Caso Winckler: la dignidad de los cínicos

* A juicio político el fiscal  * Sus errores, su soberbia  * Llama corruptos a los diputados  * Y le cobran la factura  * La inmensa cola de sus acusadores  * Tamara iba por una nota y escuchó un disparo  * Eva Cadena se hunde; todo por callar  * El desafuero ya inició  * Ciro Félix, candidato del PRI en Mina  * El pésimo historial de su mamá

Un exabrupto hiriente —“diputados corruptos”—, irrita más en el Congreso de Veracruz que la queja de los colectivos, el dolor de las víctimas, el desdén a la prensa, el error que transgrede la ley, la vida pública del fiscal Jorge Winckler en Periscope o en Twitter.

“Bola de corruptos”, les imputa Winckler definiendo lo que son, tras desechar el juicio de desafuero al alcalde de Fortín de las Flores, Armel Cid de León Díaz, acusado de golpear con saña a su pareja sentimental. Y hoy está en sus manos.

Detona el conflicto Winckler-diputados en el Congreso de Veracruz por categorizarlos como lo peor, encubriendo al edil de Fortín y bloqueando la acción legal.

No es la ira de los colectivos que buscan a sus familiares en las fosas clandestinas lo que mueve a los diputados del PRD, PRI, los mixtos que en realidad son otra máscara del tricolor o la vilipendiada bancada de Morena.

No es el agravio a las madres que denuncian que a Winckler Ortiz lo describe la indiferencia al dolor, o la falta de resultados, o la ausencia de atención, o el constante bloqueo a su ardua tarea de hurgar en la tierra buscando restos, cifrando la esperanza de hallar a las víctimas y darles paz a su alma.

Sabríase también que algunas de esas madres hoy son apologistas del ex fiscal Luis Ángel Bravo Contreras, el que no las dejaba entrar a Colinas de Santa Fe, el que bloqueaba las acciones que permitieron al final hallar la fosa clandestina más grande del país con sus más de 250 cráneos y 13 mil restos óseos, el que manipuló y engañó con las pruebas de ADN.

No es la cuestionada efectividad en la procuración de justicia, la endeble integración de expedientes, la falta de acción sobre el anterior fiscal, el famoso “Culín”, el que goza y ríe, se pasea en plazas y hace vida social, sabiendo que como la impunidad que otorga el yunismo azul no hay nada igual.

Winckler estaba en paz con el Congreso hasta que el fallido desafuero de Armel Cid de León Díaz lo hizo estallar.

“Bola de corruptos”, les soltó Winckler. Son “una bola de corruptos, que hacen lo que quieren y dan vergüenza”, abundó el fiscal.

Y desató la revancha.

Supo este martes 9 que la vida no es Periscope o Twitter, que la efectividad se mide en los resultados, que las palabras se contienen, que la venganza política cimbra al mismo gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, su protector.

Sus acusadores lo destrozan y lo exhiben, lo colocan en el umbral de la renuncia, invitado a irse o a enfrentar un juicio político, retando así al gobernador.

Lo tildan de todo: de actuar fuera del marco institucional y político, de ser prepotente y arbitrario, de no apegarse a derecho, de ser producto de un error del mismo Congreso, de actuar al influjo del capricho.

Sí, pero nadie lo llamó a cuentas hasta que les llamó corruptos.

Diríase, pues, que la dignidad de los cínicos también vale. O creen que vale.

Por el PRI habló Regina Vázquez Saut, quien no encarna la pureza, ni el aseo institucional, ni tiene las manos limpias, y la distingue el golpe artero.

Hija de cacique —su padre fue el ganadero Cirilo Vázquez Lagunes, señor de horca, cuchillo y de Toby, el perro con el que yace en la misma tumba—, con señalada de malversar recursos, por la opacidad con que se condujo cuando fue alcaldesa de Acayucan, y que alineó sus cuentas fuera del tiempo legal, solapada por Fidel Herrera Beltrán cuando la corrupción era virtud, señaló:

“Nos equivocamos en darle el voto para ocupar el cargo, pero también en no haber marcado un límite, y dejarlo avanzar en una confrontación estéril”.

“Permitimos que ofendiera, agrediera y minimizara las protestas y exigencias legítimas de justicia, Por ejemplo, de los colectivos de familiares que nunca regresaron al hogar”.

Y el Winckler incontrolable, según la diputada Vázquez Saut, agravió a la sociedad civil.

Winckler —increpa Regina— olvidó sus obligaciones legales. Violentó la ley. Cuenta que el 22 de marzo, se barrió identificando errónea e ilegalmente cadáveres hallados en la fosa de Arbolillo, municipio de Alvarado, sin contar con elementos para hacerlo.

Una familia de Querétaro —padre, madre e hija— estarían ahí, dijo Winckler con sólo tener a la disposición credenciales de identificación pero sin realizar exámenes de ADN.

Dispara Regina Vázquez: Winckler disfruta de las redes sociales y ahí muestra “soberbia o inestabilidad”, desdén por los que lo cuestionan, dispensando likes, caritas sonrientes, caritas de burla.

Regina es única. Transgresora de normas y procedimientos, pidió la renuncia inmediata del fiscal Winckler, “dado su ineficacia, ilegalidad e ineficiencia que ha demostrado en tan pocos días de gestión”.

Pero no dice Regina Vázquez quién es ella, a quién sirve, su origen panista, cachada por Fidel Herrera, luego por Javier Duarte, al servicio de Héctor Yunes, aferrada a la secretaría general del PRI en Veracruz donde nadie la fuma y menos las pelan, pues no acaba de entender que cuando el muerto apesta nadie todos huyen de él.

Otra ficha, el perredista Sergio Rodríguez Cortés, principal acusador de Winckler, aborda el tema de los “diputados corruptos”:

“Él representa al Estado en la procuración de justicia —agrega—, y si hace una acusación como fiscal general, debe comprobarla. Su actuación, emitiendo juicios personales, con su adjetivación moral individual, ha sido su constante en el desempeño de la responsabilidad, para la que obviamente no está a la altura para continuar desarrollando”.

Winckler “si descalifica de manera personal un ente público, denota que en su desempeño como fiscal es parcial, arbitrario, y contrario al interés público”.

Y lo retrata:

“No dejemos que este niño caprichoso haga lo que está haciendo”.

Winckler debe renunciar. Y si no, a Winckler hay que instruirle un juicio político. Es la tesis del impresentable Sergio Rodríguez Cortés, empleado de Javier Duarte, del que fue delegado del Servicio Nacional de Empleo en Veracruz, el que aparece en fotografías que circulan en las redes sociales, ebrio, perdido por el alcohol, en una cantina de mala muerte, o rodeado de billetes tendido sobre una cama, que luego diría fue “compló”.

Otro que ataca es Fernando Kuri Kuri, vocero del grupo legislativo “Juntos por Veracruz”, de los aplaudidores de Javier Duarte, de los que no alzaron la voz cuando el saqueo estaba en todo su esplendor.

Su discurso es moral. Sólo su discurso. Si los diputados son tratados así por Jorge Winckler —señala Fernando Kuri—, “imaginemos el trato que reciben los ciudadanos que acuden ante este funcionario a solicitar su apoyo”.

Y saca la casta:

“No señor fiscal, no aceptamos su disculpa. Demostró incapacidad para estar al frente de la Fiscalía del Estado, no cuenta con el perfil para revertir el daño que hace la inseguridad en el estado. Usted debería presentar su renuncia”.

Demencial su analogía. Los ciudadanos son decentes y honestos; los diputados que niegan el desafuero de un alcalde madreador de mujeres, no. Esos son “corruptos”, como les diría el fiscal, y “dan vergüenza”.

Son las voces que exigen la salida de Jorge Winckler de la Fiscalía de Veracruz.

Son los dignos que se duelen del agravio y usan los yerros de Jorge Winckler para echarlo de la Fiscalía General del Estado.

En descargo, enfatiza Yunes Linares los aciertos de su fiscal: las aprehensiones del ex gobernador interino, Flavino Ríos Alvarado, gozando de su libertad bajo fianza por ayudar a huir a Javier Duarte; el ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, jefe del Cártel de Duarte, cuya policía lo mismo tortura que mata, que levanta inocentes y los entrega a bandas del crimen organizado; ex secretario de Finanzas, Mauricio Audirac, acusado de desvío de recursos, antes titular del Órgano de Fiscalización Superior en los tiempos de Fidel Herrera, cuando iniciaba la quiebra de Veracruz; ex director de la Comisión de Aguas del Estado de Veracruz, Francisco Valencia García, el que operó entre el perredismo para frustrar la alianza PAN-PRD, en 2013, con ayuda del hoy diputado Sergio Rodríguez Cortés.

Regina, Sergio Rodríguez, Fernando Kuri, el priismo en pleno y sus rémoras adláteres, hablan de respeto. No lo tuvieron para Veracruz, para su sociedad, cuando Javier Duarte robaba y ellos aplaudían, cuando Javier Duarte fomentaba la inseguridad y potenciaba la violencia de los cárteles y ellos callaban.

Se deshacen del fiscal. Aprueban el juicio político que lo llevará a la renuncia o a la destitución, de la mano el PRI, PRD, Juntos por Veracruz y Morena, que de vez en cuando es alfil de la mafia del poder.

No fue la queja de los colectivos, ni el agravio por el dolor de las víctimas, ni el conflicto con la prensa a la que sólo trata con burlas en Twitter, o las transmisiones del gobernador en Periscope, ni los errores de procedimiento que violan la ley.

Winckler encrespó a los legisladores por definirlos como los ve: “bola de corruptos” que “dan vergüenza”. Y por eso lo quieren cesar.

Es la dignidad de los cínicos.

Si es que los cínicos tienen dignidad.

Archivo muerto

Tamara buscaba una nota explosiva y halló una detonación. Grababa la brillante reportera de Imagen TV casi a las puertas, en el perímetro del hogar de Eva Cadena Sandoval, en la vía Las Choapas-Cerro de Nanchital, a 16 kilómetros de la cabecera municipal, cuando desde el interior alguien disparó. Un destello se observó en una de las ventanas de la vivienda, como si aquello fuera un disparo de arma de fuego. Y lo era. Tamara Corro y su equipo de trabajo se alejaron del lugar. Reportaron el hecho. Enteraron a la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas, sentando precedente a fin de dar pauta al inicio del procedimiento de rigor. Su intención era entrevistar este martes 9 a la diputada local de Morena, Eva Cadena, en torno a los videos en que aparece recibiendo casi dos millones de pesos, las denuncias que enfrenta, el juicio de desafuero en el Congreso de Veracruz y su posible encarcelamiento. Eva, sin embargo, no estaba ahí. Horas después, su hija Denisse Méndez Cadena, explicó que ni ella ni su mamá se hallaban en Las Choapas y confirmó que el autor del estallido fue un trabajador de la planta de hule, el negocio familiar, quien se justificó diciendo que había sido un cohete, no un disparo. Ajá. Gravísima la situación legal de Eva Cadena, se complica aún más con esta agresión de la que, por fortuna, Tamara Corro salió ilesa… Justifica Eva Cadena su ausencia en el Congreso de Veracruz y evita acumular faltas que la harían perder su curul. Oculta, a salto de mata, aduce la diputada por Morena en un escrito remitido a la Legislatura que no acude a las sesiones por hallarse en tareas propias de su encargo. ¿Cuáles? Anda, y todo México lo sabe, a la sombra, preparando su defensa ante el juicio de desafuero que ya inició, el juicio político que enfrentará y el lío legal derivado de los tres videos difundidos por el periódico El Universal, en que se embolsa 50 mil pesos para su campaña a la alcaldía de Las Choapas, candidatura a la que tuvo que renunciar; otros 500 mil pesos que debía entregar al dueño de Morena, Andrés Manuel López Obrador, 10 mil dólares para el pejepartido; un ofrecimiento de 5 millones más para El Peje, y un millón de pesos que empresarios pagaron por elaborar un dictamen a modo para modificar la Ley Ambiental estatal. Sigue siendo diputada local, echada de la bancada de Morena que así pagó su silencio, de la que fue vicecoordinadora, impulsada por el dirigente estatal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, por el que está a punto de parar en la cárcel, el que la abandonó a su suerte. Perderá Eva Cadena su condición de diputada en cuanto el desafuero se consume y tenga que responder por el uso de recursos de procedencia ilícita, inyectados a las campañas de Morena; por haber caído en la trampa, el cuatro, el “compló” al que alude como justificación Andrés Manuel López Obrador cada vez que sus operadores son pillados con las manos entre el lodo; por salir a asumir toda la responsabilidad, encubriendo a los altos mandos de Morena implicados en el manejo ilegal de recursos, exculpando al Dios Peje. Vendrá el amparo que evite perder el fuero, que alargará la agonía, que terminará en su sacrificio. Eva Cadena calla y ese es su error. René Bejarano paró en la cárcel un año y medio pero él era el principal operador de López Obrador. Eva Cadena no; no existe en el universo del Dios Peje. Su silencio la conduce a la cárcel, a purgar mínimo cinco años de prisión… Otra mala para el PRI. Va con Ciro Félix Porras, el hijo de Guadalupe Porras David, tras la alcaldía de Minatitlán. Sustituye al doctor Norberto Luna López, quien ante las imposiciones de priistas de nefasto pasado, negro historial, imagen corrupta, decidió renunciar. Va Ciro Félix con el lastre que representa su mamá, la peor alcaldesa en la historia de Minatitlán, acusada de fraudes, abuso de autoridad, daño al erario, uso del cargo para operar electoralmente a favor del PRI, la corrupción total. Con Ciro van Saúl Wade León, el ex tesorero, el alcalde real de Minatitlán, para ser regidor en el próximo cabildo, para capotear la tormenta que está por venir. Con Ciro Félix van los residuos de Ricardo Orozco; la hija de la Potra, Damara Isabel Gómez Morales, la del muertito en la alcoba familiar, y una nutrida cantidad de escoria política. O sea que el PRI salió de Guatemala y entró en Guatepeor…

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Foto: Crónica de Veracruz