A Liliana Janix Castro Muñoz le estalló una bomba molotov; le quemó su hogar y la proyectó como la primera candidata de Morena en Veracruz en sufrir un atentado. A Javier Duarte lo alcanza el fuego, lo revienta el escándalo, señalado por su responsabilidad política, por la escalada de violencia, por la rudeza que el fidelismo y su gobierno han usado y siguen usando contra la oposición.
Lo acusa Martí Batres, líder del Movimiento de Regeneración Nacional, de estar coludido con el crimen organizado en el ataque a la candidata a diputada por el distrito de Acayucan.
Autor: Mussio Cárdenas Arellano
¿Quién quiso matar a la candidata de Morena?
Dormía Liliana Castro Muñoz. La levantó el estruendo, las llamas, el olor a combustible quemado. Tomó a sus dos hijas y junto a su esposo, dejó la vivienda. Esa madrugada, impotente, vio cómo el fuego consumía todo.
Su caso llegó al Congreso federal. Ahí se abordó el atentado. Se planteó el nivel de violencia que impera en Veracruz, la crispación política, el ataque a las expresiones partidistas, el uso de los programas sociales federales para cachar votos y la mala fama del candidato oficial.
Javier Duarte y el fiscal engañan a Seguridad Nacional
Mentir es drástico. Ocultar es matizar la mentira. Así lo hacen Javier Duarte y su fiscal Luis Ángel Bravo Contreras, con las cifras de la inseguridad, los levantados y los muertos, el baño de sangre y el terror que se respira en el Veracruz Próspero. Vil maquillaje a la verdad.
Da cuenta de ello el periodista Jorge Morales Vázquez. Lo documenta. Cita casos, fechas, nombres, el momento del plagio, el momento de la muerte.
Caso Moisés Sánchez: el informe que implica a Javier Duarte
Javier Duarte quería que silenciaran a Moisés Sánchez Cerezo. Lo quería sometido. Le irritaba que el alcalde de Medellín de Bravo, el panista Omar Cruz Reyes, no hubiera podido doblegar al periodista. Y así se lo expresó. Tiempo después el reportero fue levantado, torturado, asesinado y mutilado. O sea, lo callaron.
“No era posible que no hayas podido callar a Moisés”, habría soltado el gobernador de Veracruz al edil, en Xalapa, donde acudieron Omar Cruz y otras personas, reunión cuyos pormenores conoció un amigo del reportero y editor del semanario “La Unión”. Su testimonio, confiado a los deudos y que consta en actas ministeriales, constituye la pista no seguida por la Fiscalía General hacia Javier Duarte.
Juan Carlos Charleston: el candidato, la extorsión y la amenaza
Día difícil el viernes 10. Juan Carlos Charleston Salinas escuchó sonar su teléfono celular. Vio pero no identificó el número. Pensó no abrir la línea, pero lo hizo. Oyó la voz. Era la de un sujeto que lo amagaba, le exigía, lo conminaba. Quería dinero. Imaginó una broma y luego una extorsión. Luego vería que era algo más.
Comandante Pedro Torres Z, dijo llamarse el tipo, muy clara la alusión a la última letra, la de Los Zetas, la banda criminal que de la mano del fidelismo convirtió a Veracruz en su santuario, su territorio, su paraíso, donde corre la droga y se trafican seres humanos, se practica el secuestro y el levantón, y se goza de impunidad.
Pepe Yunes: esclavos en campaña
En el nombre de Pepe Yunes se tejen infamias y se infligen agravios. Las de los petroleros son las peores. Las urden sus líderes y las sufren los agremiados, obligados a aplaudir, conminados a asistir a eventos de campaña, sobre ellos la amenaza de la pérdida del empleo. Se les trata como esclavos.
Ocurrió este jueves 9. Llegaba el senador veracruzano. Ofrecía su respaldo al candidato del PRI a diputado federal por el distrito de Minatitlán, José Luiz Sáenz Soto, un priísta de medio pelo, ninguneado y denostado, malquerido en el gremio sindical por no ser uno de ellos, urgido de un milagro para ganar, pues su escaso capital político lo perdió en su maltrecho paso por la alcaldía.
García Bringas: candidato vacío
Hasta el 6 de enero, Rafael García Bringas habitaba en una zona de confort. Un día después, todo cambió. Lo enviaron a una guerra, sin ejército, sin armas, sin logística, sin estrategia, sin una sola ilusión y con una imagen maltrecha. Le fastidiaron la vida.
Se lo debe al gobernador Javier Duarte. Por él llegó al Congreso de Veracruz y por él salió tan prematura como intempestivamente. Por él dejó al Partido Acción Nacional, que lo acogió en sus días de olvido, le prestó las siglas y lo condujo hasta una diputación federal.
La Gaviota anda de shopping
Insensata, Angélica Rivera decidió ir de shopping. Y lo hizo sin calcular. Llegó a Beverly Center. Iba con sus hijas. Le seguían los pasos, observada con morbo, pues no a diario la esposa del Presidente de México se exhibe en el arte de los trapos y el perfume. Y menos en un megamall, cuando la mitad de los mexicanos integran una población de pobres.
Es difícil saber qué pasa por la mente de una Gaviota. La de Peña Nieto piensa sin pensar. O piensa al revés. Pero ese día, el domingo 5, el gusto por comprar transitó del terreno del capricho a la especulación, la crítica y el escándalo.
Héctor Yunes, repollo del PRI
A los tumbos, Héctor Yunes Landa proyecta su derrota y emite un mensaje sombrío: la gubernatura de Veracruz, sea la de dos o la de seis años, no es para él. Y de ser el aspirante ideal, ahora es repollo del PRI.
Se le ve en el arranque de las campañas priístas, movido, movidísimo, en el norte, en el centro y en el sur. Camina a la par de los candidatos a diputados, crápulas en su mayoría, bandoleros de la política, lo peor del fidelismo y lo escoria del duartismo, que no reparan en pedir el voto como si tuvieran algo bueno que ofrecer.
Minatitlán: el candidato del fraude
* Sáenz, el peón de Wade * Maltratado y sumiso * PVEM, con las manos en la masa * Las constructoras del joaquinismo * Licitaciones maquilladas * La CEAPP, en la luna * El periodista que no era víctima * Las firmas y las pacas de ropa * APEC: el agandalle de Diario del Istmo * El todopoderoso de los contratos