* Veracruz por los suelos; el gobernador también * Escarnio en redes sociales * Queja ante la CNDH contra Patricia Peña * De la Guardia y Marcelo, cónclave nocturno en 2004 * Asedio a funcionarios electorales * Segundo robo a la diputada * Funcionaria y acosadora sexual
Literalmente, Javier Duarte anda en los suelos, arrollado y maltratado, su imagen hecha añicos, pieza de escarnio y mofas, pues no es común que un gobernador, queriendo darse baño de pueblo, termine de rodillas y escuche la risa burlona de todos a su alrededor. Qué oso, dirían los chavos.
Le sucedió en Córdoba, su tierra adoptiva. Acudió a la inauguración del gimnasio Javier Duarte Franco, que lleva el nombre de su padre, en la Secundaria General numero 1. Habló y agradeció. Luego, cuando ya iba de salida, se le ocurrió tomarse la foto —la selfie, le dicen ahora— con los estudiantes que se hallaban en las gradas.
Se le ve en un video que consigna el ridículo momento. Duarte observa a los jóvenes. Camina entre ellos con paso ágil. Accede por la escalinata. Se coloca de frente a los fotógrafos. Abraza a quienes tiene cerca. Se aprietan los espacios entre los estudiantes, todos queriendo estar junto al gobernador de Veracruz.
De pronto, detrás de Javier Duarte logra verse un movimiento hacia delante. La mancha humana comienza a desplazar al gobernador y quienes está a su lado. Son tácitamente empujados perdiendo el equilibrio, precipitándose de cabeza varios de ellos.
Con su traje negro, descorbatado, camisa blanca, Javier Duarte se pierde entre la mancha de cuerpos que ruedan en fracción de segundos que luego, gracias al video del periódico El Mundo de Córdoba, habría de inundar las redes sociales.
Javier Duarte cayó sobre algunos estudiantes, casi todas mujeres, y otros le cayeron encima. Se escuchan algunos gritos. Luego un mar de carcajadas. Quienes están de pie agitan sus pañuelos blancos. Y siguen las risas.
Allá en el fondo sigue Javier Duarte, el desgobernador de Veracruz. Acuden a él sus guaruras y personal docente de la Secundaria General número 1. No se pone de pie. Es captado por las cámaras fotográficas aún de rodillas. Y la foto se vuelve viral en internet.
Se incorpora. Ayuda a otras estudiantes a levantarse. Toma a una de las jóvenes, la abraza y exhibe el pulgar en señal de éxito. No cesan las carcajadas de los alumnos y con ellos ríe el gobernador.
Surcan las redes sociales, los sitios de internet, los espacios noticiosos independientes, la prensa escrita, la radio, esas imágenes de apenas 17 segundos en el video de El Mundo de Córdoba (https://www.youtube.com/watch?v=7SYcF0WydLM), o en el del portal Futbol al Tope, en 1:04 minutos (https://www.youtube.com/watch?v=tTIFX6LrERk) y otros más que registran la duartecaída (https://www.youtube.com/watch?v=Zy9TQ3G7PzM).
Paga entonces el precio de su impopularidad, del desgobierno, de la soberbia, del poder usado para el atropello, para el enriquecimiento de su pandilla. Lo atrapa una avalancha de críticas, mofas subidas de tono, descalificaciones hirientes, improperios y vulgaridades, analogías sin rubor en que se le imputa que así como anda Javier Duarte, por los suelos, así anda el Veracruz que él desgobierna.
Le hacen memes. Le lanzan dardos. Hay quien dice con sorna: “¿Habrán encontrado a los niños desaparecidos?… ¿Cómo habrán quedado, pobres niños, una tortilla?… ¿O se los habrá tragado?… ¿Qué día mero fue?… ¿Por eso habrá temblado?”.
Se lleva las ocho columnas de Notiver: “Cae Duarte y rebota”. Y remata el periódico de don Alfonso Salces: “ni se poncha ni se desinfla”.
Nada impide que el duartazo trascienda. Lo toma una parte de la prensa nacional. Lo divulga CNN México, El Financiero, Eje Central. Se hace viral la caída del gobernador de Veracruz.
Tiene su auge en las redes sociales. La comunidad de Facebook y Twitter sacude a la pandilla duartista, relajado el lenguaje, provocador e insultante porque Javier Duarte hace tiempo que dejó de inspirar respeto.
Obvio, lo calla la prensa vendida, la prensa duartista, la que antes hizo mofa de la caída de Patricio Chirinos Calero, siendo gobernador, en 1999, al final de su gobierno. Un resbalón lo puso en boca de todos, en las páginas de los medios antichirinistas, en la televisión.
Decían que Chirinos se hallaba tomado, que así amanecía y así se acostaba, que era su estado natural. Hoy guardan silencio ante la caída del gobernador actual.
Es insoslayable la analogía política. Veracruz también está por los suelos. Resume el episodio del gimnasio de la Secundaria General número 1, lo que es el Veracruz de Javier Duarte. Anda por los suelos, lo atropellan, lo tiran y lo sacuden, y termina de rodillas.
Veracruz está de rodillas ante el crimen organizado, postrado y sin una estrategia para acabar con la pesadilla de la violencia.
Rueda Veracruz sin recursos y los que tenía se los robó la pandilla duartista, acusados los pupilos del gobernador Javier Duarte de desviar el dinero federal, aplicarlo mal, no aplicarlo, según el análisis de la cuenta pública 2013 por parte de la Auditoría Superior de la Federación, que resultó el retrato de la irresponsabilidad, la corrupción y el cinismo de quienes disfrutan de la “plenitud del pinche poder”.
Saqueó a Veracruz el gang del duartismo. Acabó con lo que se tenía, sin importar llegar al estancamiento, a cancelar las expectativas de gobierno, a incrementar la desigualdad, a desatender las demandas sociales.
No se distingue Veracruz por ser un estado con el nivel educativo que antes le dio prestigio. Hoy se habla de una nómina inflada, de “aviadores” en la Secretaría de Educación de Veracruz, del desvío de por lo menos 2 mil millones de pesos que debieron servir para impulsar los programas educativos. Ahí anduvo Edgar Spinoso, Gabriel Deantes, acusado ese episodio por el presidente de Mexicanos Primero, Claudio X. González.
En el Veracruz del encubrimiento, Javier Duarte echó a sus amigos, los denostó, filtró a la prensa que habían faltado a la lealtad, que lo había traicionado y que los pescaron con las manos en la masa.
¿Y luego qué? Regresaron por la puerta grande: uno a la Secretaría del Trabajo y el otro contenderá por su plaza de diputado federal en la elección del 7 de junio. ¿Pues con qué tienen agarrado al gobernador?
Rueda Javier Duarte y rueda Veracruz. Cae el gobernador y quiebran las finanzas de Veracruz. Se desmorona la estructura de gobierno, la obra pública no sirve, a los veracruzanos se le cancela el futuro.
Mal reflejo. El episodio del gimnasio Javier Duarte Franco, deja maltrecho al gobernador. Lo expone al escarnio popular. Evidencia que intentando quedar bien, mezclarse con el pueblo, tiene que ser rescatado cuando la avalancha humana lo dejó a ras de piso, comiendo hormigas y en algunas escenas fotográficas, de rodillas.
Karma puro. La inquina hacia los demás se ha vuelto hacia él.
Archivo muerto
Mal y de malas, la diputada federal Patricia Peña Recio. Presentan queja contra ella 31 organizaciones no gubernamentales de derechos humanos por sus declaraciones en que alude a los migrantes que ingresan irregularmente a México, como asaltantes, matones y prostitutas. La queja fue interpuesta el miércoles 25, ante el titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez. Le recuerdan que la diputada por Coatzacoalcos viola varios artículos de la Constitución Mexicana y señala que también “acometió contra los centros de ayuda humanitaria, de los cuales forman parte las casas del migrante y los albergues existentes a lo largo de todo el territorio nacional, aludiendo sobre ‘el cierre de una casa en donde se brindaba atención humanitaria a hombres y mujeres procedentes de Centroamérica porque estos sitios se convierte un foco de asaltos, prostitución y se mataban ahí’. La declaración de la diputada Peña Recio es una clara muestra de una actitud xenófoba y discriminatoria en contra de la personas migrantes, además de criminalizar y desdeñar el trabajo que realizan las y los defensores en los albergues y las casas del migrante. Estas afirmaciones violentan la Constitución Mexicana, la Ley de Migración y los Tratados Internacionales en materia de Derechos Humanos”. Menudo lío en que se metió Patricia Peña. Craso error el haber llevado al Congreso federal a quien no tenía ni merecimientos ni capacidad para esa responsabilidad… Marcelista amarillo, Rodolfo de la Guardia Cueto no riñe en política, enfrenta y disputa, concilia y se arregla. Hoy contiende por la diputación federal en el distrito de Coatzacoalcos bajo las siglas del Partido de la Revolución Democrática. Presumiblemente independiente, en 2004 fue candidato a alcalde. Se enfrentó al priísta Iván Hillman Chapoy y en teoría habría de ganar la elección. Pero no fue así. Una noche fue citado a la casa de Marcelo Montiel Montiel, quien competía por ser diputado local, luego de fracasar en su intento por imponer a Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— como sucesor. Hablaron por horas, y allá cerca de la una de la mañana salió de la oficina privada. Lo observaron decenas de operadores priístas, el marcelismo en pleno, intrigados por saber qué acordaron, qué negociaron. Rodolfo de la Guardia se justificaría con respuestas que no tendrían justificación. Estaba en plena campaña y conferenciaba en privado con el priísmo… Asedio, presiones, intimidación a ciudadanos que serán funcionarios electorales en el distrito XI, con sede en Coatzacoalcos, son el preludio de una elección al estilo de la dictadura perfecta. Lo denuncian supervisores y capacitadores de la Junta Distrital del Instituto Nacional Electoral, que advierten que hasta los domicilios llegan enviados “de todos los partidos políticos” para coaccionar a los futuros responsables de las mesas de casilla con la intención de que renuncien y se complique la elección por falta de personal. Durante el curso que impartió la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), advirtieron que una institución educativa —presumiblemente el ITESCO— otorga calificaciones a cambio de que asistan a mítines de “un partido”. Así lo viene haciendo el PRI en complicidad con esa institución educativa, como han denunciado alumnos y docentes. Y a todo esto, ¿qué hace la oposición? Como siempre, nada, para luego gritar que son víctimas de fraude… Habrase visto: roban por segunda ocasión en la casa de gestión de la diputada Mónica Robles de Hillman y lo único que se le ocurre a la legisladora es responsabilizar al Mando Único Policial. Si fuera una ciudadana común, válido. Pero Mónica Robles se cuece aparte. Intragable, intratable, doña Soberbia no tuvo el tino de contratar vigilancia privada para salvaguardar sus recursos, unos mil 800 pesos, los paquetes de útiles escolares y los cobertores que se llevaron los amigos de lo ajeno. Con un elemento del IPAX, apostado por la noche, se habría ahorrado el bochorno de verse timada por la delincuencia. Ah, pero eso cuesta y la diputada por Coatzacoalcos lo quiere todo gratis o con cargo al erario. Mónica se va volviendo cliente frecuente de la delincuencia. El 13 de junio de 2014 fue objeto del primer robo en su oficina de gestoría. Y por lo que se ve, no aprendió la lección… ¿Quién es esa priísta, ex funcionaria del ayuntamiento de Coatzacoalcos —ojo, ex directora de área—, de quien sus secretarias, ayudantes y empleadas municipales guardan un amargo y repulsivo recuerdo, pues las hacía objeto de acoso laboral y en algunos casos sexual? Una pista: hoy es famosísima pues aparece en portales de internet, radio, tv y medios impresos…
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