* Ahued, el conserje, vocero de la irrealidad * Ya se acostumbró a callar * En Aduanas vio la corrupción y guardó silencio * López Cabañas, un dolor de “güevos” para Pedro Miguel * Gutierritos derrotó a Nahle * Chucho Uribe revisará cada obra en Las Choapas * Mala calidad y corrupción
El conserje también vive en la realidad alterna. El norte de Veracruz, dice Ahued, está tranquilo. Y que lo ponen a bailar: dejan cuerpos cercenados en la carretera Álamo-Tepetzintla. Todo bajo control. Menos mal.
Anquilosado, sin reflejos, ya miope, Ricardo Ahued no ve que la fiesta sigue, que el ritmo lo marcan los cárteles, que hay violencia, muertos, cobro de piso, un penal atacado con drones y granadas y hasta los grupos delincuenciales se acusan en narcomantas como si fuera diálogo epistolar.
Tan tranquilo el norte de Veracruz, según el secretario de Gobierno, que los cárteles dejaron su legado de horror, cuerpos mutilados en la carretera Potrero del Llano-Moyutla, en los límites de los municipios de Álamo y Tepetzintla, este sábado 6.
Tan tranquilo que drones de los grupos delincuenciales sobrevolaron el penal de Tuxpan, donde aún se sentía el calor del fuego por el motín de reos, el 2 de agosto, y arrojaron granadas, de las cuales sólo una estalló.
Tan tranquilo el norte que Antonio Huesca Figueroa, ex director del penal de Tuxpan, fue ejecutado estando en su automóvil, el 17 de junio. El 10 marzo había sido amenazado en una manta colocada sobre el bulevar Independencia.
“Antonio Huesca Figueroa –decía el mensaje–, síguete prestando a las mamadas y te vamos a matar alv puto vendido, haz tu trabajo y jala parejo, tienes el penal hecho mierda y hacen lo que quieren allá dentro, donde se pasen de verga con la gente otra vez, atente a las consecuencias, el que avisa no es traidor”.
Literalmente, no la contó. Fue destituido el 4 de junio y dos semanas después, le arrancaron la vida.
Tan tranquilo que un soldado, Guillermo Alvarado Cerón, del 63 Batallón de Infantería de la 26 Zona Militar, alerta que con la promesa de falsos empleos el crimen organizado recluta jóvenes. Al estilo Jalisco, como el caso Teuchitlán, el rancho que servía como campo de adiestramiento y de exterminio.
Arde el norte y los cárteles se balconean en una guerra de mantas sui géneris, acusándose mutuamente de tortura y ejecuciones, de cobro de piso, unos de ser los buenos y otros los malos y todos, los del Coco y los del Tanque, unos y otros ofreciendo que vienen a cuidar a la sociedad. Ajá.
A 370 kilómetros, Ricardo Ahued Bardahuil disfruta la paz de su conserjería. El secretario de Gobierno cambió el control político y su extensión hacia el crimen organizado por el arreglo del palacio de gobierno, la búsqueda de micrófonos y cámaras entre los muros, la reparación de paredes y pisos, el cableado eléctrico y el culmen, el clímax, los sanitarios.
Xalapa es el paraíso de la inutilidad. El conserje Ahued en su palco de honor viendo las masacres, los cuerpos desmembrados en carretera, hoy la de Álamo y hace un mes los cinco de Papantla, y el ataque con dron en Coxquihui, al estilo Michoacán, y el motín en el penal de Tuxpan que evidenció que los malandros mandan desde su interior, y que el Grupo Sombra extorsiona hasta a los compañeros de celda, motín con saldo de 11 muertos, cinco de ellos guatemaltecos.
Así el norte y el centro y el sur. Arde también la región de las Altas Montañas cuando un jefe policíaco del municipio oaxaqueño de Cosalapa es ultimado en un Kentucky Fried Chicken veracruzano.
Y arde Santiago Sochiapa, municipio vecino de Playa Vicente, también limítrofes con Oaxaca, por un segundo atentado contra la alcaldesa María Isela López, del que salió ilesa por la acción ágil de sus escoltas. Horas después, hallarían la camioneta en que se transportaban los sicarios con un maloso abatido en su interior.
Rocío Nahle, alias la gobernadora de Veracruz, ya contagió al conserje Ahued. El mundo de caramelo sólo existe en su imaginación y la demagogia se volvió su motor.
Ricardo Ahued perdió la seriedad cuando se dejó abrazar por la Cuarta Putrefacción.
Tiró el prestigio en el primer drenaje que encontró. Vestido de palero, tomó la matraca, empuñó el megáfono y ahora recita cuanta sandez se le ocurre siguiéndole la corriente a la señora de Zacatecas que, aplicando la máxima de López Gatell, sirve para lo que sirve y no sirve para lo que no sirve.
Pasó de un honorable empresario a político aplaudidor del gobernador en turno. Y ahora. en Morena, a conserje de la política interior de Veracruz.
Se fue al Senado. Andrés Manuel, alias El Peje López Obrador, lo envió a Aduanas. Lo mandó al infierno del contrabando, del huachicol, de los precursores químicos para elaborar fentanilo, al reino de Mejía Berdeja, Sergio Carmona y los sobrinos políticos del almirante Rafael Ojeda, ex secretario de Marina, operadores de la mayor red de huachicol fiscal jamás imaginada que hoy son escándalo nacional.
Ahued entró y salió de Aduanas y nada dijo. Lo absorbió el silencio cómplice. Dejó Aduanas y nunca mencionó la podredumbre que hoy sale a relucir, arrasando con la aureola de santidad del obradorismo y con la del propio Ahued.
Ahued pactó con alias la gobernadora de Veracruz y ahora es el amo de llaves del palacio de gobierno.
Poco habla y cuando lo hace dice que el norte violento está tranquilo.
Le guste o no, Ahued se volvió vocero de la irrealidad.
METADATO
Dolores de cabeza y de “güevos”, le va a provocar José Luis López Cabañas a Pedro Miguel Rosaldo. Pésimo operador, deplorable negociador, ausente en los conflictos de alto de impacto, la toma de carreteras, el cierre de accesos a Coatzacoalcos, López Cabañas ya siente que el verdadero alcalde será él. Protegido por Andrés Rosaldo García, hermano del alcalde electo y que también abusaba de su poder y hasta ninguneaba al presidente municipal, Amado Cruz Malpica –ojo, hay un audio contundente– cuando era director de Gobernación, el gordo Cabañas solía apagar el fuego con gasolina. Llegaba a las protestas y terminaba radicalizando a los inconformes. En la campaña por la alcaldía, creó un cerco en torno a Pedro Miguel Rosaldo. El morenista no comprendía por qué muchos de los que se sumaron a la campaña perdieron contacto con él. El gordo Cabañas los bloqueaba. No era el filtro; era un muro más allá de lo que físicamente es. Va a ser un dolor de cabeza para Pedro Miguel. Va a ser un auténtico dolor de “güevos”… Gutierritos –Sergio Gutiérrez Luna– le volvió a ganar a Norma Rocío Nahle García, alias la gobernadora de Veracruz. Por más maromas que dio, dictando línea a la recua de diputados federales veracruzanos, 20 de 22 legisladores oponiéndose a que Gutiérrez Luna fuera propuesto para la vicepresidencia de la Cámara de Diputados, la gobers falló. Gutiérrez Luna, que ya venía azotado por el huracán del caso Dato Protegido, detonado por la humillación a la ciudadana Karla Estrella a quien el tribunal electoral obligó a disculparse públicamente con la diputada federal Diana Karina Barreras Samaniego, esposa de SGL, y la exhibición de lujos, viajes, vida fifí, se afianzó en la directiva de la Cámara de Diputados. Amarró la vicepresidencia ahora que la presidencia le corresponde por ley al Partido Acción Nacional, esta vez en la persona de Kenia López Rabadán. El golpe político se lo lleva Nahle. Intentó reventar a Gutiérrez Luna y de paso a sus padrinos, Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal, los Yunes y el clan Horacio Duarte-Higinio Martínez-Delfina Gómez. Nahle fracasó. Si no tenía con qué, no se debió meter. Exhibió fragilidad. Así la elogie la presidenta Sheinbaum, quien también es un cero a la izquierda, en política lo que cuenta es la fortaleza frente a grupos rivales. Si tiene con qué, hacia adelante. Si no, dejarla pasar. Gutierritos, con sobrada razón, no para de reír… Chucho Uribe va por las obras chuecas del gobierno morenista en Las Choapas. Revisará los contratos, los constructores, los montos pagados y la calidad de las obras. El alcalde electo, emanado de Movimiento Ciudadano, ya tiene la radiografía del ayuntamiento que va a recibir. Sabe quiénes y con cuánto se beneficiaron. Sólo le dará formalidad a la investigación una vez que asuma la presidencia municipal de Las Choapas a partir del 1 de enero de 2026. Va por la gestión de Mariela Hernández, la morenista que pudo hacer todo y prefirió hacer nada, que pudo tener una gestión ejemplar y optó por gobernar para un clan, para el despilfarro, para un grupo de poder. Su suerte está en manos de Jesús Uribe Esquivel, que de batallas legales sabe todo lo que se debe saber…