* Cuitláhuac, Gómez Cazarín, Zenyazen, un fiasco * ¿Dónde quedaron los 30 puntos de ventaja sobre Manuel Huerta? * PAN trae el reloj atrasado * Gómez Cazarín iría por diputación federal * Amado sabotea a regidora * Los Heraldos se comienzan a desplomar
Destartalada, la maquinaria política de Rocío Nahle no le allega adeptos, ni fans, ni incautos, ni le opera simpatías, ni aplausos. No le sirve Cuitláhuac García, ni los millones usados en su campaña, ni la foto con el Peje, ni la amenaza y la presión.
Vencida en la encuesta, impuesta por Andrés Manuel, Rocío Nahle habrá entendido que ni los veracruzanos la quieren ni el sátrapa de palacio, el Cuit, sabe operar.
No le ayudan los priistas —el duartismo, el fidelismo, el marcelismo, todos aquellos con los que pactó—, ni las rémoras verdes —Javier Herrera, el del hijo olvidado—, ni los haraganes del PT, o las vacas del magisterio y el badulaque de Zenyazen Escobar.
Ni le suma Juan Javier Gómez Cazarín, el delincuente que responde al apelativo de El Carón, líder del Congreso de Veracruz, invento político del gobernador Cuitláhuac García, cuyo poder usa para calar alcaldes, amedrentarlos y obligarlos a a inflar a la desinflada ex secretaria de Energía.
Nada, nadie, salvó a Rocío Nahle de la afrenta que implica perder la encuesta de Morena cuando los cuentos de los sondeos previos le daban ventaja dos a uno sobre Manuel Huerta, Eric Cisneros, Gutiérrez Luna y cualquiera que le disputaba la carrera por la nominación al gobierno de Veracruz.
Tan bien que iba, 20 puntos arriba, y en los hechos perdió.
Hacia el atardecer del viernes 10, en reuniones en corto, a puerta cerrada, Rocío Nahle conoció su realidad. Y no la pudo cambiar.
Perdió, fue arrasada, en temas cruciales: honestidad, confianza, conocimiento de Veracruz, mejor candidata para Veracruz. Ganó, por ocho décimas de punto, en un rubro: mejor candidata de Morena. Y de ahí se agarró López Obrador para imponer a su engendro, su pupila política, como coordinadora de los comités de la Cuarta Transformación, o sea la corcholata de la sucesión local.
Las encuestas han sido un circo. Son la farsa democrática del mesías de Tepetitán, alias el porro López Obrador, a la que se prestan todos, los aspirantes, los operadores, la broza obradorista, las encuestadoras y los adictos al fraude.
Lo que digan los números no cuenta. Lo que midan las encuestadoras no sirve. Ganen o no, serán candidatos los que decida Andrés Manuel.
En Veracruz perdió Rocío Nahle y López Obrador la impuso.
En Jalisco perdió Claudia Delgadillo, ex priista, y AMLO la impuso.
En Guanajuato perdió Alma Alcaraz, ex panista, y AMLO la impuso.
En la Ciudad de México perdió Clara Brugada y AMLO la impuso.
Las corcholatas son más lata que corcho, que no ganan ni saben operar, que no prenden al morenismo ni a la sociedad.
La caída —real— de Rocío Nahle García es el espejo de un equipo político de cuarta, una maquinaria oxidada, estrategas sin idea, dinero público desviado a la campaña adelantada y tirado a la basura, y grupos afines que no ganan ni la elección de jefe de manzana.
Los números de Nahle son el reflejo del mito que se extingue. Los porcentajes de Nahle son la lectura de un fracaso. Y el reporte de una debacle. Y la profecía de un naufragio. Y la crónica de un descalabro anunciado.
No es una tragedia griega. Es una tragedia zacatecana.
A la desinflada le faltó helio para volar. La desinflada, como la describió Manuel Huerta, ex delegado de Bienestar y al final su verdugo, nunca despegó. Se quedó en tierra, vencida por los que no la quieren gobernando Veracruz.
Nahle cimentó su popularidad en un engaño. Toda encuesta la ubicaba en el nivel de los inalcanzables, de los elegidos, de los semidioses. La elección de 2024 sería de trámite. Nahle tenía asegurada la sucesión.
Rubrum, por ejemplo, le daba en septiembre 39.9 por ciento de preferencia ciudadana. A Manuel Huerta lo calificaba con 12.4.
Gobernarte la situaba con 20 por ciento; el diputado federal nativo de Minatitlán, Sergio Gutiérrez Luna, 15 puntos, y Manuel Huerta, 8 por ciento.
RSearch reportaba 31 por ciento para Rocío Nahle y 17 puntos para Manuel Huerta.
Nada era cierto. Rocío Nahle tenía una popularidad ficticia. Sus números eran una patraña.
En la encuesta oficial, la de la Comisión Nacional de Elecciones de Morena, y las encuestas espejo, a cargo de De las Heras y Mendoza Blanco Asociados, Manuel Huerta la despedazó.
Falló en honestidad, confianza, confianza de que habrá de cumplir, conocimiento de Veracruz, mejor candidata. Pero logró superar a Huerta en “mejor candidata de Morena”. Obtuvo 16 por ciento y Manuel Huerta 15.2 puntos. Y el mesías la ungió.
El rayo la alcanzó. Y la electrizó.
La golpea su condición de zacatecana.
La destruye su fracaso en Dos Bocas.
La fractura su protección a la banda delincuencial que gobierna Veracruz.
La destroza el nivel de complicidad con Cuitláhuac García, con Juan Javier Gómez Cazarín, líder del Congreso de Veracruz; con Eric Cisneros —hoy confrontados—, el artífice de la represión política, protector de grupos criminales, según el Ejército; con Zenyazen Escobar García, secretario de Educación que terminó en el sótano de la encuesta; con Eleazar Guerrero Pérez, subsecretario de Finanzas, primo del gobernador, el que trafica los contratos y le paga a las empresas fantasma, y con decenas de pillastres más.
La hunde esa pandilla que, aún usando recursos públicos, no sabe operar.
La aniquila el grupo político que no mueve alcaldes ni corrientes morenistas y que en la encuesta la dejó morir.
“Está cañón”, dijo El Peje en palacio y le regaló la nominación.
Archivo muerto
A las mil y quinientas, el PAN decide ir en alianza en Veracruz. A las mil y quinientas porque había que saber el juego de Morena y, de paso, forzar la tuerca, apretar al PRI y ni se diga al PRD. Los azules, que son la ambición andando, aguantaron hasta que Morena vio desplomarse a Rocío Nahle y que con un dedazo la sacaran del hoyo, regalándole la candidatura al gobierno de Veracruz. https://shorturl.at/hpuC0
Tan frágil ve Juan Javier Gómez Cazarín a Rocío Nahle que ya mejor le tira a una diputación federal. Tan descuajada, tan vulnerable, vapuleada en la encuesta, inelegible por no ser veracruzana nativa, incumpliendo así el requisito que marca la Constitución, que el líder del Congreso de Veracruz ya puso los ojos en la diputación por Coatzacoalcos, la tierra donde hizo todo tipo de trastupijes. https://shorturl.at/ckqNP
Guerra de baja intensidad, pero guerra al fin, entre Amado Cruz Malpica y Sandra Collins. Muy empeñosa, la regidora segunda se echó a cuestas el evento de la Guelaguetza en Coatzacoalcos. Fue el motor de un evento municipal de alta relevancia. Luego habría de escuchar el reclamo de aquellos que vieron los locales de la Expo Feria en el abandono, techos caídos, láminas desprendidas, espacios malolientes. Y encima, el intento de extorsión de inspectores de Tesorería. https://bit.ly/49HDPa4
El Heraldo de Poza Rica canceló su edición impresa. Van hacia su extinción los medios duartistas que, en los hechos, no son medios de comunicación; son negocios. Son herramientas para succionar el erario. Exprimen al que les dejan exprimirle el billete público. Son acríticos, sin compromiso con la sociedad. https://shorturl.at/hFM09