Decía don Julio Scherer García que al periodista lo avalan los hechos; sin ellos está perdido. La frase se ha repetido miles de veces. La han adoptado cientos de nuevos periodistas, los de espíritu crítico, los de compromiso social, los que entienden la comunicación como un factor indispensable de la democracia.
Don Julio se fue. Dejó de existir la madrugada del miércoles 7, en la paz de su familia, agobiado por la enfermedad, en la intimidad de los suyos, casado con sus convicciones hasta el momento final.
Proceso fue la casa de Julio Scherer, su hijo pródigo. Proceso ha sido una escuela, taller permanente de periodismo de investigación, documentado todo lo que se ha de publicar.