* Acepta ser extraditado * La fingida inocencia * La risa y la trampa * Miles de millones robados * Los enredos de Morena * Avalan diputados desafuero de Eva Cadena * Y validan que el dinero era para AMLO * En CMAS los reciben con la policía * Despidos en EXA * Sólo se queda Maythé Morales * Azteca igual
Más olvidado que un perro —Karime, su esposa, y los Tubilla en Londres, gastando en abundancia—, Javier Duarte quiere volver, allanarse a la extradición, así deba convivir con zetas y golfos en cárceles mexicanas, así pregone que nada le debe a Veracruz. Son los alardes de un loco.
Ríe y sonríe el ex gobernador con estampa del desquiciado que finge cabal salud, dueño del escenario, dominador, sobreactuando en su desmesura, emitiendo un mensaje de revancha por la afrenta de verse en prisión.
Se allana a la extradición. Acude Javier Duarte a su audiencia en la Corte de Guatemala, que promovió fuera privada y a fin de cuentas se le negó. Llega sonriente, bromista —pinta de vagabundo, barba de harapiento, corte militar, vientre del que se nutre bien—, hablándole a los medios de comunicación, dialogando con su abogado, corrigiendo a la fiscal hasta ganarse una amonestación, recibiendo flashazos, captado en las lentes de las cámaras, la foto, el video.
¿De qué tanto se ríe el infame que llevó a la quiebra a Veracruz, robando sin pudor, saqueando los efectivos y operando traspasos bancarios que provocaron la parálisis institucional, pactando con el crimen organizado, haciendo de su policía una policía criminal?
Su risa es tan frágil, fingida e impostada, como aquella con Carlos Loret de Mola, en el noticiario Despierta, el 12 de octubre de 2016, cuando anunció que se iba del gobierno de Veracruz para encarar a su sucesor, Miguel Ángel Yunes Linares, para demostrar que el rufián era Yunes, que el que había saqueado las instituciones era Yunes, que el que se había enriquecido de manera insultante era Yunes.
Y horas después la sonrisa mutó. Se volvió rabia. Se volvió ira, la ira del que engañado fue obligado a dejar el poder.
Así como este martes 27 en la Corte de Guatemala, Javier Duarte caía en la trampa. Dejó el gobierno de Veracruz y no tuvo tiempo de ir por Miyuli.
Frente a Loret sonreía como hoy, alardeaba como hoy, se jactaba de su honestidad como hoy.
Y de ahí se volvió prófugo de la justicia, escondido como un rufián, buscado por la Interpol hasta que el 15 de abril, en el hotel La Riviera de Atitlán, en Panajachel, Departamento de Sololá, en las montañas de Guatemala, Karime y los Macías y los Tubilla, le pagaron la abundancia y la riqueza con traición.
Vive su encierro solo. Vive en una celda inhóspita. Come alimentos que primero, se queja, le son arrojados al suelo aunque no pierda un gramo, abultado el abdomen, redondo el rostro.
Sabe hoy lo que es el olvido, el frío del silencio, la ingratitud de sus cómplices. Y acepta la extradición a México.
Su perorata es para los bronces:
“He determinado allanarme para enfrentar lo más pronto posible la justicia ante las autoridades judiciales de mi país. En términos coloquiales, acepto la extradición que el gobierno fallido de la administración actual está haciéndome entorno a este caso”.
El “gobierno fallido” de Yunes, al que le heredó violencia y muerte, saqueo y arcas vacías.
No dijo que el suyo fue un gobierno ladrón.
Contra Javier Duarte, arguyó, hay “acusaciones infundadas, ligeras, vagas e imprecisas” pues cree que sólo se le acusa de depositar de 220 millones de pesos de una cuenta de gobierno a otra cuenta de gobierno del estado.
Habrase visto semejante ignorancia.
“No hay una extracción del dinero público, y esa transferencia está fundada en oficios, en donde no participé, no firmé. El gobernador no tiene esa competencia. Para eso existen los secretarios de cada dependencia”.
O sea que son culpables Salvador Manzur, Tomás Ruiz, Carlos Aguirre, Fernando Charleston, Mauricio Audirac, Antonio Gómez Pelegrín, no él.
Decía al juez de la causa que en sus acusadores hay despilfarro, dinero del erario usado para acusarlo y joderlo.
“Vino hasta acá el fiscal general del estado —refiere—, con dos acusaciones que son irrisorias. Me acusa de incumplimiento de un deber y tráfico de influencias, cuando ya no era servidor público, y eso me hace irrisorio para el tiempo de este Tribunal y las autoridades de Guatemala”.
Javier Duarte anda en otro mundo. No le imputan 220 millones de pesos. Son miles de millones, los que salieron vía efectivo, los que pasaron de cuenta en cuenta a través de empresas fantasma que cobraron por obras o servicios no prestados al gobierno de Veracruz.
Pesan sobre Javier Duarte los desvíos de dinero, la saturación de las tuberías de la red de corrupción, como dijo a la Procuraduría General de la República su operador Alfonso Ortega; la compra de viviendas en México y el extranjero; casas en Woodlands, el rancho Las Mesas en Valle de Bravo, edificios en el ex DF, casas y hoteles en Europa, los caprichos hípicos de Karime con cargo al erario, la merecida abundancia, la merecida corrupción, el desvío de 41 millones en el DIF. Y los flujos de dinero que corrían por millones, cientos de millones, miles de millones.
Duarte sonríe. Esa es su máscara. Así oculta su desgracia, ofertándose como el dueño del escenario, el que domina su destino, el que se impone a Veracruz.
Supone que en el episodio de la fuga con el helicóptero que le facilitó el ex gobernador interino, Flavino Ríos Alvarado, para trasladarse de Xalapa a Coatzacoalcos, y de ahí a Guatemala, concluye su persecución.
Le responde Yunes azul con una proclama muy suya: el que lo denuncié fui yo, el que lo encarcelé fui yo, el que lo hago volver soy yo.
Dice su comunicado:
“El pueblo de Veracruz reclama justicia; quiere que se castigue a los culpables del atraco a los recursos públicos y que devuelvan lo que se robaron.
“Durante doce años Veracruz fue gobernado por una banda de delincuentes que asaltó las arcas públicas y provocó una crisis social y de seguridad sin precedentes.
“Apostaban a la impunidad. Fidel Herrera fue perdonado por Duarte porque eran parte del mismo grupo delictivo. Duarte apostó a que también serían encubiertos sus atracos; no contaba con que en las elecciones del año 2016 los veracruzanos optarían por el cambio y exigirían castigo a la banda que asaltó la tesorería del Estado.
“La extradición de Duarte de Guatemala a México es apenas el primer paso. Se trata de que pague con cárcel el daño brutal que le hizo a más de 8 millones de veracruzanos y que devuelva lo que se robó.
“Me siento muy orgulloso de haber sido quien logró la detención y encarcelamiento de Duarte a partir de las investigaciones y denuncias que hice como ciudadano, desde antes de ser Gobernador.
“Durante muchos años luché con valor y tenacidad contra un régimen corrupto que se negaba a entregar el poder.
“Aguanté todo. Mi familia, mis compañeros y yo corrimos todos los riesgos, pero al final logramos la transición, el cambio democrático que ha hecho posible lo que nadie creía: encarcelar a Duarte y a varios miembros de su banda que hoy están sometidos a proceso penal.
“Ver a Duarte en la cárcel era una demanda de millones de personas. Ya está en la cárcel. Lo logramos”.
Yunes lo encausó penalmente el 3 de abril de 2016, al arrancar su campaña al gobierno de Veracruz, cuando le interpuso una denuncia que desnudó la red de prestanombres con los que adquirió inmuebles, pagados con recursos del erario, más de 3 mil millones desviados de las arcas públicas.
Sus cómplices fueron amigos y subalternos, familiares Duarte y familiares Macías Tubilla, los Mansur y los Manzur, los Janeiro y los Cysneiros, los Bandín y los Ortega, los Spinozo y los Tavo Ruiz, y así la pandilla que lo ayudó a robar.
Es la red y es la ruta del dinero. Son los operadores y los que adquirieron los bienes. Son sus testimonios ante la PGR y en los videos del clan Yunes. Es la trama, las cuentas bancarias, las empresas de papel, los vuelos en helicóptero y el centro de acopio, un edificio de la Ciudad de México donde era llevado el efectivo. Es el delito fiscal, el lavado, la defraudación.
Fuera de sí, Javier Duarte imagina, como en octubre de 2016, que la justicia lo absolverá.
Sólo un loco piensa así.
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Archivo muerto
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A ciegas, o con maña, votó Morena por el desafuero de Eva Cadena. Y tácitamente valida que el dinero recibido por la diputada por el distrito Coatzacoalcos Rural implica a Andres Manuel López Obrador. Con la venia de los 11 legisladores del pejepartido, Morena aprobó el dictamen que retiró la inmunidad a la diputada por el distrito Coatzacoalcos Rural para ser juzgada, si es que la Fiscalía de Veracruz y la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electores logran acreditar que el medio millón de pesos entregado por los empresarios de la línea amatista tenía como destinatario al Dios Peje. Reza en diversas partes del dictamen elaborado y aprobado por la Comisión Instructora y luego avalado por 41 legisladores en el pleno del Congreso de Veracruz: “Se advierte al identificar y transmitir los audios que Eva Felícitas Cadena Sandoval recibió la cantidad de 500 mil pesos para entregarla a ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR”. En otro párrafo cita el dictamen la declaración de su auxiliar, Ulises Flores Meza: “Que diga el entrevistado con qué finalidad fue entregado el dinero a su jefa, Eva Felícitas?. Respuesta: para la campaña o proyecto de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR”. Georgina Téllez Reyes, dirigente de Morena en Las Choapas, refirió: “Me respondió que no me alegrara, que no era para su campaña (a la alcaldía), que se los tenía que entregar a ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR”, para el proyecto del Movimiento de Regeneración Nacional, partido político denominado Morena y que era dinero de un grupo de empresarios que buscaban el acercamiento con Andrés Manuel López Obrador”. Uno más, de Rogelio Méndez Montalvo: “Eva me comentó que el día d la reunión en el hotel Terranova, le habían dado 500 mil pesos un grupo de amigos empresarios para la campaña de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR”. Se enfatiza en mayúsculas el nombre de líder de Morena y se reitera en decenas de párrafos que AMLO sería el destinatario de los recursos ilícitos. Eso fue lo que votó Morena en el Congreso de Veracruz. Con tal de echar a Eva Cadena, validan la tesis de que el beneficiario se llama Andrés Manuel y se apellida López Obrador… Fueron por agua, por soluciones, por respuestas y les enviaron al Mando Único Policial. Habitantes de Villas de San Martín exigen parques y zonas recreativas al ayuntamiento de Coatzacoalcos, y a la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS) mejor servicio, suministro permanente al fraccionamiento ubicado al poniente de la ciudad. Y en la sede de CMAS, lejos de ser recibidos por el director, Rafael Abreu, o su cuadro directivo, para entablar diálogo, “lo único que pudieron ‘pensar’ fue mandarnos a la policía”. Circulan las fotografías en las redes y la queja tendrá impacto político. Se trata de un grupo de colonos organizado, que reclama sobre argumentos de ley, que se ha opuesto a los vivales que invariablemente han tomado a la CMAS de rehén. Ningún ciudadano que exige respeto a sus derechos, que se ha cansado de tramitar que la constructora Roma cumpla con la dotación de servicios, está obligado a admitir como respuesta la intimidación que implica el uso de la fuerza policial. Otra pifia del yunismo… Mega reestructuración en EXA Coatzacoalcos. Se fueron todos. Sólo quedó Maythé Morales, conductora de las dos emisiones del noticiario Radio Noticias. Hace una semana, la reportera Teresa Morales lanzó un “hasta siempre EXA” en Facebook y a partir de ahí arrancó el éxodo. Dejan EXA, el consorcio radiofónico con asiento en Chiapas, antes grupo FM de Veracruz, Teresa Morales; la corresponsal en Agua Dulce, Gloria Rosas, y dos editores, a quienes esta semana se les comunicó su liquidación. No afecta en mayor medida a su auditorio pues la mayor parte de las notas tienen su origen otros medios de comunicación que, tras una barnizada, salen al aire. Hará una semana, consultado en directo, su gerente, Ricardo Alfredo Mendoza Caballero, negaba los despidos. “Es una reestructuración digital, pero a nadie se le ha corrido”, señaló. Más que eso, fue un limpia total, justo cuando se terminaban las campañas electorales para renovar la alcaldía de Coatzacoalcos. Otro medio en que también hubo despidos, es Azteca Coatzacoalcos. Concluyó el proyecto regional para el sur y ahora sólo hay una corresponsalía adscrita a Azteca Veracruz. Salieron Roldán Flores Zapata, Rey David Sánchez y un editor. Su responsable de publicidad, Fany Sorroza, precisa en las redes sociales que con ella continuará la contratación de espacios. Quedan en la corresponsalía azteca, Heidi Castellanos y Miguel Cisneros…
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Foto: El Universal