Nefasta, arbitraria, miope o sin brújula, Rocío Nahle sólo ha tenido un acierto: frenó y destazó a Braskem, la empresa brasileña, filial de Odebrecht, que saqueó a Pemex succionando el etano con la venia de Felipe Calderón.
Habrá fallado con el huachicol, su estrategia de cerrar ductos y adquirir pipas —fuera de especificación, lo que equivale a fraude al erario—, provocando un desabasto de gasolina brutal y hasta la tragedia de Tlahuelilpan. Pero con Braskem atinó.
Falló con la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, que no costó 8 mil millones de dólares sino 16 mil, ni la concluyó en tres años como había pronosticado, y que con el abastecimiento de agua del río González, de Chiltepec a Puerto Ceiba, si acaso en nueve meses más alcanzará la meta de producción. Pero a Braskem la reventó.
Ha errado en todo: leyes en materia de energía que transgreden el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá; o la Ley Eléctrica, vigente pero con el voto en contra de siete de los 11 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; o el impulso a las energías sucias alejándose del modelo ambiental global.
Y tuvo la ocurrencia de inventar la Ley Nahle, una modificación a la Constitución local para convertirse en veracruzana, nacida en Zacatecas, sólo para contender por el gobierno de Veracruz.
Pero, bien que mal, a Braskem la noqueó. Y la puso al borde de un proceso penal.
Su ausencia en el show de Braskem, el 29 de marzo, cuando se colocó la primera piedra de la Terminal Química Puerto México, en la dársena de Pajaritos, Veracruz, es lógica.
Nahle y Braskem son agua y aceite. O dicho con sorna, Nahle es el verdugo de la empresa brasileña más tramposa que haya llegado a México.
Nada, pues, tenía que hacer ahí la secretaria de Energía si a los brasileños, siendo diputada federal por Coatzacoalcos, les halló abuso y tropelías, un contrato ventajoso, lesivo para Petróleos Mexicanos, un auténtico atraco a la nación.
Nada tuvo que hacer ahí el presidente Andrés Manuel López Obrador, que secundó a Norma Rocío Nahle García en su cruzada contra Braskem cuando evidenció que el proyecto impulsado por Luis Inacio Lula da Silva-Felipe Calderón fue una puñalada artera a Petróleos Mexicanos.
Y fue entonces que Andrés Manuel le puso nombre a la trastada carioca: el contrato es leonino, dijo. O sea, injusto y abusivo, ventajoso para Braskem.
Y nada tuvo que hacer, por consiguiente, Cuitláhuac García Jiménez en la faramalla de la primera piedra de la Terminal Química Puerto México. El gobernador es una marioneta tan inútil que si le dan cuerda habla y si no se la dan ni siquiera respira.
Si Cuitláhuac no acudió al show carioca, no fue por desairar 400 millones de dólares —8 mil millones de pesos—, lo que ofrecen los brasileños invertir. Fue porque Braskem está en el círculo de repudio de López Obrador y Rocío Nahle.
Nahle tiene en la mira a Braskem-Idesa desde 2010. Una vez que Felipe Calderón Hinojosa, entonces presidente de México, consumó la entrega del etano producido por Pemex a la firma brasileña, vía un contrato leonino, interpuso junto con técnicos y profesionistas petroleros una denuncia de carácter penal que nunca caminó.
El contrato a 20 años obligaba a Pemex a entregar la materia prima a precio preferencial, así dejara de suministrar etano a los complejos Pajaritos, Cangrejera y Morelos y provocara la virtual parálisis de una decena de plantas petroquímicas.
Fue en 2017, siendo ya diputada federal por Coatzacoalcos y coordinadora de la fracción parlamentaria de Morena, que la cloaca se destapó. Odebrecht, empresa que realizó la construcción del complejo Etileno XXI, cuya filial petroquímica es Braskem, fue involucrada en un escándalo de sobornos. 10 millones de dólares fueron a dar a la campaña del priista Enrique Peña Nieto.
Pero en cuanto el obradorismo llegó al poder, Nahle asumió la Secretaría de Energía y abrió fuego.
Se acabó el precio preferencial del etano a Braskem. Sólo pagaba el 70 por ciento del precio real.
Braskem fue obligada a cubrir el costo del transporte del etano, ya fuera nacional o importado, hasta entonces pagado por Pemex.
Se dejaron sin efecto las penalizaciones, que eran del 200 por ciento por cada barril de etano que Pemex suministrara a destiempo.
Se extinguió la cláusula de terminación anticipada del contrato, que obliga a Pemex a pagar una sanción de 5 mil 200 millones de dólares.
Pemex se obligaba a suministrar 66 mil barriles de gas etano diariamente, los tuviera o no. Y si no los tenía, debía adquirirlos y venderle a Braskem al 70 por ciento del valor de mercado.
El atraco concluyó cuando López Obrador amagó con llevar a la firma brasileña al terreno penal.
Pemex disminuyó el suministro de etano a 30 mil barriles diarios, sólo por tres años más; Braskem lo pagará a precio real, y cuando el contrato finalice, en 2024, Pemex no estará obligada a renovar.
Pemex se comprometió a facilitar la construcción de la terminal portuaria de Braskem para importar gas etano. Pero ahí, Braskem resultó una nulidad.
El anuncio del proyecto se realizó el 11 de julio de 2022 y arrancaría de inmediato. No ocurrió.
La construcción estaría a cargo de la firma Advario, una división de la empresa alemana Oiltanking, especializada en terminales marítimas. Braskem y Advario compartirían las utilidades.
Ocho meses y medio después, de la Terminal Química Puerto México sólo hay una primera piedra en la dársena de Pajaritos. El muelle no existe. El depósito criogénico no existe. Las oficinas no existen. El estacionamiento de maniobra no existe.
El ayuntamiento de Coatzacoalcos estableció un monto descomunal por concepto de permisos y derechos: 99 millones 728 mil 837.42 pesos. Braskem realizó una contrapropuesta por movimiento de tierras (ducto) con un costo máximo de 822 mil 31.65 mil pesos. Y ahí se congeló la negociación (Ver Distrito Rojo: https://distritorojo.com.mx/2022/12/21/terminal-portuaria-de-braskem-congelada-desarrollo-urbano-impone-permisos-por-100-millones-de-pesos/).
Nahle, vía el alcalde Amado Cruz Malpica, no los soltó. Los arrinconó. Y se las complicó al máximo.
La respuesta de Braskem llegó a través de su vocero, Sergio Plata. Y lo hizo con charada. Sostuvo que la Terminal Química Puerto México llevaba un avance del 30 por ciento pero dentro de las instalaciones de Etileno XXI, en Nanchital.
Fue una maroma hilarante. La terminal portuaria inició por el final, en municipio de Nanchital, en tierra firme. En la dársena de Pajaritos no había nada, ni siquiera los permisos que se negociaban con el ayuntamiento de Coatzacoalcos. Así hasta que el 26 de marzo de 2023, ocho meses después del anuncio del proyecto, se colocó la primera piedra. Y no llegó López Obrador. Envió a Adán Augusto López Hernández, la corcholata de Gobernación.
Nada fue fortuito. Fue un desaire calculado. Rocío Nahle no consintió a Braskem. No olvidó que Braskem se llevó el etano a precio de regalo. No olvidó que Pemex tuvo que pagar penalizaciones por entrega tardía del producto. No olvidó que Calderón le abrió la puerta a la firma tramposa y con Peña Nieto estalló el escándalo de los sobornos. No olvidó que Braskem, en Nanchital, mintió sobre el área en que construiría la planta Etileno XXI y fue acusada de evasión fiscal —¿Lo sabrán los socios de Advario?—. Nahle no olvidó que Braskem le asestó una puñalada a la nación.
Era obvio que ni Andrés Manuel, ni Nahle, ni Cuitláhuac habrían de participar en el show.
Nefasta, arbitraria o sin brújula, Rocío Nahle tuvo el acierto de frenar y destazar a Braskem.
Y le trastocó ocho meses la mascarada de la primera piedra.
Archivo muerto
Grabar borrachos y a un cantinero con ínfulas de capo, le valió a Sendic Aguirre una agresión. Los captaba el lunes 10, a eso de las 8 de la mañana, sobre el malecón de Coatzacoalcos, cuando dos esbirros del dueño del bar Rome lo increparon. Sendic, reportero de El Liberal y Radio Hit, no dejó de grabar. Transmitía en vivo a jóvenes bebiendo, bailando, charlando; vehículos estacionados en doble fila, uno de ellos en batería. Captaba un escenario ilegal, alcohol en la vía pública, negocios operando fuera del horario permitido, mesas y sillas sobre la banqueta, un malecón con briagos y briagas, contoneándose al ritmo de la música cuando el sol había despuntado. Sendic recogía imágenes en que se veían a dos sujetos liarse a golpes y una joven y un adulto intervenir y separarlos. Junto a ellos, varias empleadas de Limpia Pública realizando su labor, recogiendo la basura, el desperdicio de los amigos del alcohol. Sendic Aguirre se movía de un lado a otro, cruzaba el arroyo vehicular. Hacía paneos, deslizaba la imagen de derecha a izquierda y viceversa. En una de las mesas, al pie del tugurio Rome, se hallaban tres sujetos. En el video se ve a uno de ellos desplazarse hacia el reportero. Viste una playera negra con la leyenda Calvin Klein y gorra blanca. Usa un cubreboca. Le pide el teléfono celular y exige que borre las imágenes. Sendic Aguirre continúa grabando. El sujeto regresa a su mesa y es enviado otro tipo a golpearlo. Pero Sendic no deja de captar. Agredido y con sangre en el rostro, no se deja intimidar. Minutos después fue llevado a la clínica del IMSS para su valoración. El bar —cuchitril— Rome, como muchos otros, es un antro de mala muerte. Su encargado o propietario, un rufián con aires de capo. Y la Policía Municipal, un ente inservible, plagado de rateros con uniforme, de asaltantes cuando andan en sus días francos, el terror de la sociedad. Días antes, una patrulla transitaba sobre el malecón y al detener su marcha fue rodeada por jóvenes que se treparon en la batea de la unidad; otros lanzaron cerveza o licor sobre los cristales. Los policías nada hicieron. No por prudencia sino por ineptitud. Debió llegar la Guardia Nacional, el Ejército, la Marina, la Policía Estatal. Debieron ser aprehendidos los mozalbetes. Debió enviarse un mensaje de autoridad. El ayuntamiento es cómplice por omisión. A las 3 de la mañana debieron cerrar todos los antros. Y debió prohibirse el consumo de alcohol en la vía pública. ¿Dónde estaban los inspectores de alcoholes? ¿Dónde se metió la tesorera Grace del Carmen Mendoza Chesty y su personal? Si los esbirros del propietario del bar Rome hubieran estado armados, Sendic Aguirre no habría sido trasladado a la clínica del Seguro Social sino a una morgue y de ahí al panteón. Es el Coatzacoalcos sin ley, sin autoridad, sin alcalde. Es el reino de los violentos, a los que el presidente municipal, el morenista Amado Cruz Malpica, y su pestilente corte les brindan impunidad. Ahí, donde hoy opera el bar Rome, estuvo el Once Once —“your best wish”—. Ahí se veía chocar la copa a los malosos con los hombres de poder. Ahí, donde hacía vida social Hernán Martínez Zavaleta, alias Comandante H, líder de Los Zetas en el sur de Veracruz, condenado a 20 años de prisión, con la “Beba”, “El Pana”, “El Mamito”, “El Tito” y otros más… Fiscal especializada y perito, señaladas de revictimizar a quien denunció al notario Alejandro “D” por violencia intrafamiliar. La fiscal especializada, ya relevada del cargo, es Adriana del Rocío Soto Vázquez; la perito es la psicóloga Thalía Ivonne Torres López, a quien protegen y solapan desde Xalapa, capital de Veracruz. La víctima les interpuso queja ante la Fiscalía General del Veracruz por ordenar evaluación psicológica cuando ya existía una que determinaba el daño causado por la conducta del notario público, adscrito a Chinameca pero radicado en Coatzacoalcos. La queja data del 28 de marzo de 2022. Un año después, no se le ha dado curso. El dictamen original, elaborado por la psicóloga Yanelly Llinas Hernández, con cédula profesional 9612462, “concluye que existe afectación psicológica a la víctima y que requiere asistencia especializada”. Con engaños, la entonces fiscal, Adriana del Rocío Soto, instó a la víctima a que fuera evaluada nuevamente. Y resultó que su condición psicológica no tiene mayor alteración. En contraparte, al agresor Alejandro “D” la fiscalía le determinó que presenta problemas de manejo de estrés que con sólo ir al gimnasio los mitiga. Un año ha tenido el caso la fiscal general, Verónica Hernández Giadáns, y no resuelve. Persiste en su afán de proteger y encubrir a los de su gremio, notarios como ella. No quiere enfrentar escándalos, pero los va a enfrentar. Máxime que se le metió en un atribulada imaginación que puede ser senadora por Veracruz con la ayuda de su padrino, el zafado, vesánico, sátrapa y siniestro Eric Cisneros Burgos, secretario de Gobierno… Aclaración y disculpa: Liliana Azucena Yunes Rojas, a quien en el comentario anterior mencioné como prima del ex senador Héctor Yunes Landa, no es tal. Sólo fue su esposa. Una sentida y sincera disculpa a ella y a sus familiares… ¿Quién es ese emisario de Javier Duarte que cobra en la Tesorería Municipal de Coatzacoalcos, cuya fama de transa, experto en operaciones fraudulentas, auguran un desastre financiero? ¿Quién obligó al alcalde Amado Cruz Malpica a contratar a semejante corruptazo? ¿Cuántos millones de pesos se han fugado de la Tesorería y en qué empresas fantasma —su especialidad— van a parar?…
Fotos: Rocío Nahle oficial,