Lo más brutal en la vida inútil de Marlon Ramírez es el desdén, el engaño, la burla que detonó el sacrificio de Ramiro Guillén, devorado por el fuego, inmolado, ardiendo en vida frente al palacio de Gobierno de Veracruz, y luego morir. Hoy, su nueva gesta es llevar a la quiebra al PRI.
A Ramiro Guillén Tapia lo forzó al desenlace fatal. Le mintió a los indígenas popolucas, a Ramiro, el asesor y gestor de sus demandas, posponiendo una y otra vez —117 ocasiones— la audiencia que Marlon, entonces director de Política Regional del gobierno de Fidel Herrera Beltrán, les daría para resarcir el daño por las tierras perdidas en un conflicto agrario.
A uno y a los otros los engañó, se burló, colmó su paciencia y Ramiro Guillén decidió inmolarse.
Se roció con gasolina. Acercó la llama. Ardió frente a todos, hombres y mujeres, incluso niños, hasta que el fuego laceró la piel y el humo inhalado dañó las vías respiratorias y las destruyó.
Marlon, con su deprecio, lo orilló a la muerte.
Al PRI en Veracruz lo cuece a fuego lento. Que hierva hasta que no sirva más. Primero la debacle electoral, luego la quiebra financiera.
Para la escoria, candidaturas a granel, reviviendo al fidelismo, resucitando al duartismo, postulando vivales y pendencieros que fueron las tuercas y los tornillos, los pernos y las bujías en el carruaje de la mafia del poder.
Al PRI le secó las arcas. Diseminó salarios exorbitantes entre una cofradía y dejó en la inopia a los empleados de a pie.
Salario de insulto el de Marlon Ramírez en la presidencia, y el de Arianna Ángeles Aguirre en la secretaría general, cobrando en la nómina y dobleteando con las dietas y prebendas que disfrutan como diputados plurinominales en el Congreso de Veracruz que rebasan los 82 mil pesos al mes.
Marlon Ramírez, según la nómina registrada ante el Órgano Público Local Electoral (OPLE), percibe 95 mil 940 pesos al mes, entre salario y prestaciones; Arianna Ángeles Aguirre, 91 mil 039; Joel Arcos en la zona de tráfico de candidaturas, vía las alianzas con el PAN y PRD, 57 mil 857 pesos; Alfredo Niño Flores, al que intentan imponer en el área de Finanzas, 78 mil 776, y Ramón Reyes en la Secretaría de Comunicación, 71 mil 433 pesos mensuales.
Hay una pléyade de figurines que pululan en la zona de confort del PRI estatal. Mientras el tricolor se va al diablo, acumulando derrotas, perdiendo votos, concitando repudio, sus salarios les dan para vivir en la opulencia. Son la manada de Marlon y la broza de Anilú Ingram, que desde un engendro amorfo llamado “Programa Recupera”, lo único que ha recuperado son privilegios y salarios para sus operadores con cargo a las finanzas priistas.
Son los becarios de Fernando Kuri, cuya relación con Anilú Ingram ha sido prolífica, sublime, de culebrón televisivo y tan rentable —duartistas tenían que ser— que ellos la gozan y al personal del PRI lo dejan sin cobrar sus quincenas, unos sin salario desde el 31 de diciembre y otros a partir del 15 de enero cuando se oficializó la insolvencia financiera del tricolor.
El dispendio cunde y la malversación de recursos, igual. Marlon gana doble, en el PRI y en el Congreso estatal, y Arianna Ángeles Aguirre, también. Revientan la nómina con salarios excesivos concentrados en una élite, operadores de una cofradía que mantiene el control del partido, y otros 68 “aviadores” que tienen pago seguro pero jamás se les ve en la sede del comité estatal del PRI.
En Marlon y Anilú encarna la desfachatez total. Oriundos de Veracruz puerto, no operaron en la elección 2021 u operaron mal. Mientras el Partido Acción Nacional, su aliado, obtuvo más de 85 mil votos por sí solo, el PRI no alcanzó los 10 mil sufragios.
Arianna Ángeles se emberrinchó imponiendo a su hermano en la candidatura a la alcaldía de San Andrés Tlalnehuayocan, que ya parece franquicia de la familia, y perdió estrepitosamente.
En manos de Marlon, Arianna Ángeles, Anilú Ingram, Fernando Kuri, Ramón Reyes, el PRI no obtuvo ni un triunfo en la elección por el Congreso de Veracruz. No tiene diputados de mayoría.
Contada en votos, la debacle es histórica. El PRI redujo su votación en 95 mil respecto a la elección de 2018 cuando obtuvo 462 mil 424 sufragios.
Y hay más: por sí solo, sin alianza, el PRI perdió casi las dos terceras partes de los municipios ganados en 2017. Se quedó con 26 ayuntamientos, la mayoría en zonas rurales y de bajo presupuesto. Sólo puede presumir Orizaba donde Juan Manuel Diez obtiene su tercera alcaldía; Cosoleacaque con Ponciano Vázquez Parisi; Moloacán con Omar Ricárdez Chong; Perote con Delfino Ortega Martínez, y Altotonga con Juan Ignacio Vladimir Morales Guevara.
De las diputaciones federales, sólo la de Coatepec se ganó con José Francisco Yunes Zorrilla, a quien le encaramaron grupos priistas patrocinados por Marlon Ramírez y Joel Arcos Roldán, intentando hacerlo perder.
Al otrora partido en el poder le faltan políticos y le sobran pillos. La Comisión para la Postulación de Candidatos fue suplantada por la banda de los cuatro. Marlon, Arianna, Anilú y Fernando Kuri palomearon, borraron, tacharon nombres, sustituyeron aspirantes, acomodaron a los suyos en candidaturas. Se llenaron, solapados, alcahueteados por la secretaria técnica de la Comisión Estatal de Procesos internos, Meztly Tlahuitl Rodríguez Anota, quien de rodillas se plegó a la vendimia.
Hundido, el PRI de Veracruz ya no es opción electoral. Y el saqueo no para.
El 5 enero, hubo tiro de gracia. Lo dio la mafia del poder contra el personal administrativo. Según la circular SFA/TS/005/2022, firmada por el responsable de la Tesorería, Noé Sánchez Garrido, a partir del día 15 se suspendió el pago de salarios. El pretexto es la falta de recursos derivado del recorte a las prerrogativas económicas.
Es la quiebra para los de abajo y la jauja en las alturas. La cúpula priista en el disfrute, sus operadores y los 68 “aviadores” sin perder un centavo, y los 188 colaboradores del PRI estatal sin salario… en solo un instante.
Es la gota que derrama el vaso. Trasciende que hay “aviadores”. Se divulga su identidad, su salario y el padrino o la madrina que los encubre.
Los de Anilú Ingram son: Héctor Alejandro Barrientos Haces, con salario de 15 mil pesos, operador cuando la diputada era delegada de Sedesol en Veracruz y cometía trastupijes. En el Programa Recupera es el encargado de Adultos Mayores. No se presenta a laborar en el PRI.
Sergio Omar Viveros Dorantes fue operador del Programa 70 y Más en Sedesol federal. Hoy está asignado a la Secretaría de Elecciones del PRI estatal. Goza de un salario de 20 mil pesos. Tampoco se presenta a laborar.
Juan Antonio Kuri Ramírez también está adscrito a la Secretaría de Elecciones. Su salario es de 8 mil pesos. No se presenta a laborar.
La recomendada de Alfredo Niño Flores, el consentido de Marlon Ramírez, es Elisa Flores Forzán. Percibe salario de 9 mil pesos. Elisa es prima del anterior tesorero y ahora líder del comité municipal del PRI en Xalapa.
Carlos Hermilo Ochoa Lendechy, protegido de Fernando Kuri, percibe salario de 13 mil pesos. Y el caso de Israel Pérez Castro es pintoresco. Pasó de ser encargado del rancho de Fernando Kuri a integrante del comité estatal de PRI. Su salario es de 13 mil pesos. Tampoco se presenta a laborar.
Son 68 “aviadores” y una banda voraz, allegados a Marlon Ramírez, Anilú Ingram, Arianna Ángeles Aguirre y Fernando Kuri que hallaron en el PRI una mina de oro. Una parte cobra más de 60 mil pesos al mes; otros casi 100 mil, y al personal, en cambio, le suspenden el pago de sus quincenas.
Se desfonda el PRI, entra en quiebra financiera y la cúpula dirigente vive días en el esplendor.
Tras conocerse los resultados de la elección del 6 de junio, Marlon y su banda estalló en júbiloCon la miserable votación obtenida, aseguraron tres espacios en el Congreso de Veracruz por la vía plurinominal. Y decidieron festejar.
Antes de concluir junio, tres parejas viajaron a Europa: Marlon Ramírez y su esposa; Anilú Ingram y Fernando Kuri, y Alfredo Niño y esposa. Un premio al éxito no obtenido, a la felpa electoral, al desplome de los votos, a la debacle que lleva al PRI a dejar de ser opción.
Muy ufano, Alfredo Niño, no se mide al presumir la visita a la Madre Tierra, paseos, comida, ciudades en España “todo a cargo del partido”.
Y el delegado del PRI nacional, Jorge Meade, sin poner orden, ni pedir mesura, ni parar el show.
Bien dice una ex senadora con las faldas bien puestas: los delegados del PRI llegan a Veracruz a dos cosas: a comer y a coger.
Hay más, mucho más.
Si Marlon orilló a la muerte a Ramiro Guilllén, cómo no iba a matar al PRI.
Archivo muerto
Lo del testamento político de Andrés Manuel ya es demencial. Podrá ser un distractor más, la cortina de humo que oculte la violencia imparable, la corrupción en el círculo íntimo del presidente, la impunidad de Delfina y Bartlett, Dos Bocas y el disparo en el precio de construcción, el pésimo manejo de la pandemia, la economía en cero por segundo año, lo que aflora es a salud mental de López Obrador. Saliendo del contagio por Covid 19, por segunda ocasión, Andrés Manuel fue sometido a un cateterismo cardíaco que no fue de rutina, o que es otro ardid, mal calculado pues dentro y fuera de la 4T se dejó sentir la fragilidad, la flaqueza, el desgaste de López Obrador. Y entonces se le ocurrió decir que si se pela, hay testamento político para seguir con el rollo de la Transformación de Cuarta. El nuevo sketch está de locos. El testamento político es otra zarandaja. A menos que, como apunta el periodista Carlos Marín, Andrés Manuel pretenda seguir gobernando desde el más allá. O sea, presidente post mortem. Al diván del psiquiatra, el camarada López Obrador… Dígalo o no, Amado Cruz va por los “aviadores” del SUEM. Ya no más firma de tirillas —recibos de nómina— en la Tesorería Municipal de Coatzacoalcos sino en el área de trabajo. De acuerdo con la circular 001/DRH/2022, suscrita por el titular, Derqui Noel Zúñiga Coutiño, de fecha 3 de enero, las tirillas serán entregadas “a todos los trabajadores de confianza y sindicalizados en sus áreas de adscripción”. El argumento es apoyarlos en sus procesos productivos y evitar las aglomeraciones y el riesgo de contagio ante el incremento de casos por coronavirus. En el fondo, la intención es conocer quién trabaja y quién no, quién justifica un pago y quién brilla por su ausencia. Lo que no logró Víctor Manuel Carranza Rosaldo en su patética gestión, lo implementa el nuevo alcalde de Coatzacoalcos, Amado Cruz Malpica. Abogado laboral, Amado sabe cómo se torea al patrón y le conoce las mañas a la parte sindical. Ya se verá… Mecenas o no, a Moisés Echazarreta lo pusieron donde hay. Es el nuevo director de Servicios Generales del ayuntamiento de Coatzacoalcos, donde corren las compras por reparaciones, mantenimiento, adecuaciones, donde la proveeduría es una mina de oro. Un insider advierte que Echazarreta le apostó el resto al proyecto de Amado Cruz Malpica, le “puso” todo el empeño, le “invirtió” su mayor esfuerzo. Y a cambio no le dieron; lo pusieron donde hay… Por segundo año, Acayucan es el municipio con mayor violencia contra la mujer. En el período de enero a octubre, registró 82 casos, seguido de Veracruz con 47; Coatzacoalcos, 46; Boca del Río, 26, y Poza Rica, 23. De acuerdo con la medición realizada por el Observatorio de Violencias contra las Mujeres (OUVmujeres) de la Universidad Veracruzana, la zona sur también fue el foco de alerta en ese rubro. Acumuló 211 casos contra 128 de la zona centro y 126 de la zona norte de Veracruz. Durante 2020, en el mismo período enero-octubre, Acayucan presentó 94 casos de violencia contra la mujer; Coatzacoalcos, 55; Veracruz, 53; San Andrés Tuxtla, 22, y Papantla, 30. La medición de OUVmujeres incluye violencia física, psicológica y sexual. Sus fuentes son los portales de la Fiscalía General del Estado, comunicados de prensa de dependencias oficiales y páginas web de medios de comunicación…
Fotos: Libertad Bajo Palabra, Diario de Xalapa, Punto y Aparte, Youtube