Xalapa, Ver.- Los chubascos no sólo mojan, también acalambran y exhiben. Y si no, que lo diga el gobernador Javier Duarte de Ochoa, obligado a pagar un adeudo de 180 millones de pesos al empresariado de Veracruz o a ser exhibido, linchado públicamente.
Se hacía el muerto el gobernador. Como Salinas de Gortari, previo a su tercer informe de actividades, no veía ni oía a nadie. Ignoraba todo, los reclamos, las denuncias, las voces que claman porque aterrice y enfrente la crisis de su gobierno, los adeudos con medio mundo.
El martes 12 fue un día fatal. El empresariado en pleno –Coparmex, Canacintra, CMIC, Colegio de Arquitectos, Observatorio y Contraloría Ciudadana— en rueda de prensa le demandaron atender el rezago en pagos de servicios y obra pública que ya suman 180 millones de pesos.
Le dijeron que con su indiferencia está exponiendo a Veracruz a una crisis. “En caso de que el gobernador haga oído sordo, nos pone a números rojos y nos pone en un peligro de quiebra”, precisaron.
Los 180 millones son solo parte de la deuda del gobierno de Veracruz. Jorge Matus, integrante del Colegio de Arquitectos, precisó que hay otra deuda, otro pasivo, que el gobierno estatal no ha saldado.
Un día después, el miércoles 13, Javier Duarte cedió a la presión. El presidente de Canacintra en el estado, Carlos Sánchez Abreu, reveló que el gobierno de Veracruz ya había saldado 50 de los 180 millones de pesos y que el secretario de Finanzas, Fernando Charleston Hernández, se comprometía a realizar pagos semanales hasta liquidar los 130 millones restantes.
De la otra deuda a la que aludió Jorge Matus, y ahora el Observatorio y Contraloría Ciudadana, nadie mencionó nada, ni cifra ni concepto.
Le ocurre el resbalón al gobernador Javier Duarte, a cuatro días de su tercer informe de actividades. Lo tenían que exhibir para que aflojara. Lo doblegaron.