* Se cumple predicción del padre Solalinde * Colectivos: dolor e indignación * Fisculín y Duarte: ocultar todo * Winckler, rebasado * “No me doblan”, decía Yunes, y se dobló * Morena no cede, los priistas sí * ¿Habrá reestructuración de deuda? * 23 autos robados en CMAS * Ola de violencia en el sur * Cierran puertas los Yunes a Lu-pilla de Theurel
Cuerpo sobre cuerpo, hacinados unos, dispersos otros, los restos hallados en Colinas de Santa Fe van cumpliendo ya la profecía del padre Solalinde: Veracruz es la mayor fosa clandestina del país.
Hay ahí, en ese predio cercano a la zona portuaria de Veracruz, 250 cráneos y unos 10 mil restos óseos.
Hay ahí 125 fosas en un espacio de 10 hectáreas, detectadas con un croquis y un aviso que llegó por mano anónima, entregada a los colectivos dedicados a la búsqueda de personas levantadas, desaparecidas, los que se fueron o los llevaron sin que se volviera a saber más.
Hay ahí dolor y angustia, ira e indignación del que busca sabiendo o sin saber qué ocurrió y por qué, por la ausencia forzada de un familiar, un día su vida. Buscan apoyados en los expertos o aprendiendo cómo tocar y sentir la tierra, con el sentimiento encontrado, deseando que los suyos no estén entre lo hallado, o admitiendo que lo mejor es terminar con la incertidumbre y darles el descanso eterno con dignidad.
Oficialmente, este jueves 16 se abrió Colinas de Santa Fe a los medios de comunicación —o mejor dicho la abrieron con presión, rompiendo el cerco, sin permitir que Televisa se llevara la exclusiva—; a esa prensa que por años ha dado voz a los colectivos, a los que el gobierno de Veracruz, en los días de Javier Duarte, en los tiempos del ex fiscal Luis Ángel Bravo Contreras, en el presente de Miguel Ángel Yunes y en la gestión de Jorge Winckler Ortiz, los han mantenido literalmente atrás de la raya.
Una fosa, entre las 125 detectadas, tiene las dimensiones de una alberca. Y así le llaman: la alberca. Los cuerpos se apilan, aparecen unos sobre otros, en un espectáculo funesto que agravia al que sufre la desaparición de un familiar, que conmueve a la sociedad, que indigna a todos de sólo saber que el hallazgo en Colinas de Santa Fe no se dio por una acción de la autoridad y que luego se le intentó minimizar.
Bravo Contreras, rebasado por el hallazgo, admitió el ingreso de los colectivos, su participación en la búsqueda de restos, y rechazó la presencia de la prensa. Restringió el uso de teléfonos celulares y todo aquello que pudiera evidenciar que Veracruz había alcanzado ya el estatus de la entidad con mayor número de fosas clandestinas.
Tendía el gobierno duartista un velo de complicidad, sabido el vínculo entre la policía de Veracruz y el crimen organizado, el binomio que desató la violencia, que provocó el baño de sangre, que hundió a la sociedad en la incertidumbre y arrancó sus miedos.
Hoy es Yunes el heredero del escándalo. Distante, se vincula a medias con los colectivos que buscan a sus familiares. Los escucha una vez y se aleja, generando el rechazo y la protesta, sobre el panista que gobierna Veracruz el índice inquisidor de los que le imputan que primero está la indolencia y luego su obligación legal.
Tensa el ambiente su fiscal a modo, nada autónomo Jorge Winckler Ortiz, pues su relación es de amistad y trabajo.
Irrita Winckler a los colectivos por su desatención, la falta de disposición, la respuesta en redes sociales, invariablemente jocoso, cuando lo mínimo que reclaman de un fiscal es saber escuchar y aportar resultados.
Tiene resultados Winckler pero no los sabe comunicar. Tiene cifras y récord pero los guarda. Y si no es la identificación por ADN pareciera que no tiene otra forma de saber cómo lograr el perfil del resto encontrado.
Dice:
“Todos los restos se van a identificar si hay todavía material genético, si ya no hay material genético es muy complicado”.
Agrega:
“Hay fosas que no se trabajan porque no tenemos donde trabajar los restos que se pudieran extraer. Tenemos convenio con la UV pero es insuficiente el Semefo de la UV, es insuficiente el de Fiscalía. Estamos trabajando para cuando haya recursos, poder tener un Semefo ministerial y panteón ministerial. Buscamos que esté en un área que por su clima y tierra, si alguien está desaparecido, puedan durar mucho más tiempo”.
Palabras más, palabras menos, pero a los 12 colectivos no les
A la vista de muchos, la inhumación clandestina se volvió práctica común en Veracruz, encubierta por el policía, el de a pie y el alto nivel, el elemento sin rango y hasta el falso general Bermúdez Zurita, hoy preso en el penal de Pacho Viejo, pero sin cargos aún por desaparición forzada.
Decía en 2011 el sacerdote Alejandro Solalinde, coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana en el Pacífico Sur del Episcopado Mexicano y director del albergue Hermanos del Camino:
“Tiene que abrirse el suelo veracruzano, porque yo creo ha de ser el hervidero de esqueletos por donde quiera”.
Agregaba:
“Lo que yo pregunto en este momento es qué autoridad va a atreverse a hacer investigaciones en Veracruz para que empiecen a buscar cuerpos humanos, osamentas ahí en Veracruz”.
Y expresó que existe una colusión entre criminales y policías para secuestrar y desaparecer migrantes en territorio veracruzano.
Seis años más tarde, Solalinde sigue teniendo razón. Veracruz es un cementerio descomunal, un “hervidero de esqueletos por donde quiera”. La seguridad está fracturada, los programas de gobierno son maquillaje y fachada, aniquilados por la impunidad con que se manejan los criminales.
Se hallan cuerpos y los ocultan. Restringen la información, cercan el área de búsqueda, lejos de las cámaras de fotógrafos y camarógrafos, a distancia de los reporteros. Y cuando requiere la prensa una explicación, encuentra la omisión.
Colinas de Santa Fe es la mayor fosa clandestina hallada pero hay más, en el norte y en el sur, en la Cuenca del Papaloapan, en Nopaltepec y Tres Valles, la tierra del gran sultán del Golfo, Fidel Herrera Beltrán.
Alvarado, cerca del puerto de Veracruz, es de nuevo punto de atención. Como en los días en que en un islote fue detectado un cementerio clandestino, ubicado, como en Colinas de Santa Fe, por un croquis enviado por un personaje anónimo.
Ocurre lo mismo en Sayula de Alemán y lo admite el fiscal Winckler mientras pisa tierra cercana a la alberca de Colinas de Santa Fe. “Se pidió autorización para hacer ahí una exhumación”, explica.
“Ahora con las reformas al Código Penal, no puede ordenar motu proprio que se hagan trabajos de inhumación y exhumación. Ya se pidió audiencia para que el juez control nos autorice para trabajar ahí”.
Son predios particulares, intocables hasta que exista orden judicial que permita la excavación. Son predios de menor tamaño que Colinas de Santa Fe. “Si hay uno o dos cuerpos se entiende que es una fosa clandestina”, agrega el fiscal.
Veracruz, decía Solalinde, hoy candidato al Premio Nobel de la Paz, se convertiría en el mayor cementerio clandestino. Y así fue.
Se llegó a ello por haber abierto las puertas de Veracruz al crimen organizado, a los pactos inconfesables, al cogobierno del PRI y los priistas, Fidel y Javier Duarte, con Zetas y Golfos, con el Cártel de Jalisco Nueva Generación, terminando por constituir el Cártel de Duarte.
Qué aberrante es que no sea el gobierno el que busque a los desaparecidos, que exhiba incapacidad, que sea indolente, que se mofe de la angustia y el dolor.
Que aberrante que sean los colectivos los que trabajen la tierra, escarben y hurguen, que los guíen los croquis anónimos, porque la autoridad ni puede ni quiere, ni tiene presupuesto ni mueve un dedo para aterrizar fondos para financiar la búsqueda y cumplir con deber moral.
Son las fosas, los muertos, la complicidad.
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Archivo muerto
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Decía el gobernador Miguel Ángel Yunes que no lo iban a doblar, y lo doblaron. Lo enfrentó medio Congreso de Veracruz, y hoy los priistas se comienzan a quebrar. Dan 25 diputados revés a la propuesta de reestructuración de la deuda pública y en un par de días las balandronadas yunistas, el amago de no pagarle salarios a los diputados que votaron en contra —priistas, morenistas y verdes— porque prefería Yunes azul pagar médicos y maestros, quedan en el olvido. Planteó el engendro PAN-PRD declarar una moratoria de pagos, que por consiguiente llevaría a que los bancos reclamen el total de los adeudos y que las instituciones de crédito le cierren las puertas al gobierno de Veracruz. A su vez apretaba el gobernador. Decía que por culpa de PRI y Morena en agosto serán absorbidas todas la participaciones federales. “No me van a doblar”, sentenciaba Yunes Linares. Apretaba también el PRI, reculando luego de haber aprobado con su firma un diputado priista el dictamen que daba aire a la reestructuración de la deuda. Insistían los diputados del pejepartido en que la propuesta de Yunes azul es opaca, nada transparente, provocando mayor endeudamiento, sin ajustar el gasto, desoyendo el plan de austeridad que Morena planteó desde el inicio del nuevo gobierno en Veracruz. Así de radicales estaban las partes, los yunistas y los antiyunistas. Hoy Yunes y los priistas reculan, Morena no. Este jueves 16 hubo una nueva propuesta con un artículo transitorio que obliga a mantener toda la información en un portal de transparencia. ¿Y en qué varía respecto a la propuesta de reestructuración que fue desechada? Hablan los alcaldes, Américo Zúñiga de Xalapa y Joaquín Caballero de Coatzacoalcos, urgiendo la reestructuración de la deuda. Habla el líder de la fracción priista en el Congreso, Juan Nicolás Callejas Roldán, y dice que está dispuesto a avanzar en la reestructuración. O sea, los intransigentes se alinean, lo mismo Yunes que los priistas. Presuntamente este viernes 17 habrá aprobación, aun cuando el reglamento interior del Congreso señala que la iniciativa debe circular al menos con 48 horas de anticipación. O sea, si es aprobada violando los tiempos que marca la ley, Morena la va a tumbar en los tribunales. Con 34 votos pasa… Nada más 23 autos de la CMAS Coatzacoalcos, no aparecen. En su huida, las huestes de Tony Macías, el suegro incómodo del ex gobernador Javier Duarte, arrasaron con todo, incluido el parque vehicular, los automóviles que servían para el personal ejecutivo y de operación, sedan y camionetas. Todo apunta al ex director jurídico, el más allegado a Tony Macías, Pedro Tiburcio Zaamario, según fuentes de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Coatzacoalcos. 23 autos que no aparecen son 23 autos robados, pues se trata de bienes de la empresa que, mínimo, debieran derivado en una denuncia penal. Subsana el hecho Rafael Abreu, titular de la CMAS, con nuevo parque vehicular. ¿Comprado o rentado? se planteó ayer aquí. Fuentes de la empresa sostienen que es renta, que sólo un vehículo es nuevo, lo que les permite la Contraloría del gobierno de Veracruz. “No hay dinero para autos nuevos”, precisa. “La Amarok gris plata trae 85 mil kilómetros, la azul marina 67 mil, la roja 92 mil, el Jetta plata 41 mil”, agrega. Las únicas rentadas nuevas son una camioneta Ranger NP300 y una Chevrolet S10 Chasis. El resto —unidades de redilas de las cuadrillas de agua, alcantarillado, mantenimiento civil y electromecánico— se caen a pedazos, se descomponen a diario, se quedan tiradas. Pronto se rentará una flotilla de redilas para el trabajo de campo y en colonias. Un caos por el robo de 23 unidades en los tiempos en que la pandilla de Tony Macías controlaba la CMAS… Incontenible la violencia en el sur, in crescendo el crimen, el secuestro, el robo de vehículos, el robo a casa-habitación. De la estadística del Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos: nueve asesinatos en febrero, en este puerto; 13 a nivel regional, registrados en Minatitlán, Las Choapas, Cosoleacaque y Coatza, lo que duplica el registro; hubo tres secuestros en Coatzacoalcos, sumados a los siete del mes de enero; 12 desapariciones, cuatro en Coatza y ocho en el resto de la región; 12 vehículos robados; ocho robos a casa-habitación, y 22 comercios atracados. Igual o peor que en el duartismo. Pavorosa la estadística del yunismo que sufre la inercia del efecto Bermúdez, el contubernio de las policías con el crimen organizado, policía que ni el mismo Yunes Linares, salvo contados casos, ha podido desterrar… Nada para Lu-pilla Félix de Theurel en el PAN. Cero relación con el clan Yunes. Desdeñada ella y su marido Marcos Theurel por el senador con licencia, Fernando Yunes Márquez, por incontrolables, porque no acatan línea ni obedecen. Fue instruida la ex primera dama de Coatzacoalcos que se inscribiera para contender por la candidatura a alcaldesa y no lo hizo. Si así se conduce Lu-pilla ahora que no es nada, peor será si ganara la elección. Y los Yunes, con lo tajantes que son, ni el adiós le dieron…
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Foto: Proceso