* Quiere callados a los Yunes rojos * Respeto para Javier Duarte, exige * Yunes Linares, la denuncia y las listas * Brozo vapulea al gober * A Duarte “le vale madre” la desaparición de Rubí * “Qué bueno que las desaparezcan”, dice Avellá * Anthuán regresa de Cancún * Caballero lo hacía en Xalapa
No se sabe si en su juicio o como siempre, “El Cisne” demanda una mordaza para Héctor Yunes Landa y otra para Pepe Yunes Zorrilla. Que hablen los senadores, sí, pero con respeto a Javier Duarte, o sea, callados ante la debacle política, la quiebra financiera y el baño de sangre que ahoga a Veracruz.
Su vocación es esa, la del represor. Alberto Silva Ramos no termina de sentir el repudio de los priístas cuando ya dispara la primera de infinidad de ocurrencias que significarán su paso por la dirigencia estatal del PRI.
“Sólo pedimos algo que es esencial: respeto a la figura del primer priísta de este Estado. Esa es la única observación que yo haría, por todo lo demás yo insisto, tengo una relación cercana con ellos de diálogo y así seguirá siendo”, plantea.
Dice eso “El Cisne” y minutos después, dictada la línea sobre sus medios afines, los textoservidores, se esparce la versión uniformada de que no pateen los Yunes rojos el pesebre, como si el gobernador de Veracruz pudiera ser pesebre de algo.
Con esa mordaza intenta el nuevo líder del PRI atenuar las embestidas de los senadores priístas, puntillosos por el caos que generó la incapacidad de Javier Duarte para conducir a Veracruz, el tema de las finanzas, el desorden administrativo, el déficit de casi 900 millones mensuales, el endeudamiento demencial, la manipulación de las cifras de la deuda, el derroche y la falta de brújula del gobernador.
Yunes Landa y Yunes Zorrilla, ex tío y ex sobrino, senadores por Veracruz, lo han exhibido en su dimensión real: Javier Duarte carece de capacidad para enfrentar la crisis financiera y por si faltara algo, persiste en contratar más créditos.
Su voz se volvió un torbellino. Sólo en Veracruz sus senadores desnudan las taras del gobernador, sus limitaciones, su necedad, la insultante corrupción, la impunidad de los hijos del duartismo, sabandijas de marca, ladrones cuya voracidad no tiene final. en ninguna parte de México ocurre algo así.
Yunes Landa, más tibio, fue condescendiente desde que pactó una tregua en el feudo de Javier Duarte. Salió de ahí con nombramientos para su equipo y prebendas, la Secretaría de Protección Civil para Yolanda Gutiérrez Carlín, entre otros. Salió a pregonar, también, que sería el próximo gobernador de Veracruz, convertido ya en el hijo político de Javier Duarte.
Pepe Yunes mantuvo su distancia. No es una lumbrera política, ni sacude las estructuras del PRI, ni inquieta a nadie mientras cuide, como casi siempre lo hace, y en exceso, las formas y se ajuste a las reglas no escritas del sistema.
Tiró metralla cuando advirtió que si ganando la encuesta interna del PRI era objeto de veto, podría apoyar al candidato de algún partido de oposición. ¿A Miguel Ángel Yunes Linares, por el PAN? Seguro que sí.
Sumados los fans de Yunes Linares —panistas, perredistas y sociedad civil— a los de Pepe Yunes, no habría PRI que los pudiera enfrentar. Inquietó pero de ahí no pasó.
Acudió entonces a dialogar con Javier Duarte. Lo hicieron en el rancho San Julián, propiedad de la familia Yunes Zorrilla, en Perote, encuentro que le provocó críticas y el desencanto de un buen número de seguidores. Lo había besado el diablo.
Contradijo, sin embargo, a Javier Duarte, y se desmoronó el gobernador. Dijo Pepe Yunes que las cifras oficiales, los 44 mil millones de pesos, son irreales, la pura falsedad, un cuento de pescadores que arrulla el mar.
Coincidió Pepe Yunes con la oposición —tácitamente con el ex diputado panista Juan Bueno Torio— en que la cifra de la deuda son casi 80 mil millones de pesos y que si no se aplica un plan B, un ajuste al presupuesto, el cese al derroche, a las fugas de dinero, a la corrupción tolerada, el gobierno de Veracruz no podría enfrentar la crisis.
Ahí se marcó el rompimiento. Pepe Yunes había anunciado que había intercedido con Banobras para refinanciar al gobierno de Veracruz, que habría mejores tasas de interés y plazos de pago mayores. Javier Duarte se indignó. Le agradeció su intervención y lo bateó.
Pepe y Héctor no cejaban en su discurso carcelario. Si llegan a la gubernatura en 2016, aplicarán la ley a los duartistas corruptos, sea quien sea, y sea quien sea se lee como Javier Duarte de Ochoa.
Va por “peces gordos”, dijo Héctor Yunes. Javier Duarte sintió la alusión. Entonces respondió el gobernador. Entronizaba al nuevo líder de la Confederación Nacional Campesina en Veracruz cuando quiso agasajar al senador por ser su cumpleaños. Le obsequió una caña de pescar para que capture a los peces panistas, a sus parientes, los Yunes azules, Miguel Ángel y sus hijos Fernando y Miguel Ángel Yunes Márquez.
Héctor Yunes se vio lento. Agradeció el gesto y se quedó ahí, burlado, frente a todo el priismo, con la caña de pescar en la mano. Horas después, envió el artefacto de regreso a Casa Veracruz, la residencia del gobernador.
Entre muestras de irrespeto se da la relación Duarte-Yunes rojos. Javier Duarte los descarrila, los sobaja, los exhibe y los ningunea. Los Yunes rojos le sacan las cifras, las ventean, hablan del caos financiero, de la deuda descomunal, de los corruptos del duartismo, y de que una vez en la gubernatura, uno u otro van a encarcelar a quien haya violado la ley.
Ahora pretende “El Cisne” que los senadores se conduzcan con respeto. ¿Y la caña de pescar? ¿Y la bateada a Pepe Yunes por tratar de aliviar el desastre financiero? ¿Y el linchamiento en los medios duartistas, los textoservidores que han enlodado a uno y a otro?
Cuentan los priístas que el cerebro que urdió el “cañagate” fue del nuevo líder del PRI, Alberto Silva Ramos. Y ahora la mordaza.
Es la vocación represora de Silva Ramos, intolerante con sus enemigos, vesánico, capaz de lanzar la turba contra sus adversarios.
Si se apellidaran Gánem, Héctor y Pepe Yunes estarían en la cárcel. Así lo hizo en Tuxpan, siendo candiato del PRI a la alcaldía, generando reacciones de venganza y amagos de violencia contra el edil Ramón Gánem. Una vez en la presidencia municipal, el Congreso se encargó de encerrar a su adversario.
Si alguien le tripula la mente al gobernador es Silva Ramos. Lo lleva al conflicto. Lo encuerda. Y ahora le pide respeto a los Yunes rojos. Ajá.
Inicia así su reinado en el PRI: con un intento de mordaza a dos senadores.
Maniobra también contra el Yunes azul, Miguel Ángel, quien este lunes 26 interpuso denuncia penal por la responsabilidad que le resulte al gobernador Javier Duarte en el pago de salario a supuestos “aviadores” en la Secretaría de Educación de Veracruz.
Yunes Linares retoma la cifra del duartismo: los “aviadores” representaron una fuga de 815 millones de pesos anuales. En los once años de fidelismo-duartismo, han sido 9 mil millones de pesos.
Yunes azul va más allá. Sostiene que los “aviadores” no son tales. No cobraban. Son nombres únicamente, pero el dinero se lo queda la pandilla de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte. O sea, le robaron a Veracruz 9 mil millones de pesos.
Toma en el aire Yunes Linares a Javier Duarte. Lo denuncia penalmente ante la Fiscalía General de Veracruz, donde pulula “Culín”, alias Luis Ángel Bravo Contreras, alias el fiscal.
Ya se sabe que “Culín” no hará nada contra su patrón. Pero tendrá que desestimar la denuncia o congelarla. Entonces el caso irá al ámbito federal, vía un amparo. Y ahí, el que estará indiciado, como le imputa “El Cisne” a Yunes Linares por las denuncias por enriquecimiento ilícito, será Javier Duarte.
Indiciado, Javier Duarte está ahora sí a un paso de la cárcel, pues los recursos para la educación en Veracruz son de origen federal.
Argumenta Miguel Ángel Yunes que la revelación de los “aviadores” es un truco. Javier Duarte hace un show. Escandaliza pero no denuncia. Y lo hace porque el próximo año la Federación le pagará directamente a los trabajadores de la educación. Ahí se descubrirá que 2 mil 173 nombres le sirvieron a Fidel y a Duarte para agenciarse 9 mil millones de pesos.
Responde “El Cisne” a su estilo. Decía la mañana del lunes 26 que en cuestión de horas daría a conocer las listas de los primeros 120 aviadores del sexenio chirinista, o sea, cuando Yunes Linares era secretario de Gobierno. Minutos después el oficial mayor de la SEV, Vicente Benítez, lo corrige: las listas de “aviadores” no se pueden revelar porque aún es un procedimiento administrativo en marcha.
Aún así, Silva Ramos viola la ley. Hace públicas las listas que implicarían al chirinismo. Hay, sin embargo, maestros que existen, que dan clase, que están en activo, dos de ellos en Coatzacoalcos, uno director de secundaria, el otro hijo de un periodista.
Hace tres días llegó “El Cisne” al PRI estatal. Ya está fuera de control. Y eso que Javier Duarte presume que “el control lo tengo yo”.
Qué escenario: intenta amordazar a los senadores del PRI, mientras a su gobernador ya lo denunció Yunes Linares.
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Archivo muerto
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Brozo vapulea, una vez más, a Javier Duarte. “Puedes ser un politiquillo de mierda pero te detienes”, expresa el payaso tenebroso tras mostrar el video en que se observa a Aracely Salcedo increpar al gobernador de Veracruz por la falta de resultados en la búsqueda de su hija Patricia Rubí Salcedo Jiménez, levantada en el bar Bulldog de Orizaba, el 7 de septiembre de 2012. Brozo, en El Mañanero, cuestiona la actitud del gordobés, la sonrisa infame, su incapacidad para escuchar y dar respuesta a la petición de una madre que no vive desde que su hija desapareció. Le da una repasada. Dice lo que todo ser pensante supone hubiera hecho Javier Duarte: detenerse, escucharla, llamar al fiscal, adentrarse en el caso y expresarle a la madre que tiene razón y que darán con la verdad. Pero no lo hizo. Sonrió, no de nervios. Sonrió porque así es Javier Duarte, burlón, engreído, ignorante de cómo se debe comportar un gobernador. “Acabamos de ver al gobernador de Veracruz que cínicamente se olvida que también hay video. Sonríe para las cámaras pero se olvida del video, pero en el video escuchamos a la madre que no encuentra a su hija desde hace tres años. Y a él, lo vieron en el video, le vale madre, tal cual”, refiere Brozo. En el video se advierte también que la escolta de Javier Duarte, incluso policías uniformados, nada hacen para encapsular a Aracely Salcedo y evitar que se le acerque al gordobés. ¿Por qué? ¿Acaso el “general” Arturo Bermúdez, secretario de Seguridad Pública, dejó de acatar las órdenes de Javier Duarte? Una versión de fuente confiable, asegura que el titular de la SSP se resiste ya a secundar al gobernador en sus barbaridades y excesos… Y el que mostró de qué está hecho es José Avellá, dueño del periódico El Buen Tono, que abordó el tema de Fernanda Rubí con un baño de lodo contra la joven. Masacrado en redes sociales, exhibido como lacayo del duartismo, Avellá responde a quienes lo increpan: “Qué bueno que las desaparezcan, para mí todos esos que están metidos o simpatizan con la mafia, no nada más los deberían de desaparecer, sino mejor hubiera querido, que jamás hubieran nacido!. Y así pienso. Uds sigan defendiendo a los pinches delincuentes y sus cómplices”. Con ese desprecio a la vida, Avellá es personaje que quiso ser alcalde por el Partido Acción Nacional; su periódico El Buen Tono sufrió un atentado a manos de sicarios que le prendieron fuego aunque hay declaraciones de los involucrados que sostienen que fue autoatentado, y dos de sus reporteros se hallaban en el interior de un antro cuando un comando irrumpió, mató a un líder zeta y a un periodista. De inmediato José Avellá los echó del medio para salvar el pellejo. Dice ahora que qué bueno que las desaparezcan y que mejor no hubieran nacido. Qué elocuencia… Qué vida la de Anthuán. Bronceado, luego de pasar unas merecidas vaciones en Cancún y Playa del Carmen, regresa a Coatzacoalcos. Este lunes 26 llegó al puerto el ex titular de Mercados del ayuntamiento, incierto su futuro político, prácticamente en el aire su cargo en la CNOP del PRI en Xalapa. Salim Anthuán Contreras Balderas, theurelista, quedó out cuando el alcalde Joaquín Caballero Rosiñol extinguió la Dirección de Mercados. Anthuán retó con un “han despertado al monstruo” y de inmediato lo plancharon. Cuentan los insiders que tuvo dos beneficios: recursos para que nada le faltara y la promesa de que se iría a la CNOP de la capital de Veracruz. Y el monstruo no despertó. Caballero creyó que se trasladaría a Xalapa; sus allegados y seguidores pensaban que Anthuán la pasaría mal. Pero todos pecaron de ilusos. Se fue a la Riviera Maya. Regresa bronceado, paseado, desestresado, sin inmutarse que aquí el alcalde pregunte y pregunte ¿dónde anda el amigo Anthuán? Usó a su gente, sometió al alcalde, consiguió una lana y paseó de lo lindo. Allá los brutos que creyeron en su integridad. Por cierto, hablando de integridad, pronto enfrentará un conflicto con una familiar que se dice despojada…
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Foto: Diario de Tuxpan