fue guerrillero, miembro del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, lo encaró y se la cantó.

“Eres un fracasado”, le soltó a media batalla. Y le recordó desatinos, abusos, leyes mal hechas que luego fueron declaradas ilegales por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y una conducción facciosa del Congreso estatal, uno de los peores en rendimiento, en apego a la ley, en respeto a la Constitución.

Y en corto, un diálogo entre Bautista y Nahle donde se expresaron confidencias políticas, salió a relucir el repudio brutal de la gente de la sierra de Soteapan, indígenas y campesinos, pobres entre los pobres, que se hartaron de promesas incumplidas, de abusos demenciales, de olvido y discriminación.

Cómo pedirle el voto a los tatahuis y a los chinamecanos, a los mecayapenses, a los pajapeños y oteapenses, el voto para la candidata de Morena al gobierno de Veracruz, Rocío Nahle, si a su lado, como verrugas purulentas, aparecían Gómez Cazarín; Eric Cisneros, el malviviente que operó como secretario-criminal de Gobierno, y el mismo gobernador Cuitláhuac García y su banda de pelafustanes corruptos –Zenyazen Escobar, Eleazar Guerrero, Candy Cayetano, Lima Franco– que nada hicieron por construir caminos, clínicas, aulas en la Sierra de Soteapan, distrito de Cosoleacaque, como fue la promesa de seis años.

Ofreció entonces la zacatecana que Gómez Cazarín no llegaría al final. Y cumplió.

Ni la coordinación de la campaña al gobierno de Veracruz, ni será secretario de Gobierno como su prensa pagada solía propalar, ni fue a la delegación de la Secretaría de Gobernación federal, ni ha cristalizado la delegación de Bienestar.

“El Carón” no fue ajeno a aquella insurrección morenista, en 2023, cuando al ver los tropiezos de Rocío Nahle en Dos Bocas, la construcción fallida de la refinería Olmeca y el enchilamiento público de Andrés Manuel López Obrador, se les ocurrió lanzar gallo propio e impulsar la candidatura del stripper Roberto Zenyazen Escobar García, equiparable a una mordida de mano a la zacatecana que los sostuvo y apuntaló cuando el gobierno de Veracruz hacía agua y el Supremo Peje se disponía a mandarlos al diablo a todos.

Pero Gómez Cazarín siguió soberbio. Desoyó a Rocío Nahle cuando lo instó a deshacerse de los peones del ex alcalde de Coatzacoalcos, Marcelo Montiel –”El Tortas” Padilla, Manuel Cabanas, Manolo García Palacios– y lejos de eso los basificó en el Congreso. Los deja incrustados como orejas y espías.

Gómez Cazarín hizo otra. Armó un tour a la Ciudad de México, llevando a priistas en fuga, Anilú Ingram, Fernando Kuri, Jorge Carvallo, duartistas de cepa con deplorable historial, ante la presencia de la entonces candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum Pardo, pero a espaldas de Rocío Nahle.

Así labró su tragedia. Así, Gómez Cazarín se despeñó.

Nahle lo quiere lejos. Puede ser delegado federal, pero no lo quiere ni de conserje en el gobierno de Veracruz.

Y en respuesta, el “leal” Juan Javier Gómez Cazarín se impuso descarrilar al ex diputado federal y hoy diputado local por Cosoleacaque, Esteban Bautista Hernández, golpeándolo en su lado sensible, las continuas tomas de la presa Yuribia, enclavada en el municipio de Tatahuicapan, que abastece de agua a Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque.

La última maniobra, operada por el alcalde Eusebio González Hernández, la atizaron desde las sombras Gómez Cazarín y la diputada federal por Cosoleacaque, Magaly Armenta. Le atribuyeron que el bloqueo al suministro de agua obedecía al interés de Esteban Bautista a realizar una obra de casi 10 millones de pesos.

Pero el que secuestró la presa fue el presidente municipal, Eusebio González, no Esteban Bautista. Al final, amagado con la destitución, el alcalde tuvo que ceder y abrir las válvulas.

Los desfiguros del bufón de Hueyapan son el retrato del infierno de Nahle. Los que estuvieron ya no estarán, pero van a vender caro el destierro.

Habrá golpes al interior del Congreso de Veracruz. Estallarán bomba de tiempo en la Secretaría de Educación. Habrá escándalo por los dineros y raterías en la Secretaría de Seguridad Pública. Brotará más pus en la Secretaría de Salud, en el DIF, en Obras, en Comunicación Social. No cuadrarán las cuentas ni las cifras de deuda en la Secretaría de Finanzas y Planeación.

Y como refiere la cita bíblica, será el tiempo de rechinar los dientes, el fuego y el llanto. Y ya no habrá redención.

Y vendrá la purga, Morena contra Morena, los de Nahle contra los Cuitláhuac, los carniceros que se van, destazados por los carniceros que tendrán el poder.

Así pues, para el veneno de Gómez Cazarín, el antídoto de Esteban Bautista.

Tokyo en las manos de un ex miembro del EZLN.

 

METADATO

 

Amado y Nahle, protagonizando los Arañazos del Bienestar. Aún no se disipa la pólvora de la elección federal, la paliza a la oposición, el atraco de la sobrerrepresentación legislativa y la imposición circense de la reforma judicial, cuando el alcalde de Coatzacoalcos le vuelve a jalar los bigotes a la próxima gobernadora de Veracruz. Si Rocío Nahle García allana el camino a Miguel Pintos Guillén hacia la presidencia municipal, en 2025, Amado Cruz Malpica comienza a cargar los dados creándole estructuras “sociales” a su ahijada política, Pamela Mijares Díaz, titular de Atención Ciudadana municipal y cabeza del programa de préstamos Fomento a la Economía Familiar. Colmilludo, el alcalde de Coatzacoalcos sabe que si mueve sus fichas, por razones de género la candidatura podría ser para mujer y Pamela Mijares, aún con su carácter volado y sus desplantes de energúmeno, tendría todo para sucederlo en el poder. En respuesta, desde El Dorado, en la residencia de 50 millones donde habita Rocío Nahle, se filtra que la futura secretaria de Desarrollo Social del gobierno de Veracruz, Margarita Santopietro es la carta femenina de la zacatecana para contender por la alcaldía. Nahle juega con dos cartas: Pintos y Santopietro. ¿Faltaba algo? Sí, la pre pre precampaña de la ex diputada federal, Flora Tania Cruz Santos, quien lleva ayuda a las colonias de Coatzacoalcos. Amado, que se la ha pasado retando a Rocío Nahle los tres años que lleva en la alcaldía, sabe que si Miguel Pintos se perfila hacia la alcaldía, de perdida le asegurará a Pamela Mijares la sindicatura en el ayuntamiento que iniciará funciones en 2026. Los Arañazos del Bienestar está para un Oscar … Una guadaña para Esaú Valencia. Tendrá que aplicarla para destroncar la red de corrupción de Juan Javier Gómez Cazarín en la Coordinación de Comunicación Social del Congreso de Veracruz, donde ahora despachará. Habrá de identificar los medios fantasma que detentan contrato de publicidad, las plumas aplaudidoras que nadie lee pero que Gómez Cazarín financió en demasía, los mercaderes de la información como José Pablo Robles, jefe del Clan de la Succión –antiguo jefe de Esaú– y su pasquín sin páginas, industriales de la gacetilla que ni difunden, ni prestigian, ni explican qué diablos hace la Legislatura en realidad, máxime cuando las leyes, las reformas y adiciones, en los tiempos del “Carón” Cazarín terminaron tan cuestionadas con recursos de impugnación que la Suprema Corte de Justicia de la Nación las echa para atrás. Titánica labor la de Esaú Valencia, el experimentado periodista jarocho, director del portal Cambio Digital, ex subdirector de Imagen, propiedad de los Robles mercenarios, si además se atreve a hurgar en la nómina del Congreso y ahí pudiera explicar si fue honesto o no, decente o indecente, tener a la parentela del “Carón” Gómez Cazarín y socios pegados a la ubre presupuestal. Y ya de paso, exhibir a los enfermos mentales con tendencias misóginas y de corte delincuencial, adscritos a la Coordinación de Comunicación Social. Si Esaú cuenta con el respaldo de su líder cameral, Esteban Bautista Hernández, lo podrá desterrar. Si no…

 

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Fotos: Crónica de Xalapa, Ventanaver, Plumas Libres