Recurre el PRI a todo para conservar el poder: a la guerra de lodo, a la descalificación de sus enemigos, a la promesa de Héctor Yunes de que aplicará la ley a los corruptos, al engaño y la mentira.
Y son los fidelistas y los duartistas que han acabado con la riqueza de Veracruz, que han empobrecido aún más a los pobres, que han gozado de impunidad, los que caminan con el candidato del PRI al gobierno estatal.
La elección del 5 de junio es para castigar o premiar al PRI. Quienes voten por el PRI estarán premiando la violencia, los ejecutados, los levantados, los desmembrados.
Quienes voten por el PRI estarán premiando la deuda del gobierno priista de Javier Duarte con la Universidad Veracruzana, la deuda pública de 120 mil millones, la deuda con los pensionados.
La disyuntiva del pueblo es sostener al PRI en el poder u optar por el cambio, sea con Yunes Linares de la Coalición PAN-PRD o sea con Cuitláhuac García de Morena.
La disyuntiva es premiar el caos o tomar el camino del cambio.