* Aprieta al sindicato y el sindicato lo reta * Mijangos, inservible * Ajusta salarios y detona conflicto * ¿Apretará Carranza a los Robles? * 100 mil mensuales para el Parque Quetzalli * Y el gasto en prensa * Matan a hijo de dirigente de la CTM * Nahle: treta para imponer lista de pluris * Rendón: nuevo audio
Ya metido en este lío, Carranza dice “va”. Ejerce el presupuesto “3018”, según dice, y en él halla lodo y corrupción, una nómina pesada, “aviadores” reales y otros que no lo son, salarios descomunales, que lo llevan a aplicar el reajuste, el recorte, el despido, detonando así un conflicto mega, la ira sindical, la protesta, el insulto, el reto, el choque, el amago de huelga.
Víctor Carranza, que no es Marty McFlay pero vuelve al futuro, cuenta que se aprobó el presupuesto en “3017” y lo aplica en “3018”, y amaga con una reingeniería administrativa en el momento menos ideal, cuando le retiene salarios y deja de pagarle dos quincenas a los empleados del ayuntamiento de Coatzacoalcos.
Acusa el edil de Morena que la nómina está inflada, y tiene razón.
Advierte que hay “aviadores”, y le asiste la razón a medias. Unos sí lo son, otros le gritan que no, que por años han estado en la estructura laboral.
Pregona que hay privilegios, salarios tan elevados que insultan, los del área de confianza, los que dejó Marcelo Montiel, Iván Hillman, Marco César Theurel Cotero, Joaquín Caballero Rosiñol los alcalde priistas.
Aduce que los incrementos salariales se han dado rebasando el tabulador. El líder sindical, Gersaín Hidalgo Cruz, le responde que el tabulador es obsoleto y que manda lo acordado en el contrato colectivo de trabajo.
Amaga que unos, los “aviadores”, se irán o habrán de enfrentar la ley. Y con el ahorro y la reducción de plazas, la baja en los salarios de los que cobran 30 y 40 mil pesos por mes, los recursos servirán para el desarrollo y la obra pública.
Habla Carranza con media verdad. No cuenta que los privilegios van más allá del tema salarial, que no es el empleado que recoge basura, o el que limpia las calles, o los que reparan calles, o los que limpian canales, o la secretaria o la afanadora, a los que les dejó de pagar su salario a tiempo, lo que provoca el desequilibrio financiero.
Hay derroche en lo suntuario, el pago de privilegios, comidas en el Trocadero y Piquitos, donde sólo el magnate y el narco, o el político corrupto, pueden sufragar el costo de las viandas y los vinos. O en los viajes y hoteles de cinco estrellas. O en los días de placer con el novio o la novia. Todo lo paga el ayuntamiento.
Hay empleados que no lo son o que sirven a organismos de gobierno que cuentan con nómina propia. El ayuntamiento cubre salarios de “aviadores” o trabajadores de la PGR, Profeco, las juntas de conciliación, el Servicio Nacional de Empleo, de fiscales adscritos a juzgados y del personal del Parque Quetzalli, el capricho de la ex diputada duartista, Mónica Robles Barajas, del Clan de la Succión, los protectores de la diputada federal de Morena, Rocío Nahle García.
Y hay dispendio en la partida de medios de comunicación, fallidos hacedores de imagen que cobran por callar, por encubrir la corrupción, por embestir a los críticos del grupo en el poder. El que más cobra es Diario del Istmo, propiedad de los Robles, el Clan de la Succión.
Quiere el alcalde Carranza Rosaldo aplicar la reingeniería administrativa. Que transparente, pues, quienes son beneficiarios de la corrupción y de derroche, así tenga que tocar los intereses de Rocío Nahle, a los Robles, a Marcelo, a Iván, Theurel y Caballero. Si no, todo es simulación.
Detona el conflicto, el 31 de enero. Ese día, en el patio del anexo al palacio municipal la protesta por falta de pago de dos quincenas exhibe al alcalde de Coatzacoalcos como es.
Lo increpan. Lo retan. Demandan salarios atrasados —retenidos, lo que es violatorio de la ley— y el pago inmediato. Otros exigen prestaciones, aguinaldo, beneficios que les otorga la relación contractual.
Carranza no aparece. Transcurren las horas. Plantados desde mediodía, ven llegar la noche. Conminan a que el alcalde Carranza enfrente el dilema, encare a su personal, explique y remedie la situación. Y el alcalde no llega.
Agazapados, ni el alcalde de Coatzacoalcos, Víctor Carranza Rosaldo, ni su secretario de Gobierno, Alberto Mijangos Martínez, le dan la cara al gremio sindical. Se refugia el edil en el edificio de Tesorería, simulando que trabaja en cómo deshacer el nudo. Pero de ahí no se mueve ni se moverá.
Instados a ofrecer una solución, la síndica Yazmín Martínez Irigoyen, acuerpada por el cabildo, empujada a hablar, baja al patio, habla, ofrece, lamenta, expresa una disculpa. Y miente.
Decía que al día siguiente estarían las tarjetas para el cobro en cajeros bancarios. A las 12 del día estaría saldado el adeudo. Pero no es así.
Allá si Carranza trae en mente echar a los basificados de Joaquín Caballero o a los trabajadores de confianza de salario descomunal, los de 30 o 40 mil pesos al mes. Al trabajador sindicalizado, el que vive al día, el que apenas come, paga renta, viste y si acaso puede pagar la educación de sus hijos, lo impacta en su bolsillo.
Se lo dicen en las calles, marchando. Le gritan con voz procaz: “Carranza culero, entrega mi dinero”. Y vuelven a negar ser “aviadores”.
Otro ejemplar es el líder del Sindicato Único de Empleados Municipales, Gersaín Hidalgo Cruz, con salario de 23 mil pesos quincenales, que lo embiste de cara al palacio municipal. Así sea de los privilegiados, el dirigente habla de Carranza como el títere de Rocío Nahle, de “aviador” porque cobra por un trabajo que no sabe desempeñar, de perverso con el personal del ayuntamiento.
Otro inservible es el secretario de Gobierno, Alberto Mijangos Martínez. Lo suyo es crear conflictos, atizar el fuego en colonias, maniobrar para imponer incondicionales en las juntas vecinales, usar la sala de juntas del alcalde cuando el alcalde anda ausente, usar palabras altisonantes cuando los ciudadanos lo increpan. Pero en el lío Carranza-SUEM no enfrentó la protesta.
Aparece Mijangos en la foto junto al alcalde, pero se oculta en las enaguas de la síndica si hay que encarar la ira del personal.
Hablaba Carranza de “aviadores”. Decía que son 343. Increpado, insultado, finalmente comenzó a matizar. Son 60, llegó a recomponer. Y luego salió con que no son “aviadores”, los que sólo aterrizan cada día 15 y cada día 30, sino que presuntamente están adscritos a dependencias federales y estatales, y que lo va a investigar.
Carranza es políticamente disléxico. Dice año 3018 cuando que es 2018. Y no termina de asimilar lo que un alcalde debe ser.
Su fotografía en los cubículos del ayuntamiento tuvo un costo de 32 mil pesos. Se siente gobernador, se siente presidente de México. Se ha de creer Venustiano Carranza, no Víctor Carranza.
No cuenta que los salarios del cabildo son igualmente insultantes. No dice que el salario del alcalde es de 75 mil pesos al mes, el de la síndica 70 mil, el de los regidores, 60 mil, y entre 30 y 40 mil el de los funcionarios, muchos de ellos jubilados de Pemex, lo que duplica sus ingresos. Y mientras el que recoge la basura gana apenas 4 mil.
Sábese que a los miembros del cabildo y su cúpula de oro se les otorga además compensación y caja chica. Un edil en tiempos de Marcos Theurel ganaba en promedio en números reales 130 mil al mes, aplicando los bonos trimestrales y el bono anual.
Al alcalde la memoria le falla. Si alguien engrosó la nómina, fue Iván Hillman Chapoy, esposo de Mónica Robles, una de las protectoras de Rocío Nahle, la comadre que lo arrimó a la alcaldía.
En los días del ivanismo, de 2005 a 2007, se crearon secretarías, direcciones, subdirecciones. Sin un equipo político fogueado y conocedor, Iván Hillman llenó el ayuntamiento de amigos y súbditos. Y al final, sin obra pública relevante, desapareció 2 mil millones de presupuesto. Eso sí, compró el edificio Mo-Hill y su tesorero y dueño, Mariano Moreno, inició un millonario consorcio gasolinero.
Carranza tiene en la nómina municipal 13 plazas que realizan funciones en el Parque Quetzalli, propiedad de Mónica Robles. Sus salarios los cubre el ayuntamiento. Importan 98 mil 959.50 pesos al mes, como se observa en el listado de sueldos de los trabajadores del ayuntamiento.
Los empleados del Parque Quetzalli, pagados con recursos municipales, son los siguientes:
Roberto Herrera Damián, Filiberto Castro Pérez, Rocío Vásquez Virgen, Norma Carolina Vidal Leyva, Oscar Pablo Mendoza Archundia (ya despedido aunque su plaza persiste), Uriel Ramos Jácome, Ana Celia Romero Santander, Sara Gómez Sinaca, Moisés Hernández Flores, Edizon Hernández Caamaño, Naxhielii del Carmen Entar De Jesús, José Francisco Toledo Ordaz, Elsi del Carmen Nájera Sánchez
Otro boquete financiero es el de los medios de comunicación. Y el rey es Diario del Istmo.
Ahí el derroche del ayuntamiento joaquinista fue de casi 5 millones de pesos por mes.
Lidera el dispendio Diario del Istmo y sus medios satélites —Imagen del Golfo Multimedios, DI Noticias, ya desaparecido, Impulsos Mercadotecnia, con facturación mensual superior al millón de pesos.
Un reporte del periodista Ignacio Carvajal, en enero de 2017, revelaba pagos para Editora La Voz de Istmo por 2 millones 245 mil 995 pesos correspondientes a los meses de julio y agosto de 2016.
Otro de los medios del Clan de la Succión, la familia Robles Barajas, es Imagen del Golfo Multimedios. En ese período el ayuntamiento joaquinista pagó 194 mil 999 pesos.
Uno más, Impulsos Mercadotecnia AC, aparece con 98 mil 200 pesos.
Por mes, a la fecha, al consorcio de los Robles se le paga más de un millón 300 mil pesos. ¿Y de qué sirve? ¿Se prestigia la obra pública o se callan las corruptelas, el derroche, el daño al erario?
Le aplauden a Carranza los chairos, los pejezombies, la prensa ivanista y los que simpatizan con el morenismo. Pero eso no es más que estridencia. En los tribunales, donde deberá dirimirse el conflicto con el SUEM, la leperada no cuenta, el acoso y descalificación es ignorada, la yihad pejista siempre pierde.
Si Carranza no transparenta el manejo financiero, si no suprime las compensaciones al salario, si no cancela los sueldos al personal del Parque Quetzalli, el capricho de Mónica Robles, agenciándose un parque que es propiedad del pueblo, y el derroche en publicidad, donde Diario del Istmo es rey, todo será una simulación.
Mientras, el alcalde da palos de ciego.
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Archivo muerto
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Justo cuando la Gendarmería llega, la violencia vuelve a crecer. Acosado por sicarios, perseguido, Edgar Bumas terminó su intento de fuga en un muro de Plaza 104, en el malecón, contra el que se estrelló. Quiso huir, ingresar al estacionamiento, llegar hasta McCarthy’s o a Terraza, pero no lo logró. Sintió las descargas en su humanidad, las balas que lo ultimaron, los impactos que acabaron con su vida. Edgar Bumas, un joven al que le apodaban El Chino, inscribió su nombre en la historia de sangre que sacude a Coatzacoalcos, el flagelo que cimbra a Veracruz. Dos personas más, sin ninguna relación con el joven asesinado, fueron alcanzadas por los disparos, siendo trasladadas a la Cruz Roja. Fue ejecutado la tarde de este domingo 4. Edgar Bumas es hijo de Jorge Bumas, otrora guardaespaldas del extinto líder de la Sección 11 del sindicato petrolero, Francisco Javier “Chico” Balderas Gutiérrez, y es actual delegado de la CTM en el municipio de Nanchital. Opera para el dirigente regional cetemista, Carlos Manuel Vasconcelos Guevara, ex candidato del PRI a la alcaldía de Coatzacoalcos, el priista más cercano al candidato del PRI al gobierno de Veracruz, Pepe Yunes Zorrilla. Bumas es la voz, los ojos y los oídos de Carlos Vasconcelos en el área industrial, el que le maneja los contratos con las empresas que construyen o reconstruyen plantas petroquímicas, el que controla cuanto se le paga o se le deja de pagar a los trabajadores. Ominoso crimen el de Edgar Bumas, uno más ligado a la CTM. Antes, la violencia alcanzó a líderes cetemistas de Villa Allende, Agua Dulce, Las Choapas, Moloacán y a otros allegados a Vasconcelos. Una ejecución más cuando la Gendarmería Nacional llega a Coatzacoalcos para pacificar. Así los recibe el crimen organizado… Maniobra burda de las hordas de Rocío Nahle, en una asonada para echar abajo la elección de militantes para integrar la lista plurinominal de Morena. Un oficio, dirigido a la presidenta nacional de Morena, Yeidckol Polenvsky Gurwitz —o Citlali Ibáñez, como fue bautizada—, señala que desde el inicio del nuevo ayuntamiento “el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares emprendió una embestida contra el gobierno municipal, incendiando a todo el estado de Veracruz y en particular al municipio de Coatzacoalcos por medio del Sindicato Único de Empleados Municipales (SUEM), encabezado por Gersaín Hidalgo Cruz, mismo que amenazó con tomar las instituciones”. Y sostiene que no existen las “condiciones factibles para la realización de las asambleas distritales que se efectuarán en el distrito (sic), ya que es posible la intromisión de fuerzas externas y con el único objetivo de desestabilizar nuestra organización política, además de solicitar al Comité Ejecutivo Nacional y a la Comisión Nacional de Elecciones tenga a bien tomar las medidas pertinentes para salvaguardar nuestro movimiento”. Firman: José Ángel Echevarría Escamilla, secretario estatal de Jóvenes; David Alemán Ocampo, secretario estatal de Trabajo; Isidro Enrique Villegas García y Claudia Esther Balderas Espinoza, consejeros nacionales de Morena, así como el enlace 11 Distrital Federal, José Darío Benítez Vera. Treta vil de Rocío Nahle, vía sus huestes, reclamando su derecho a pisotear la democracia interna de Morena, a desechar la asamblea distrital con el pretexto de que Yunes los trae jodidos, les incendia el calzón, usa al SUEM para tomar instituciones, algo que sólo en la mente de la yihad pejista ha ocurrido ya. Así fue la cancelación de la elección interna de regidores, con la que la diputada federal pudo imponer, arreglar, maquillar la planilla del pejepartido que contendió por la alcaldía de Coatzacoalcos. De por sí, la asamblea distrital es ilegal, pues como refiere uno de los fundadores de Morena, Rogelio Martínez Hernández, al no haber comités municipales, donde se designa a los delegados, por haber sido eliminados por decisión cupular, las asambleas transgreden los estatutos. Son, diría, el Dios Peje, espurias. Incluso la asamblea estatal es de origen ilegal. Hoy el grupo allegado a Rocío Nahle va por el centralazo, por la anulación de la asamblea distrital (ilegal) en que la tómbola determinaría qué militantes irán a la lista de candidatos a la diputación federal plurinominal. Y luego, con un dedazo se consumará otro agravio a la democracia interna de Morena en Coatzacoalcos… Lo suyo no es servir sino servirse. Lo suyo es hacer millones. Se escucha la voz de Rendón decir: “Aquí nos vamos hasta los huevos. Que chingue a su madre. Nosotros no vamos a poner en riesgo millones y millones en proyectos que tú y yo vamos a hacer”. Es uno de varios audios en que se trasluce el saqueo yunista al sistema de agua, la simulación ética, los hampones que se atrincheran en la impunidad. No sirven a la sociedad. Se sirven del poder. Y van por “proyectos” millonarios, que es tan semejante o peor que lo que ocurría en el duartismo, pues en los días de poder de Javier Duarte todo Veracruz sabía de su capacidad para robar, y robó, pero ahora se pregona el cambio, la virtud y la honestidad, y los que llegan a los cargos públicos se enriquecen en tiempo récord y enloquecen exhibiendo sin pudor lo que la uña filosa les da. Primer día, primer audio, primer espionaje. Y viene más…
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Foto: Liberal del Sur, Imagen del Golfo