14 muertos, y periodistas todos, nadie los tiene. Javier Duarte sí. Y de ahí que eche a andar el distractor: acusen a Yunes, reactiven la agresión a universitarios, exoneren a las ratas de palacio, enloden a los adultos mayores, amenacen a los que difaman. Lo que sea pero que no se hable más de Rubén Espinosa, del exilio y el crimen, del clima de hostilidad y el asedio, de la responsabilidad moral del gobernador. Y que nadie lo llame “asesino”.
Es variada la Caja China de Javier Duarte. Con ella entretiene y distrae, justo cuando toca fondo su credibilidad, cuando se le fustiga a nivel mundial como el peor entre lo peor, cuando se le etiqueta como un represor, perseguidor de periodistas, acosador sin freno, gobernador del bajo mundo, alfombra del crimen organizado. Y por ello es absoluta y totalmente indigna en sus labios la frase “Pórtense bien”.
