Rocío Nahle y “Gutierritos” son lodo del mismo pantano. Pactan con la escoria priista, con caciques y saqueadores, con la mafia y sus operadores a los que antes decían combatir. Una es miseria política; el otro, basura política.
Se nutren de las estructuras del PRI. Agasajan y los cachondean los malandros del PRI. Convocan a petroleros, maestros, empresarios, productores, las bases corroídas y pestilentes del PRI.
Nahle y Sergio Gutiérrez Luna, usando los foros de la reforma eléctrica como balcón mediático, acaparando reflectores, exigiendo aplausos, matracas y tambores, midiendo fuerzas y adelantando los tiempos de la sucesión en Veracruz.
La reforma eléctrica es sólo pretexto. Si se aprueban los cambios constitucionales comprando votos priistas, panistas, emecistas o perredistas, pues Morena carece de mayoría calificada en las dos cámaras del Congreso, Andrés Manuel se saldrá con la suya. Y si no, la culpa será del pasado, de los traidores a la patria, del neoliberalismo, de los ladrones, de los conservadores, de ese caudal de epítetos que nutre el discurso demencial y polarizador de López Obrador.
El show de Rocío Nahle y “Gutierritos” es degradación pura. Es la reedición del infame esquema con el que operaba el viejo sistema al que la Cuarta Putrefacción ofrecía destruir; el acarreo y el control gremial; pacto con caciques ladrones, algunos criminales, a menudo sumados a quien detenta el poder; con las bandas políticas, sindicales, empresariales, apostando por que sus intereses, sus negocios, sus fortunas, sus caprichos, se mantengan intactos, inmunes a la ley.
Esa escoria es la pléyade de estrellas que hoy operan para la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, y el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, alias “Gutierritos”. Lo más pestilente del PRI al servicio de los que tienen a Morena a sus pies.
Nahle no asistió al foro convocado por la diputada federal Rosalba Valencia. Titubeó al ver al paniaguado “Gutierritos” regateándole la luz de los reflectores, sabiendo que la podría rebasar.
Nahle venía de otra faramalla similar, la del Centro de Convenciones de Boca del Río. Aquel 29 de enero, cuando despuntaba el 2022, dictó —ja— una conferencia magistral —jaja— en torno a las bondades —rejaja— de la reforma eléctrica. Exaltaba a la Comisión Federal de Electricidad, el negocio regenteado por el voraz Manuel Bartlett Díaz, sus capacidades para producir energía eléctrica, potencial no desarrollado por las limitantes legales, el rol de México en el mercado del litio, las energías limpias que ya se producen y el orgullo de tener la nucleoeléctrica de Laguna Verde que destaca, según ella, en el plano internacional, o la reducción de tarifas eléctricas.
A todo lujo, a todo pulmón, la secretaria Nahle se apegaba al guión. Con ella, su peón estrella, Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz. Ambos, viendo a la manada, a los de Morena y al priismo que acudía al llamado de la nueva “jefa” con la que vienen pactando desde 2015 cuando le arrimaron la diputación federal por Coatzacoalcos, desde donde encantó a López Obrador.
Sacralizada por su prensa inmunda, los parias del aplauso, Rocío Nahle orquestó un show de corte priista. Escandalizó el acarreo. Miles de borregos transportados en decenas de autobuses. Hubo torta. Hubo refresco. Se viajó de madrugada. Y todos felices. Como en los tiempos del PRI.
Políticamente, Rocío Nahle nada tiene. Carece de estructuras electorales. Tiene adeptos en el sur de Veracruz pero inútiles a la hora de operar. Sus votos provienen de la inercia hacia Morena y de la maquinaria priista, de las corrientes que antes trabajaron para Dante Delgado, Alemán, Fidel Herrera, Javier Duarte. Con esa mafia construye su camino al gobierno de Veracruz.
Al show del Deportivo Juárez, en Minatitlán, el domingo 6, Rocío Nahle no llegó. Envió al club de mascotas —Walter Julián Ángel Jiménez y Alejandro López, de Sener; senadores Gloria Sánchez y Ernesto Pérez Astorga; diputado Juan Javier Gómez Cazarín— a cumplir con la simulación.
“Gutierritos” es otro adorador del PRI. Su pacto es con Jorge Wade González y familia, dueños de la Sección 10 del sindicato petrolero y poder tras el trono en la presidencia municipal de Minatitlán; con el sindicato magisterial, aún bajo control de los herederos de Juan Nicolás Callejas Arroyo; con el empresariado, los constructores y dos diputadas locales, Jessica Ramírez y Magaly Armenta.
Su evento se lo debe a los Wade, caciques que se han servido del poder, lo mismo en el PRI que al pactar con Morena en 2016, 2017, 2018 y 2021, allegándole votos al partido de López Obrador.
El evento fue fraguado en torno a una mesa de restaurant, el Café Cali, propiedad de Luis Escamilla, ex dirigente del sector popular del PRI, súbdito de los Wade. Con él se hallaban el vocero de la Cámara de Diputados, Miguel Ángel Luna Modesto, y el secretario particular de Sergio Gutiérrez Luna, Mario Malpica Medel, ambos formados por el ex alcalde priista de Coatzacoalcos, Marcelo Montiel; el ex regidor Luis Prudencio Almanza; el ex tesorero municipal, ex regidor, Saúl Wade León, el niño terrible del Clan Wade, así como la diputada Jessica Ramírez, alias “Naricita”.
Al Centro de Convenciones de Minatitlán acudieron entre 40 y 50 diputados federales. Patricia Armendáriz, célebre por haber revelado en la Cámara cómo pedía moches a empresarios para reestructurar deudas durante el zedillismo, difundía videos del desayuno. Y destacaba las memelas, nombre tan complicado que se le complicaba pronunciarlo.
Antonio Attolini Murra, rémora de la 4T, aquel que lloraba por el triunfo de López Obrador en la elección de 2018, disfrutaba el desayuno auspiciado por los petroleros del PRI.
Tras el foro de la reforma eléctrica, “Gutierritos” fue a lo suyo. “La reforma va”, enfatizaba con manoteo ensayado. Y respondía a preguntas acríticas, suaves, soflameras, indignas del periodismo.
Los sesudos alegatos de “Gutierritos” son saliva: “Minatitlán, que es mi tierra”, quería dejar claro.
Pues no, no es su tierra. Nació en Minatitlán y se desarraigó. Partió siendo joven. Se formó académicamente en la Ciudad de México y terminó armando su historia personal, profesional y política en Sonora, su verdadera tierra, donde nadie, fuera del circulo familiar, lo quiere.
La broza de Sergio Gutiérrez Luna llegó a pasear. Y a bailar. En el Salón Simac, que es controlado por empleados de los Wade, se armó el círculo, el brinco, el desfiguro. Lord Molécula, sobador del lomo de Andrés Manuel, como Dios le dio a entender, intentaba agarrar el paso.
Así baila la Cuarta Putrefacción mientras México se tiñe de rojo, la violencia crece, las masacres prenden alarmas, fusilan a 17, los cárteles se empoderan, diezmando familias, desplazando a los marginados. Y la banda de Sergio Gutiérrez Luna en otra dimensión.
Del foro por la reforma eléctrica no se volvió a hablar. Fue el foro de “Gutierritos” hacia la sucesión en el gobierno de Veracruz. O el camino para apretar a Nahle, forzar la negociación, luego dejarla pasar y asegurar la candidatura a senador.
Así tengan que montarse en el priismo, en la escoria que saqueó al gobierno de Veracruz, que atropelló, que mancilló las leyes, que agravió a la sociedad, Nahle y Gutiérrez Luna lo harán.
Nahle es la miseria política; “Gutierritos”, la basura política.
Archivo muerto
Al fiscal general Alejandro Gertz lo aniquila su lengua infame y su corazón malsano. Espiado, pillado en la faena, se le escucha dialogar con su subalterno, el fiscal especializado de Control Competencial, Juan Ramos López, quejándose del ministro Alberto Pérez Dayán por el proyecto próximo a debatir en el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que tácitamente le dará la libertad a la hija de su cuñada, a quien Gertz acusa de homicidio por omisión en agravio de su hermano Federico Gertz Manero. Es una acusación grotesca que nunca prosperó en tribunales hasta que llegó a la Fiscalía General de la República y usó su poder para consumar el ataque. Cuatro audios, colocados en Youtube, en la cuenta Psicoanálisis, exhiben un supuesto arreglo con el ministro Pérez Dayán, que éste habría incumplido para darle categoría de copartícipe a Alejandra Cuevas Morán, quien lleva más de un año en prisión por una vendetta familiar de Gertz. Los audios muestran a un fiscal que desconoce protocolos judiciales, que insulta a dos mujeres —su cuñada Laura Morán y su hija Alejandra—, que usa la justicia a su modo, que tuerce la ley desde su esfera de poder. La filtración de los audios estalla cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador más alardea de una coraza moral en la que ya nadie cree. Se da cuando la Fiscalía General de la República activa la artillería contra el ex consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra, y el ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Baños, a partir de una denuncia formulada por el abogado Juan Collado e interpuesta desde octubre de 2021 y de la que contadísimos supieron, acusándolos de integrar una red de extorsión. Collado afirma que le facilitarían su libertad a cambio de entregar millonarias cantidades de dinero bajo el concepto de acuerdo reparatorio. Gertz había sido instruido por López Obrador para no implicar a Julio Scherer pero se fue con todo contra los abogados que aparecen operando las extorsiones. O sea, se lo llevó al baile pese a la instrucción presidencial. Los audios retratan la clase de rufián que es y exhiben la esencia podrida de la mal llamada Cuarta Transformación. ¿Quién lo espió? ¿Fueron los malandros de la FGR o los del Centro Nacional de Inteligencia, antes CISEN, hoy bajo control del general Audomaro Martínez Zapata? ¿Se caerá la persecución contra Scherer y Santiago Nieto? ¿O acaso fue López Obrador el que empinó al rebelde e incontrolable Alejandro Gertz por evidenciar que la corrupción se fragua y aplica en el seno mismo de Palacio Nacional?… Experto en negociar en las sombras, Eliezer Sánchez ya está donde hay. Opera desde la Dirección de Desarrollo Urbano Municipal como enlace operativo y ya se hacen cruces los que se lo tengan que topar. Viene de dos ayuntamientos sureños, Minatitlán y Cosoleacaque, donde le llovió metralla por los trinquetes y apretones que solía aplicarle a las grandes empresas solicitantes de permisos y factibilidades. Eliezer Sánchez Carrillo, del Grupo Guízar, fue director de Tenencia de la Tierra en Cosolea, cargo en el que apenas duró un mes por la avalancha de quejas, maltrato al ciudadano y exigencia de dádivas a firmas mercantiles. Luego fue operador de facto en el ayuntamiento morenista de Nicolás Reyes Álvarez, en Minatitlán, siendo acusado de arreglarse con empresas inmobiliarias que terminaron construyendo en áreas verdes y de equipamiento urbano. Donde va Eliezer Sánchez, en cuanta dependencia aparece, llegan los oficios judiciales por pensión alimenticia, que es la única forma en que se le obliga a cumplir con sus responsabilidades paternales (expediente 906/2011, Juzgado Segundo de Primera Instancia, juicio interpuesto por Ruth Doreli “N”). Algo muy grande le deben como para contratarlo con esas cartas de presentación… Tanto festejar, tanto alardear y el Trife regional le tumbó al yunismo la dirigencia estatal del PAN. Confirma la sentencia del Tribunal Electoral de Veracruz que anula la elección, determinando que Federico Salomón Molina, quien sustituyó a Tito Delfín Cano, hoy en prisión sujeto a proceso penal, no era elegible para contender por la presidencia estatal del Partido Acción Nacional en Veracruz. La sentencia es un golpe que pega tanto a la planilla yunista como a sus adversarios, encabezados por el dirigente saliente, Joaquín Guzmán Avilés, quien pretende reelegirse en el cargo. Federico Salomón no acreditó las firmas de militantes para contender por la presidencia del partido. A su vez, el alegato de Guzmán Avilés de que la sustitución fue ilegal en términos del reglamento de elecciones, que no contempla el relevo del candidato a la presidencia, el Trife lo desestimó. La Comisión Nacional de Justicia sí tiene atribuciones para resolver situaciones no previstas, pero no puede incurrir en arbitrariedad con los requisitos que se le exigen a los candidatos. La sentencia obliga a reponer el procedimiento. Al yunismo sólo le resta acudir a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación o arriar velas y volver a contender. Mientras, que paren las máquinas, que cese la fiesta, que se olviden del reparto de carteras y comisiones en la dirigencia estatal panista. El Trife los regresó a la realidad… Palos de ciego del gobernador contra Ponciano Vázquez Parisi, alcalde de Cosoleacaque. Intenta implicarlo en el bloqueo de la carretera a Oteapan, derivado de la decisión del Congreso de Veracruz de establecer nuevos límites territoriales con Chinameca. Oteapan perdió tierras y eso enardeció a la población. Tras la toma de la carretera federal, vino el bloqueo a la autopista Cosoleacaque-La Tinaja, cansados de esperar la presencia de Magaly Armenta, diputada local de Morena por ese distrito, de legisladores locales, de operadores de la Secretaría de Gobierno. La indiferencia fue total. Y el pueblo se indignó. Entonces la prensa servil a Cuitláhuac García reactivó aquella nota sin fuente usada de hace meses para implicar al presidente municipal de Cosoleacaque, Ponciano Vázquez Parisi, y a su hermano Cirilo, en el crimen de la ex alcaldesa, Gladys Merlín Castro, y su hija, Carla Enríquez Merlín. A la par, el gobernador de Veracruz insinuaba que los Vázquez Parisi serían los responsables del bloqueo. Y de ahí se pasó a la fuerza bruta. La Policía Estatal rompió el bloqueo. Bien, por los automovilistas que se vieron atrapados en la protesta; mal, porque la demanda de los habitantes de Oteapan no se atendió. No entiende Cuitláhuac García que su única instrucción es evitar que su desgobierno le pegue a Morena en la elección de 2024. Le envía el mensaje López Obrador pero su cerebro no da…
Fotos: El Universal, Excélsior