Comenzó el viraje. Claudia ya no es Claudia. Ni Adán es Adán. La corte de Rocío Nahle se comienza a decantar hacia el ex canciller Marcelo Ebrard.
Recibe línea del alcalde de Coatzacoalcos, Amado Cruz Malpica, alentándolos a que las estructuras morenistas —o lo poco que tienen para operar— dejen el proyecto de Claudia Sheinbaum Pardo, la engañada en el juego de la sucesión.
Por meses, quizá un año, se tapizaron las calles con la leyenda “Es Claudia”. Seguían la línea de la secretaria de Energía, Norma Rocío Nahle García.
El 15 de abril de 2023 se les vio en sincronía. Nahle, la anfitriona; Sheinbaum, la invitada dando una miniconferencia de buen gobierno, como si el suyo, en la Ciudad de México, no estuviera marcado por la tragedia, por los 23 muertos por el accidente en la Línea 12 del Metro; por la joven fallecida en el choque de vagones en la Línea 9; por la violencia desatada por los cárteles y los grupos delincuenciales en toda la ciudad.
Y en las últimas horas todo cambió.
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