Alejandro Wong Ramos no es como lo pintan. Es peor. Tormentoso, violento, arbitrario, amante del alcohol, es el terror de muchos, pero aún así, resultó la burla del gobierno de Veracruz, del alcalde Joaquín Caballero Rosiñol, de los hermanos Valencia y hasta del notario Yohan Hillman Chapoy.
Al ex regidor Wong le tendieron una trampa, lo endulzaron con una promesa de dinero fácil, lo engatusaron con palabras de conquistador y le dijeron que sí, que le reconocían la calidad de dueño de un predio de 10 hectáreas y que el gobierno le pagaría una indemnización. Al final le salieron que para él no habría nada.
