Isabel Miranda de Wallace lo hizo. Publicó un espectacular. Tenía la imagen de un secuestrador, responsable de la desaparición y muerte de su hijo. Pedía informes sobre su paradero y ofrecía una recompensa. Así cimbró las estructuras del poder y después ya nada fue igual.
Luis Guillermo Lagunes Díaz aparece en uno igual. Hay, sin embargo, una diferencia. Luis Guillermo es la víctima, desaparecido hace año y medio, como si la tierra se lo hubiera tragado.