Regina Martínez fue el parteaguas de la crisis, el detonante, metástasis del cáncer duartista. Su muerte puso los ojos de todos sobre Veracruz, evidente el peligro, el riesgo, el clima de hostigamiento hacia la prensa crítica, ruin el ambiente, el desprecio de un tipo que por accidente político, por el capricho de Fidel Herrera, llegó a ser gobernador.
Regina murió en su hogar, la tarde del 28 de abril de 2012. La hallaron sin vida, sobre su piel las huellas del odio, estrangulada, agraviada, silenciada por lo que sabía, por la información que atesoraba y por lo que llegó a escribir.