* Desalojarán el predio del Holiday Inn * Juez pide el auxilio de la PGR * La agente del MP, en proceso de destitución * Pulgoso Lagunes, citado a la fiscalía por acoso sexual * Quiere usar a los regidores para evadir la ley * Jaguaroundi o el robo del siglo * Bono de marcha a los consentidos del alcalde de Nanchital
Un alarde de cinismo, la podredumbre en sus labios, describe al secretario de Seguridad Pública de Veracruz, Arturo Bermúdez Zurita, profundamente enterado de cómo el crimen organizado, los narcos, Los Zetas, gozaban de la protección policíaca en los tiempos de Fidel Herrera Beltrán, y nada hizo para impedirlo.
“Nuestra policía los viene escoltando”, dice Bermúdez Zurita a un grupo de alcaldes electos, su relato centrado en el levantón de un empresario a manos de Los Zetas, donde interviene un vehículo policíaco.
Cita otro caso. Ya con las fuerzas federales adueñadas de Veracruz, se logra la detención de un líder del narcotráfico. Sus cómplices implementan un operativo para rescatarlo. Se integra un convoy de once vehículos, todos fuertemente armados. Una patrulla es alertada que habrá enfrentamiento. Prende la torreta. No ayuda. Se mete en un estacionamiento “a hacerse buey”, precisa el flamante secretario de Seguridad.
Inquietante, el relato no proviene de un funcionario ajeno a la complicidad fidelista con el crimen organizado. Bermúdez Zurita era el titular del C-4, el órgano de espionaje del gobierno de Veracruz, usada la información recabada para el chantaje y la presión con que se somete a los adversarios del régimen estatal.
Su voz se escucha en un audio que circula en el portal youtube, en internet. Se oye a Bermúdez aludir a un video que evidencia el nivel de vinculación entre el narcotráfico y la policía, germen que dio como resultado el surgimiento del paraíso de Los Zetas en Veracruz.
A ese audio haría referencia el ex candidato panista al gobierno estatal, Miguel Ángel Yunes Linares, en su contrainforme del 1 de diciembre, réplica al mensaje del gober Javier Duarte, a quien acusa de pretender “tirar la piedra para atrás” en el tema de seguridad, infructuoso el deslinde del clima de violencia, secuestro, levantones, que desataron los agentes del crimen al amparo del fidelismo.
Duarte, refiere Yunes, fue parte de “esa estructura corrupta”; Bermúdez también. Duarte “formó parte de esa estructura delincuencial… él sabía de los vínculos de su jefe con las bandas delincuenciales, pero calló entonces y encubre hoy”.
Observaba la pandilla fidelista cómo avanzaba el narcotráfico, cómo se infiltraba en las corporaciones policíacas, cómo cooptaban a los altos mandos, cómo retaban al sistema, incluido el ataque al entonces secretario de Seguridad, Sergio López Esquer, en junio de 2011; cómo gozaron de impunidad y disimulo, y no movieron un dedo, no alzaron la voz para denunciar que las instituciones estaban siendo devoradas por el crimen organizado.
Son contundentes las alusiones a la corrupción en el audio, dos episodios de encubrimiento y lamentos del secretario Bermúdez a toro pasado: “ésta policía nos iba a dejar morir solos”.
Uno de los casos lo relata Bermúdez así:
“Cuando empezamos a revisar este video, en el C4, nos damos cuenta que son Zetas, los del coche rojo y los del coche negro. Están levantando a una persona, a un empresario que no pudimos rescatarlo. Ahorita les voy a enseñar el por qué no pudimos rescatarlo, y por qué estamos haciendo este trabajo tan empeñados. Si quieres córrelo. Aquí están, aquí ya subieron a la persona, en esos dos coches lo llevan, y fíjense ahorita quién los viene escoltando. Ahí viene un coche de los Zetas, el segundo es la escolta, este negro, y miren quién los viene escoltando. Nuestra policía los viene escoltando”.
El segundo caso habla de una policía que no va al choque por miedo o por complicidad:
“Eso era Veracruz hace tres años. Si quieres dale un poquito más adelante, regresa tantito, ahí, ponle pausa, ahí. Fíjense ustedes qué es lo que va aquí adelante. Va una patrulla, que antes era policía de Veracruz, Intermunicipal de Veracruz. Esta captura que hizo, que hicieron las fuerzas federales fue de un líder del narcotráfico en Veracruz y todos los demás no sabían quién los había detenido, si había sido la Marina, el Ejército, la contra, la policía. Entonces desarrollaron un operativo, que ahorita van a ver ustedes la fortaleza que tenían ellos aquí. Va la patrulla y están buscando a su líder. Después damos una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez… Aquí van otra vez. Va la Hummer adelante, una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, y la cola, once camionetas con gente armada. Así tomamos Veracruz. Ese fue el reto para la Marina, Ejército, Policía Federal y nosotros. Por supuesto, acompañados del CISEN, y por supuesto con la voluntad de la PGR, hemos logrado cambiar esto. Regrésale un poquitito nada más. Vean lo que hace nuestra patrulla cuando oye el llamado de que van 11 camiones armados. Vean qué hace la patrulla. Prende su torreta. Va a ayudarnos o mejor se mete a un estacionamiento a hacerse buey. Esa es la policía que teníamos”.
Y a todo esto, se pregunta Yunes Linares y se pregunta medio Veracruz: ¿por qué no denunciaron Duarte y Bermúdez a los policías corruptos, la infiltración de las corporaciones, la impunidad con que creció el narcotráfico?
Protegido desde la cúpula de la fidelidad, el crimen organizado le robó la tranquilidad a Veracruz, sembró muerte, generó violencia, desmembró familias, hizo de su territorio un camposanto de migrantes, sepultados cientos de ellos en fosas clandestinas.
Nada le fue ajeno al entonces secretario de Finanzas y luego diputado federal Javier Duarte, el favorito cortesano de Fidel Herrera para quien se allanaba el camino hacia la gubernatura.
Nada podía desconocer Arturo Bermúdez Zurita, director del C-4, en sus manos la información clave, producto del espionaje político, miles de fichas a su alcance, incluidas la de los empresarios que debían pagar cuota, los extorsionados y secuestrados, lo que se pagó por su vida, los jefes policíacos embarrados con narcos, políticos cuyas campañas fueron pagadas con fondos del tráfico del drogas, como la de Fidel, según el testimonio de Juan Carlos Hinojosa, ex contador del Cártel del Golfo, en el juicio de Austin, Texas, y el señalamiento de que el extinto Heriberto Lazcano, líder de Los Zetas, invertía en la empresa de Francisco Colorado Cessa, ADT Petroservicios, a la que el gobierno fiel le concedía contratos de obra y le vendió 68 hectáreas de la reserva territorial de Coatzacoalcos.
¿Qué fue aquello? ¿Una narcopolicía solapada por un narcogobierno? Si como revela el secretario Bermúdez la policía estaba al servicio del crimen organizado, aún es tiempo de acudir a la Procuraduría General de la República y corregir el rumbo.
Alarde de cinismo el del secretario Bermúdez: la narcopolicía en tiempos de Fidel.
Archivo muerto
Con un pie en el abismo, Karla Marina León Perdomo volvió a ser emplazada a cumplir con el acuerdo del juez Decimocuarto de Distrito, Pedro Antonio Rodríguez Díaz, a fin de restituirle la posesión a su legítimo propietario del predio donde se construye el hotel Holiday Inn, en Coatzacoalcos. Este viernes, a las 9 de la mañana, debe cumplir con la diligencia y esta vez también se instruyó al Ministerio Público Federal y la Policía Federal Preventiva para destinar agentes que procedan a realizar el desalojo. Fueron notificados, también, el subprocurador de Justicia en la Zona Sur, Jorge Yunis Manzanares, y el secretario de Seguridad Pública en Veracruz, Arturo Bermúdez Zurita. Incapaz o medrosa, o seguramente ambas, la agente Tercera del MP se ha pasado por donde quiere el acuerdo del juez federal en cuatro ocasiones, la última el martes 2, cuando ni se paró por el lugar de la diligencia pese a haber de la diligencia notificado a las partes involucradas, violentando un juicio de amparo interpuesto por el propietario del predio, Joaquín González Menéndez, y burlando así al Poder Judicial de la Federación. Apercibidos todos de que o cumplen o cumplen, el juez Pedro Antonio Rodríguez Díaz señala en su acuerdo que la inejecución de la diligencia les hará acreedores a una multa de 500 salarios mínimos, algo así como 25 mil pesos a cada uno. Se encuentra ya la agente tercera del Ministerio Público del Fuero Común, Karla Marina León Perdomo, en procedimiento para ser destituida y sancionada por desacato a una orden judicial federal, según consta en el oficio 5415, registrado en la Oficialía de Partes del juzgado federal bajo el número 20986. Y es que, a decir del juez Decimocuarto de Distrito, Karla Marina “ha dilatado deliberadamente” el cumplimiento de la restitución del predio. Este viernes, a las 9 de la mañana, podría quedar en suspenso la construcción del hotel Holiday Inn de Coatzacoalcos, a cuya hotelera vendió el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán el terreno, a sabiendas que se hallaba en litigio y que no era propiedad del gobierno de Veracruz… Bien trabado, Federico Lagunes Peña cosecha hoy el fruto de sus desmanes. Fue citado el regidor sexto de Coatzacoalcos a comparecer ante la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos por Servidores Públicos, por el caso de acoso sexual contra dos secretarias. Con fecha 27 de noviembre de 2013, giró dos oficios el agente tercero, Humberto Vázquez Medina, uno al alcalde Marco César Theurel Cotero para que le hiciera de su conocimiento a Pulgoso Lagunes que no puede eludir su embrollo de carácter penal, y otro al propio edil fidelista en calidad de “imputado”, o sea acusado, a presentarse el próximo lunes 9, a las 10 de la mañana, en la fiscalía con sede en Xalapa. Herido de muerte, vocifera Pulgoso Lagunes que no acudirá a la cita y que de ser obligado, orquestará que la mayoría de los ediles saboteen el informe de Theurel. O sea, quiere a los regidores de tapadera y cómplices de sus fechorías. ¿Pues no que presumía que se llevaba de a piquete de panza con el gobernador Javier Duarte de Ochoa?… ¿Cómo llamarle? ¿Jaguaroundi o el robo del siglo? Reserva ecológica, pulmón ambiental, sobre 100 hectáreas se erige Jaguaroundi, la cara noble de Pemex, en la colindancia con el complejo petroquímico Cangrejera, donde flora y fauna nos demuestran que se puede convivir con la industria, factible el desarrollo sustentable. Pues sí, suena bien, de no ser porque para ello Pemex se haya apropiado de 100 hectáreas que no aparecen en el decreto expropiatorio y que arrebató con la complicidad de jueces y magistrados. Próximo escándalo mediático. La historia, en breve… Vivos unos, frustrados otros, protagonizan los hijos políticos del alcalde Alfredo Yuen Jiménez una comedia de odio y abuso en Nanchital. Nace la disputa por el pre-bono de marcha que liberara la tesorera municipal, Marisol Karen, bajo la directriz del contralor Luis Vicencio Santos, alias “Güicho Panteón”, y la asesoría de su allegadísimo Carlos Mayo, y que sólo tocó a unos cuantos. Se cuentan entre los beneficiados a Beatriz Morales Guillén, esposa de “Güicho Panteón”, encargada del Archivo Municipal, pero de quien se sabe no daba golpe en horas de trabajo, pues usaba el cargo para su negocio de usura, préstamos con altos intereses, pero dinero líquido y a la mano de los trabajadores; el director de Obras Públicas, César Chang Ricárdez, sobrino del alcalde; Ricardo Sagrero, de Protección Civil; Ángel Rodríguez Navarro, director de Comunicación Social, y la propia tesorera Marisol Karen. O sea, la pandilla de los consentidos ya hizo su año de Hidalgo, lo que encrespó al resto del personal de confianza que se tuvo que conformar con las últimas quincenas y el aguinaldo. Hasta los de mayor nivel que la esposa de “Güicho Panteón” se quedaron con las manos vacías…
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