* Sondeos a favor y en contra * Rocío Nahle y la falta de estructura * Erick, las despensas y los videos * Alumnos del ITESCO en el mitin de PRI * Simularon que eran Vía Veracruzana * Jessy y Xavier: Juventud Popular dividida * “El primero es el más difícil”, decía Spinoso * Machucho, Caballero y la firma falsa
De traidor y chapulín, falso y oportunista, no bajan los priístas a Rafael García Bringas. Lo dicen en corto. Le aplauden y lo detestan. Lo aclaman pero no caminan en campaña, ni le operan el voto, ni lo quieren ver triunfar.
Paga así García Bringas su paso por el Partido Acción Nacional, masacrar al PRI en 2009 y regresar en plan estelar, diputado local plurinominal y robarse la candidatura a diputado federal por Coatzacoalcos, impuesto por Javier Duarte, el gobernador.
No lo tragan los priístas ni los líderes de las corrientes del PRI, confrontado con todos, enfrentado por el poder y usado por Marcelo Montiel para acabar con la carrera política de Iván Hillman Chapoy.
Su campaña fue un desastre. Nunca prendió. Visitó colonias, acudió a congregaciones, alzó la voz con un discurso frágil, sobado y trillado, cuestionado y fantasioso, pues cómo creerle si cuando fue diputado federal apenas subió a tribuna en el Congreso federal, y nada relevante logró para el distrito que lo eligió.
Solía contar García Bringas que la candidatura le cayó del cielo. Una noche, previa al registro ante el PRI, recibió la instrucción. Carecía de estructura. Su “Alianza Porteña” en que basó su proyecto para ser diputado panista en 2009, literalmente naufragó. No tenía con qué operar el voto, convencer votantes, armar la estructura electoral.
Presumiblemente eso lo arregló Javier Duarte. Instruyó el gobernador al alcalde Joaquín Caballero Rosiñol, a las corrientes priístas, a los dirigentes de organizaciones, a los hombres de poder económico. Y todos dijeron que sí.
Fue un banquete de lengua. Simuló el marcelismo que operaba en colonias, que tocaban puertas sus promotoras, que comprometían el voto a granel.
Iván Hillman, el ex alcalde, se mantuvo al margen, alejados los ivanistas, obvios los resabios por aquella humillante derrota de 2009, cuando el hijo postizo del Clan de la Succión se empecinó en ser diputado por el PRI.
Rogaba Iván El Terrible que Fidel Herrera Beltrán, entonces gobernador de Veracruz, forzara al marcelismo, presionara a Marcelo Montiel, obligara a llevarlo al triunfo.
Le sonrió su enemigo. Lo mareó. Marcelo Montiel operaba en contra y una noche antes de la elección, lanzó la señal: “Hay pájaros en el alambre”. Aludía la instrucción a Rafael García Bringas, alias “El Pájaro”.
Por eso la frialdad del ivanismo en campaña, respirando por la herida. Por eso la simulación del marcelismo, que lo ve como un enemigo potencial, quizá candidato a la alcaldía en 2017. Ni qué decir del theurelismo que no existe. Si acaso el respaldo de chagrismo, con su limitada capacidad. Y eso porque el suplente de García Bringas es Roberto Chagra Nacif.
A García Bringas le fue mal en campaña, pues nunca despegó. Y le pudo ir peor.
Le favorece no haber enfrentado a un candidato sólido ni único en el que se hubiera concentrado el antipriísmo.
Fragmentada, diluida, la oposición menguó su fuerza al no haber un candidato en que polarizara la intención de voto para derrotar al PRI. Una corriente se la lleva la candidata de Movimiento de Regeneración Nacional, Rocío Nahle García; otra la abanderada del PAN, Gloria Santos Navarro; una más el perredista Rodolfo de la Guardia Cueto, y otro tanto el candidato de Encuentro Social, Gonzalo Guízar Valladares. El resto lo pepenan PT, Movimiento Ciudadano, Panal, Humanista, los candidatos independientes.
Cuatro de los candidatos de oposición —Nahle, Gloria, De la Guardia y Guízar— diseminaron la intención de voto. Hablaron y recorrieron colonias. Argumentaron y ofertaron. Pero nadie logró despuntar.
García Bringas tuvo días buenos y días malos. En campaña fue medido en la intención de voto. Uno de los sondeos lo ubicaba con 30 por ciento de las preferencias, seguido de Rocío Nahle con 15, Rodolfo de la Guardia con 13 y Gloria Santos con 4.
Uno más le daba a la candidata de Morena 21 por ciento; Gloria Santos, 15; Rafael García Bringas 12.
Internamente, aunque no divulgada, el PRI ubicó la intención de voto en 30 por ciento. Rocío Nahle volvió a aparecer con 15 por ciento.
Otras mediciones se realizaron en cuatro sectores de Coatzacoalcos: centro; López Mateos, Ejidal, Central Camionera, Alameda; Olmeca y Lomas de Barrillas, y Puerto México, Playa Sol, Vistalmar, Paraíso.
En tres de los cuatro sectores es más percibido Rafael García Bringas. Se le conoce más por los cargos desempeñados. Pero no por ello se le da el voto. En segundo lugar, Gonzalo Guízar, Rocío Nahle y Gloria Santos.
Se aplicaron 120 muestras. De las personas requeridas, por lo menos el 30 por ciento no aceptaron la entrevista. Un 30 por ciento de los encuestados son indecisos.
García Bringas, según ese sondeo ganaría la elección no por tener un mejor proyecto sino por la fragmentación del voto de la oposición.
Sin embargo, al candidato del PRI no le inquietan sus adversarios. Le quita el sueño el voto de castigo, el fuego amigo, la venganza del marcelismo y la indiferencia del ivanismo.
Sabe de las palabras huecas, de las promesas que van y vienen, del compromiso que sólo es de labios hacia fuera. Sabe García Bringas que Marcelo e Iván no perdonan.
A Marcelo Montiel le robó la candidatura a diputado federal, armada y construida para el operador principal del delegado de Sedesol federal en Veracruz, Víctor Rodríguez Gallegos, subdelegado administrativo, el hombre de los dineros y los negocios, de los programas sociales y su uso político.
A Iván lo agravió cuando lo masacró en las urnas, con ayuda de Marcelo Montiel, en 2009.
Sabe García Bringas que hay palabras que duermen y gritos que alertan. Sabe del voto en contra, del priísmo que cobra facturas, que acaba con un sueño y sume en la derrota.
De la oposición, lo que le inquieta es la tendencia de un sector del electorado hacia Morena. Sabe que parte del voto se inclina hacia Rocío Nahle. Su dilema está en la falta de estructura electoral, su incapacidad para sacar a los electores a votar, el cuidado de las casillas y la defensa del voto. Puede tener miles de votos, pero si no los protege, se vuelven votos priístas.
Coatzacoalcos representa un 80 por ciento de la votación. Para García Bringas, hay focos rojos en las congregaciones de Mundo Nuevo y Barrillas. Y en Agua Dulce se está fraguando la derrota.
Lo peor no es lo que haga la oposición. Lo peor es que los priístas no lo quieren ver ganar. Y Marcelo Montiel se la quiere cobrar.
Archivo muerto
Sacude al distrito de Acayucan la entrega de despensas y dinero para cooptar a votantes. Lo opera el DIF en el municipio de Isla, feudo y cuna del candidato federal del PRI a diputado federal, Erick Lagos Hernández, donde gobierna a trasmano el diputado local, Juan Cruz Elvira. Se tornó viral en las redes sociales la difusión de los videos en que se observa a ciudadanos que acudieron atraídos por la entrega de becas a días de las elecciones y que abandonan la bodega con dinero y despensas en la mano. Denuncia el caso la candidata a diputada federal de Movimiento Ciudadano, Francisca Ortiz Culebro. Grabó todo. Ubicó una camioneta del DIF estatal. Habló con los beneficiarios y una de ellas, Guillermina Hernández Deceano, mostró el contenido de la despensa y el dinero recibido. Nada es casual. Opera el DIF para Erick Lagos, líder de los mapaches priístas, en una entrega de becas que se da en plena veda electoral. Y si faltaba evidencia, he ahí las despensas que los beneficiarios llevaban en dos, tres o cuatro bolsas. Avizora la candidata de Movimiento Ciudadano que denunciará el caso ante la Fiscalía Especializada Para la Atención de Delitos Electorales y ante el Instituto Nacional Electoral. Acayucan es un hervidero. Primero atentaron contra Janix Liliana Castro Muñoz, candidata del Movimiento de Regeneración Nacional en ese distrito, y le quemaron su casa; luego amenazan al candidato del Partido del Trabajo, Marcos Samuel Hernández Villanueva, y ahora les caen en un burdo reparto de despensas y becas a unos días de la elección federal. Muy propio de Erick Lagos… Físicamente eran ellos. Pero debían fingir que no. Acarreados al cierre de campaña de Rafael García Bringas, los jóvenes del instituto Tecnológico Superior de Coatzacoalcos pasaron como integrantes de Vía Veracruzana y Red de Jóvenes, como militantes de organizaciones priístas, nada que tuviera que ver con la universidad a la que pertenecen. Los llevaron así, camuflados, al mitin del PRI, ese día en que por última vez lanzarían vítores a su paniaguado candidato, que ha de ganar la elección si Marcelo Montiel Montiel, el cuestionado cacique, hoy acusado de malversar programas sociales federales, no lanza voto de castigo o si los electores, de plano, no salen a votar. Y ese día, ese domingo 31 de mayo, los jóvenes del ITESCO, simulando que eran miembros de Vía Veracruzana y de Red de Jóvenes, terminarían riendo de lo que los obligan a hacer: mentir y actuar para ganarse una calificación. ¿Quién dijo que había que dignificar la educación?… Jessy Ramos sólo es lideresa de membrete. Xavier Morales es el dirigente real de Juventud Popular. Dividido, fragmentado, el liderazgo de la organización incuba un conflicto atizado por las corrientes priístas, los santones del marcelismo que gobiernan y desgobiernan Coatzacoalcos. A Jessy Ramos la respalda el alcalde Joaquín Caballero Rosiñol y ella, joven con talento y sagacidad, acumula contactos con los que acredita trayectoria. A Xavier Morales lo apuntalan los integrantes de Juventud Popular, la base de la organización, los que realizan el trabajo político, los que convocan a la gente, los que le dan forma al proyecto juvenil del PRI. Eso lo hace Xavier Morales. Jessy Ramos no… Ya tomado, Edgar Spinoso Carrera es un desastre. Habla de más, suelta la lengua, se jacta y se incrimina. Lo cuenta un contemporáneo suyo, testigo de su altivez. Corría el año de 1993. Estudiaba en la Universidad Veracruzana, en Xalapa. Un día acudió a una fiesta de cuates, invitado por un estudiante de arquitectura de nombre Gonzalo. “El primero es el más difícil”, decía Spinoso el espinoso. Quienes lo escuchaban apenas lo podían creer. Decía Spinoso que ya sobrado de copas, sus manos en el volante, lo etílico al tope, pasó sobre un peatón. Murió la víctima. Aquello presagiaba tormenta. Proseguía su relato Spinoso el espinoso. Intervino la familia, poderosa la estirpe y, sobre todo, millonaria. Movió palancas, tocó puertas, burló la ley. Spinoso siguió su vida como si nada hubiera ocurrido. Cuentan ahora aquellos testigos del desliz verbal que Edgar Spinoso podía alardear, fanfarronear y jactarse, pero su relato era coherente. “Con eso de que los niños y los borrachos nunca dicen mentiras”, dice uno de ellos. Spinoso era nefasto y desagradable. Pero no dejaba de acudir a las reuniones. El otro indeseable era Gabriel Deantes Ramos, hoy secretario de Trabajo del gobierno de Veracruz, ambos implicados en el desvío de recursos para programas educativos, corridos para aquietar las aguas y recontratados por el gobernador Javier Duarte, su cuate, su protector, su encubridor. Algo los distinguía: la pedantería. Edgar Spinoso, cuentan los testigos, era misógino, hirientes y soberbias sus expresiones hacia las mujeres. Hoy es candidato del PRI a diputado federal por el distrito de Martínez de la Torre… ¿Se puede lograr un cambio de uso de suelo en plena clausura? Sí. Ocurre en Coatzacoalcos. Implica el asunto a un taller de hojalatería, “Servicio Machucho”. Se da el trámite. Se autoriza. Y todo pareciera real y legal. Pero no lo es. La anuencia de cambio de uso de suelo se realiza con una firma falsa, se demuestra en juicio, lo consignan los archivos del ayuntamiento de Coatzacoalcos. O sea, es un fraude. Pero el hojalatero Machucho gana el juicio y habrá que pagarle varios millones de pesos. Le tiembla la mano al alcalde Joaquín Caballero Rosiñol, hay daño ambiental, tibieza, negligencia y un escándalo por venir. Por lo pronto, el caso se va a instancias federales, donde va a reventar…
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