* Panistas doctrinarios se alebrestan * Los externos no funcionan, dicen * Pero colgados del PRI, ganan * “Cabrón Ladrón”, tildan morenistas a su líder * Que Yunes saque las manos de Morena: Huerta * Nadie pela a Héctor Yunes en el PRI * PAN-Coatza: recomendando regidores * Agravia Pulgoso Lagunes a regidora
Por una alcaldía inalcanzable, y una derrota anunciada, riñe y se enfrenta el panismo de Coatzacoalcos, los doctrinarios y los neopanistas, contaminados por la candidatura para un militante del PRI.
Aduce la vieja guardia que no requieren externos para ganar la contienda electoral, si es que pudieran ganar, pues dicen los números que cuando importan priistas van a la baja y cuando son postulados militantes del PAN sus posibilidades crecen.
Reviran los neopanistas con argumentos duros: la modorra de los doctrinarios, sus debates de café, cero estructuras en colonias, cero base social, sin invertir un peso en campañas y un mundo de resultados adversos. Las últimas regidurías en el ayuntamiento se las deben a la votación que generaron los candidatos importados del PRI.
Así, en la búsqueda del “bien común”, van construyendo un fracaso, la inminente derrota en la próxima elección del 4 de junio, rebasados por el PRI y a años luz del Movimiento de Regeneración Nacional.
Todo le falta al PAN: estructura, operación electoral, imagen, perfil de candidato, militancia, causas sociales, contacto con su entorno, conciencia de su realidad política, saber si en el imaginario colectivo tienen acaso un lugar.
Son un membrete, una etiqueta, una marca que se usa en tiempos de elección y se guarda para la siguiente ocasión.
Alebrestados, los doctrinarios que se mueven en corrientes que marcan el rumbo en el PAN, con referentes estatales y nacionales, ex presidentes de comité, delegados y ex regidores, se pronuncian contra el candidato externo, de filiación priista. Sostienen que basta con un militante de origen panista—100 por ciento panista— para ganar la alcaldía de Coatzacoalcos.
Tomaron posición el viernes 3, con su repudio a entregar la candidatura de Acción Nacional a militantes o ex militantes del PRI.
Usan la estadística para convencer. Con los externos pierden, con los militantes el PAN es mejor. Es su argumento.
Se remontan los doctrinarios a 2010, cuando el candidato del PAN a diputado local fue el hoy regidor José Uribe Pozos. Su votación fue de 38 mil 45 sufragios, pero perdió la elección ante el priista José Murad Loutfe Hetty.
En 2013, Alejandro Wong Ramos, perredista, registró 25 mil 357 votos, sólo por el PAN.
Hablan los doctrinarios del fracaso en 2016. Sin candidato ganador, igual que ahora, postuló el PAN a María Inés Núñez Monreal, recomendada por el ex alcalde Edel Álvarez Peña, hoy presidente del Tribunal Superior de Justicia de Veracruz, quien apenas horas antes había renunciado al PRI.
Sus cifras son dramáticas: María Inés Núñez obtuvo 8 mil 960 votos, que sumados a los que registró el PRD, llegó a la vergonzosa cantidad de 10 mil sufragios.
Tres elecciones para diputado local y la caída ha sido estrepitosa: perdieron 29 mil 85 votos en seis años.
No hablan, sin embargo, del repunte en votos aunque sin triunfo de Gonzalo Guízar Valladares en 2010 y 2013 en elecciones por la alcaldía.
Citan, por ejemplo, que el hoy líder estatal del Partido Encuentro Social obtuvo 45 mil 964 votos en la elección de 2010, pero en la 2013 (cuando contendió contra Joaquín Caballero Rosiñol) sólo alcanzó 31 mil 713 sufragios. En tres años su votación decreció 14 mil 251 votos, según refiere Presencia.
“Un tercer ejemplo fue el comparativo entre el panista Jesús Serrano Carrillo y la candidata externa Gloria Santos Navarro, quienes compitieron por la diputación federal en el 2012 y el 2015, respectivamente”.
Serrano enfrentó a Joaquín Caballero y a Rocío Nahle, de Morena. Venció el priísta pese a la altísima votación de la morenista. Serrano registró 21 mil 975 votos.
Gloria Santos compitió ante Rocío Nahle y el priista-panista-priista, Rafael García Bringas. Obtuvo 11 mil 653 votos, relegada al tercer lugar de la contienda. Ganó Rocío Nahle.
De 2013 a 2015, entre lo obtenido por un militante panista y un externo, la caída fue de 10 mil 322 sufragios.
Su visión es parcial, en algo real, en algo no. No toma en cuenta el contexto de cada elección, los adversarios, la operación política del marcelismo, unas veces a favor del PRI, cuando son sus candidatos, o en contra, cuando se trata de debilitar a grupos rivales.
Partido enano, sin un sólo alcalde panista en su haber, con un diputado federal de origen priista (García Bringas, en 2009), el PAN conforma su historia a través del fracaso electoral.
Sus tiempos de gloria son intermitentes, destellos en la oscuridad de la vida pública, colgados a los candidatos que les envían los grupos priistas, que con sus estructuras le han allegado una diputación federal y nueve regidurías. Nada más.
Cada trienio —o en el cuatrienio 2001-2004— los regidores asignados al PAN no pasaban de uno o dos.
En 2009, la crispación contra el PRI por la candidatura del ex alcalde Iván Hillman Chapoy provocó una ruptura sorda con el marcelismo, cuyo líder, Marcelo Montiel Montiel, operó la derrota de su partido y la consiguiente victoria de García Bringas aunque éste fuera su adversario potencial.
De labios hacia afuera, Marcelo Montiel había pactado un acuerdo para reforzar a su acérrimo rival, Iván Hillman, el que lo había tildado de “fantasma verde”, el que dejó caer su obra pública, el que lo exilió de Coatzacoalcos con el apoyo de Fidel Herrera Beltrán.
A trasmano, Marcelo Montiel fraguó la derrota que tácitamente acabó con la carrera política de Iván Hillman. Ofreció operar y lo engañó. García Bringas se convirtió en el único diputado federal que ha tenido el PAN en el distrito de Coatzacoalcos, gracias al voto de castigo con Iván Hillman.
En 2010, Gonzalo Guízar no ganó la elección pero con su votación aseguró cinco regidurías en el ayuntamiento, para militantes y para externos.
Tres años después, en 2013, nuevamente Gonzalo Guízar contendió. Perdió pero logró cuatro regidurías, también para militantes y para externos.
Hoy acude el PAN al priismo una vez más para salvar la nave, si es que puede; para evitar el naufragio como en la elección de 2016, remitido al tercer sitio en la disputa por la diputación local con poco más de 10 mil votos. Casi al nivel del promedio de votación del PRD en sus mejores tiempos.
Importa, atrae a priistas con trayectoria y a priistas de temporal. De un Jesús Moreno Delgado y Juan Manuel Rodríguez Caamaño, del clan marcelista, a Arbedina Teresa King Cancino, cuya operación política se desarrolla de su casa al restaurant La Bocata y del restaurant La Bocata a su casa, unos 20 metros de distancia, y en las páginas de sociales.
De los tres, Jesús Moreno es el único con estructura política, la que armó y fortaleció en los días en que era parte del marcelismo, cuando saltaba de un cargo a otro, en el ayuntamiento, en el Congreso, en el gobierno de Veracruz o en el gobierno federal, disfrutando la “plenitud del pinche poder”.
Pasó por el DIF, la Secretaría de Gobierno, junto a Marcelo Montiel en la delegación de la Sedesol federal en Veracruz y su última función fue de nuevo en el DIF con Joaquín Caballero.
Juanelo Rodríguez, rector de la Universidad Istmoamericana, sólo tiene en su haber una carta, la de su apoyo a la educación universitaria, los postgrados, la especialización del profesional, a través de un sistema de becas —que a veces cancela sin decir agua va— que ofrece acceso a quienes carecen de recursos para continuar su educación superior.
Su último cargo fue la Fundación Colosio del PRI y la secretaría del Ayuntamiento de Coatzacoalcos.
Tere King, candidata de los amigos del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, de Rogelio Lemarroy, ligada vía su esposo Álvaro Ruiz, al constructor Oscar Fosado Montalvo, ni pinta en la política local, ni tiene roce partidista, ni los panistas la ubican, ni puede borrar su incursión en el Congreso de Veracruz, cuya mayor gesta fue aprobar el último crédito de Fidel Herrera Beltrán por 10 mil millones de pesos, cuyo destino es un misterio.
Sin mucho que ofrecer, el panismo doctrinario de Coatzacoalcos los rechaza. Reclama su derecho a que sean militantes los que contiendan contra Morena y el PRI.
Doctrinarios y neopanistas disputan una candidatura que presagia derrota, que no prende entre el electorado, que los remitirá al tercer lugar en la contienda.
Se percibe la masacre del 4 de junio, Morena crecido por los desatinos del yunismo, por la dispensa de justicia al duartismo, la banda de Javier Duarte que saqueó los dineros de los veracruzanos y que provocó el caos financiero; el encubrimiento a los cómplices del ex gobernador de Veracruz, hoy prófugo; por la candidatura del PAN al ex contralor Ricardo García Guzmán, otro cómplice del gordobés, para contender por la alcaldía de Tuxpan; por la violencia que no cesa y derrama más sangre; por el ofrecimiento de captura del ex gobernador Javier Duarte, que no llega; por la amenaza de la quiebra financiera total por la renuencia del PRI y Morena a aprobar la reestructuración de la deuda en el Congreso estatal.
Y mientras, doctrinarios y neopanistas se embroncan por una candidatura condenada al fracaso, por la derrota que se ve venir en Coatzacoalcos, por el repudio de la vieja guardia a que el priismo los suplante y las puertas que los neopanistas le abren al PRI.
A la greña por una alcaldía perdida.
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Archivo muerto
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Arrecia el vendaval en Morena, increpado su líder en Veracruz, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, por aspirantes y militantes, aquellos que acusan que la elección de candidatos a alcaldías y sindicaturas en realidad fue imposición, venta de espacios, agandalle del dirigente y de los diputados Norma Rocío Nahle García y Cuitláhuac García Jiménez que colocaron recomendados e incondicionales sin respetar a las bases del partido de Andrés Manuel López Obrador. Revira Manuel Huerta —“El tigre de Santa Julia”— que la revuelta está orquestada por Miguel Ángel Yunes Linares, que el gobernador de Veracruz atiza el fuego, que saque las manos de Morena. “Así o más clarito”, puntualiza Huerta Ladrón de Guevara. Y los morenistas tercian, replican, se enfadan. Hay agitación en 70 de los 212 municipios de Veracruz, pero hay mucho menos denuncias en los tribunales electorales o en la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena. Se defiende Manuel Huerta no como tigre de Santa Julia sino como gato boca arriba, imputando que los que protestan no son militantes y traen el sello yunista. No todos. Herminio Rojas, de Nogales, al norte de Veracruz, es fundador de Morena y sostiene que el líder del pejepartido hace honor a su apellido: “es un cabrón Ladrón que está vendiendo el movimiento al sistema corrupto que impera en el Estado, PAN-PRI, imponiendo candidatos que no tienen la fuerza ni el perfil para ganar”. Y agrega: “Consideramos esto es un acto de traición al partido. Manuel Huerta engañó a ojos abiertos. No permitiremos que con estas acciones se vaya abajo el trabajo que se ha llevado a cabo. Si dejamos que impongan a sus candidatos, sabemos de antemano que estamos perdidos. En el caso específico de Nogales no es posible que vayamos a tener como candidata a una persona que no sólo no tiene conocimiento político, tampoco tiene estudios y en lugar de unir, se ha peleado con la militancia que tiene más méritos que ella”. Agrega Herminio Rojas: “156 representantes municipales solicitaron la destitución del presidente del Comité Directivo Estatal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara”. La entrevista aparece en el portal de Al Calor Político… Nadie fuma, nadie pela a Héctor Yunes. Denigrante para él, exhibirse en redes sociales llamando la atención del líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, y ser ignorado. Monta el show en Twitter. Dice ahí el senador, fallido candidato priista al gobierno estatal: “Veracruz no es prioridad para ti. (…) No son 3, somos 4 estados en elecciones, olvidaste mencionar #EleccionesVeracruz en el último Consejo Político. Algo no menor. (..) Hay 3 elecciones de gobernador y en Veracruz 212 Ayuntamientos, pero somos el único estado en oposición”. En otro apunta: “Enrique Ochoa, si desconoces la relevancia política de Veracruz, recuerda: somos el 4to. estado con mayor padrón electoral”. Hubo más, todos sin respuesta. “@EnriqueOchoaR te he buscado con propósito fijar posición como priista sobre tu poca atención a #EleccionesVeracruz”. Y el que alcanzó el clímax: “Enrique Ochoa, si tu apretada agenda no permite llamada, contesta mensajes o acusa recibo en el Aniv PRI de #EleccionesVeracruz”. Reducido a nada, Héctor Yunes pierde el juicio. Se colapsan las neuronas. Razona sin tino, sin mesura, exhibiendo que para la cúpula del PRI no existe, que lo repelen, que lo ignoran. Lo desaira Enrique Ochoa Reza. Desdeña sus llamadas. Ignora su provocación. ¿Es ese el Héctor Yunes que alardea que en 2018 será candidato del PRI al gobierno de Veracruz, si ni un tuit le contesta su líder nacional? Frío del bueno es el que experimentan los que están congelados… Perdiendo, ganan. Cuatro de los cinco aspirantes a ser candidato del PAN a la alcaldía de Coatzacoalcos podrán colocar a sus recomendados en la planilla que irá a la contienda. Cuatro de ellos, los que no logren la candidatura, impulsan a sus protegidos. Tere King Cancino al constructor y ex líder de la CANACO local, José Antonio Wilburn González; Jesús Moreno Delgado a la priista Ángela Crisanto Pérez, ex diputada local suplente; Juan Manuel Rodríguez Caamaño, también egresado del PRI, a Luis Suárez Castellanos, ex director del periódico El Heraldo; Alfredo Phinder Villalón a Fernando Nieto Ramón, consejero nacional panista, y José Luis Sosa Franco a José Ángel Torres. Uno de ellos será candidato del PAN a la alcaldía de Coatzacoalcos y su recomendado se quedará con las ganas de ser edil; los otros cuatro pujarán por insertarlos en la planilla. Encarnizada la lucha contra los grupos panistas que ya tienen sus prospectos y que al interior del PAN pesan más que cualquier aspirante… Golpe bajo a Geny Yep, regidora municipal, una dama, que si algo tiene es respeto por la crítica y la diversidad de opinión. Bajo, como es, Federico Lagunes la tilda en su portal Municipiossur de “muñeca fea”, en una fotografía en que se ve a otros dos ediles de Coatzacoalcos, la profesora Mirna Ávalos y Felipe Hernández Pulido, junto al virtual candidato del PRI a la alcaldía, Carlos Manuel Vasconcelos Guevara. Obvio, replica Geny Yep. Y lo hace ante el fiscal regional Ricardo Morales Carrasco —de la cuadra de Jorge Winckler— a quien le exhibe el caso y a quien le expresa que peleará por sus derechos como mujer, por haber sido violentados y por el desprecio con se le trató. No habrá denuncia penal pero la regidora espera una disculpa pública. Algo así como pedirle decencia a Pulgoso Lagunes. Remóntese la memoria a los días en que Federico Canino se autonombraba rottweiler, y en sus tiempos de regidor fue denunciado por acoso sexual, usar su cubículo para concretar sus citas con prostitutas, desviar recursos públicos por emplear el equipo de cómputo para subir notas a su portal y la insinuación del ex alcalde Marco César Theurel Cotero de evadir la prueba antidoping y presentarse días después con un frasquito con orina de quién sabe quién. Con esa calidad moral, ahora agravia a la regidora Geny Yep. Y suponía que ella lo dejaría pasar…
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Foto: Juanita Guzmán, Distrito Rojo, Formato 7