Coatzacoalcos, Ver.- Sobre las calles, en el contingente de gente de prensa, se escucha el clamor, se lee en sus mantas: “Si no pueden, renuncien”.
Es jueves 6. Hace un día, 36 horas a la sumo, Gregorio Jiménez de la Cruz recibió la visita de un comando armado. Fue sustraído de su hogar, esposado y llevado con rumbo desconocido.
Detona ese “levantón” un escándalo más sobre el gobierno de Javier Duarte de Ochoa. Veracruz sigue a merced del hampa, de los sicarios, del crimen organizado, secuestradores, traficantes de migrantes que si no se dejan reclutar, los ejecutan.
Goyo Jiménez, trabajador de tres medios de comunicación —Notisur, Liberal del Sur y La Red—, es el segundo periodista en ser levantado en menos de tres meses. El otro es Hernán Villarreal Cruz, reportero y editor de Diario Presencia, editado en Las Choapas. Hernán Villarreal tuvo la suerte aquel 15 de diciembre de 2013, de sólo recibir una golpiza, un cúmulo de amenazas y ser dejado en libertad, lleno de pánico, el miedo calándole los huesos.
Van marchando por la avenida Zaragoza, la más transitada de Coatzacoalcos. Llevan sus proclamas en la mano y en el alma. “¡Si no pueden, renuncien!”, “¡Goyo, amigo, te queremos vivo!”, “¡Goyo, amigo, te queremos vivo!”, gritan unos de viva voz, otros apoyados por un magnetófono portátil.
Una y otra vez repiten: si el gobierno no puede cumplir con la seguridad de Veracruz, que renuncien.
Increpan al gobierno. Retan al gobernador Javier Duarte, al procurador Felipe Amadeo Flores Espinoza, al secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, cuya policía no le garantiza seguridad a nadie, usada para golpear a quien protesta, para reprimir, para usar bastones eléctricos y gases lacrimógenos, con licencia para matar si es necesario.
Es esa la tercera manifestación de prensa —dos el día 5, cuando ocurrió el “levantón” de Goyo Jiménez y otras dos el día 6—. Exigen resultados. Que aparezca su compañero periodista, sano y salvo, así tenga que mover el gobernador de Veracruz mar y tierra. Y si no, que renuncien los que pueden con su función pública.