* Theurel y el rompope corriente * La prepotencia y la cobardía * Expediente negro: pagos irregulares en Obras Públicas * Los 4 millones perdidos * PAN: Fernando Yunes, el candidato del fraude * El masoquismo de Josefina * Otras denuncias contra Caballero * Una orden de aprehensión archivada
Arrogante, nada humilde, maniqueo y embustero, Pepe Yunes dice no tener nada de qué avergonzarse. Presume honestidad, su paso impoluto por las instituciones, sin algo que lo inquiete, su vida pública cristalina. Honesto, pues, a toda prueba.
Cordero sin mancha, como se asume, José Francisco Yunes Zorrilla adolece, en cambio, de otros defectos, lacras espirituales: la soberbia, la complicidad y el disimulo.
Yo me considero un hombre honesto, dice el candidato priísta al Senado por Veracruz, ajeno, esgrime, al diezmo a cambio de obras cuando fue alcalde de Perote, o a detentar notarías públicas o flotillas de taxis.
No puede haber un solo señalamiento a mi persona, remata con humildad republicana.
Usa ese estribillo soy honesto como argumento de campaña. Se vende limpio, franco y comprometido, para amarrar los votos que le den la senaduría que hace seis años vio esfumarse por la traición de los priístas, sus compañeros de partido.
Honesto a medias, no se le sabe ladrón ni inmerso en fraudes o corruptelas, pero sí en el juego del engaño al electorado, hábil en la mecánica del demagogo rollero. Así, Pepe Yunes, alias Pepe Gris, dice a sus interlocutores lo que los interlocutores quieren escuchar. Es tramposo, no inteligente, sus neuronas en crisis.
Recorre Veracruz con la bandera de su candidatura al Senado. Ahí, demanda que los programas sociales no sean usados con tintes partidistas; que Oportunidades, cuyo financiamiento procede de recursos públicos, no tenga color partidista; que no se le use para coaccionar el voto con el argumento de que si el candidato presidencial priísta llega Los Pinos, se suspendería el programa; a los habitantes del norte de Veracruz les cuenta que será un senador del norte de Veracruz; ofrece apoyar a los 3 millones de jóvenes sin empleo en el país; se compromete a gestionar cambios en la legislación para que se apliquen nuevos criterios para la aplicación de tarifas eléctricas en regiones que sufren altas temperaturas, y propone que el Senado gestione nuevas políticas agropecuarias para impulsar el campo.
Pepe Yunes es un embaucador profesional, un timador de incautos. Promete lo que ya, en los hechos, no pudo concretar. Su paso por la Cámara de Diputados fue un fiasco. En más de dos años de gestión, según cifras contenidas en el portal del Congreso Federal en internet, su nombre aparece en 16 iniciativas y modificaciones de ley, aunque sólo cuatro de ellas fueron elaboradas por el diputado por Coatepec; introdujo el término grado de conectividad en la Ley General de Desarrolo Social y logró la revisión anual de las zonas prioritarias por su marginación para la asignación de presupuestos. Fuera de eso, nada.
Las otras 12 iniciativas, confeccionadas por otros legisladores, las suscribió o se adhirió a ellas, o sea las firmó, aunque la mayoría aún se hallan pendientes de ser aprobadas.
Diputado del montón, Yunes Zorrilla participó en 13 proposiciones con punto de acuerdo, de los cuales sólo tres fueron suyas; en los otros diez también fue suscribiente y adherente a planteamientos de otros diputados. De sus tres propuestas, se aprobaron dos.
Poco efectivo como legislador, Pepe Yunes presidió la Comisión de Desarrollo Social donde, pese al escenario que tuvo a su alcance, fue el símbolo de la opacidad. Se ufana de haber aumentado a 6 millones en número de beneficiarios de Oportunidades en el país y 700 mil en Veracruz, pero se trata de logros cuya paternidad reclama el gobierno federal.
O sea que poco tiene que ofrecer Pepe Yunes al electorado. Promete hacer en el Senado lo que no pudo lograr como diputado federal.
Una de sus iniciativas de ley tuvo que ver con la medición de la pobreza y en gran medida su discurso de campaña es un ataque sistemático al gobierno federal.
Pepe Yunes, sin embargo, ha dispensado un silencio cómplice al desastre provocado por el gobierno priísta en Veracruz, la pobreza en su mayor nivel, el analfabetismo, la marginación, el deterioro del sistema de salud, la expulsión de mano de obra a otros estados, la quiebra financiera, el endeudamiento, la corrupción policíaca, la inseguridad y violencia, la conformación del santuario zeta, las ejecuciones en Boca del Río y el puerto jarocho, los cementerios de migrantes, y el descomunal fraude electoral que permitió imponer a Javier Duarte de Ochoa en el gobierno de Veracruz.
Tiene, y mucho, de qué avergonzarse Pepe Yunes. Presumir honestidad es, por lo menos, un acto de soberbia. De haber sido honesto, habría levantado la voz por los desposeídos y ajustado cuentas con los artífices del desastre veracruzano, sus compañeros de partido.
No lo hizo. Eran los días en que pretendía ser candidato del PRI al gobierno de Veracruz, enemigo potencial de Javier Duarte. Prefirió callar ante la devastación social, política y económica de los veracruzanos, a cambio de mantener latente sus aspiraciones personales, que finalmente lo dejaron con las manos vacías, la gubernatura para el futuro, si acaso.
Pudo más la opción personal que acaudillar a los marginados.
Algo, pues, no funciona en el discurso del candidato Yunes Zorrilla.
Ser honesto y encubrir, es inmoral.
¿Lo sabrá?
Archivo muerto
Su vida pública hecha un guiñapo, Marcos Theurel no sólo es prepotente, lépero y altanero. También es mentiroso y cobarde. Continúa en su labor infausta de convencer a quien se deje de que el iracundo edil a quien se escucha insultar al constructor Mario Alberto Escobar Guzmán, Travis, en un afamado audio, no es él. O sea, Theurel es bueno para agraviar, para sobajar a cualquier ciudadano, pero no para hacerse cargo de sus locuras. Le falta lo que al rompope corriente le sobra. Dice, insiste, el alcalde de Coatzacoalcos que es un montaje y alude a la treta más socorrida del régimen duartista: decirse extorsionado. La cobardía es mala consejera Vía Multipack e internet fluyen cientos de documentos que dan cuenta de la contabilidad del Ayuntamiento de Coatzacoalcos. Un apartado toca las nóminas del programa de limpieza de canales pluviales y colectores, incluido un oficio, fechado el 12 de diciembre de 2011, con folio 513, con el que el director de contabilidad, Juan Jiménez Sánchez, del equipo de Guadalupe Porras David, suegra voraz del alcalde Theurel, emite un legajo de documentos en que se enlistan las compañías que supuestamente realizaron los trabajos, entre ellas las de los amigos y socios del presidente municipal de Coatzacoalcos. Entre junio y noviembre de 2011, se ejercieron 3 millones 988 mil 343.43 pesos, justo la cantidad que Marcos Theurel asegura que su ex secretario de Obras Públicas Municipales, Adrián Pérez Martínez, se robó impunemente mediante la tramitación de facturas apócrifas, aunque sin que se haya procedido legalmente contra él. Hay, sin embargo, un hecho que le quema las manos al alcalde de Coatzacoalcos: las empresas Factores del Istmo y Grupo Raudales, propiedad del director de Adquisiciones, Brian Carlos López Mendoza, y del secretario de Obras Públicas, Daniel Aguilar Avendaño, respectivamente, tuvieron amplios beneficios y obtuvieron pagos, incluso sin haber participado en el proceso de licitación, sin haber presentado facturas y cobrando cientos de miles de pesos por trabajos que, dice Theurel, no se realizaron. Reveladora, la documentación también refleja que hubo desvío de recursos al pagar nóminas de otros rubros con la partida de saneamiento de canales, que es de origen federal y que amerita una denuncia penal. Historia aparte Herido de muerte, el Partido Acción Nacional en Veracruz nada tiene para enfrentar la elección federal. Su principal candidato al senado, Fernando Yunes Márquez, procede de un megafraude en la elección interna del 19 de febrero. La Comisión Nacional de Elecciones anuló el proceso por 154 irregularidades compra y coacción del voto, relleno de urnas, clonación de boletas, entre otras y trasladó la designación de sus candidatos al Senado al Comité Ejecutivo Nacional, el cual impuso de nuevo al fraudulento Fernando Yunes en la candidatura. Llevado el caso al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el PAN fue conminado a reponer el procedimiento, pues se demostraron las trapacerías del joven Yunes Márquez, y se instó al PAN a designar en base a una valoración política que incluyera la trayectoria de los aspirantes, cargos desempeñados y militancia. Lejos de ello, la cúpula panista se burló del TRIFE. La línea calderonista volvió a imponer a Fernando Yunes, en abierto desacato al tribunal electoral y con el silencio cómplice de la candidata presidencial, Josefina Vázquez Mota, cuyo masoquismo la lleva a consecuentar a quienes pretendieron verla derrotada por Ernesto Cordero en la elección interna. Resulta, pues, el PAN una grotesca caricatura del PRI, con un candidato que provoca lástima, largas las uñas políticas de Microyunes para robarse la candidatura Con el pasado judicial que le atormenta, Joaquín Caballero Rosiñol va a precipitar la derrota del candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, en el distrito de Coatzacoalcos. Aunque ya libró la queja que le interpuso el PRD por promoverse en el Paseo de la Alegría, en el municipio de Nanchital, viene denuncias por actos anticipados de campaña, rebasar topes financieros y compra de votos en Agua Dulce, donde repartió despensas y entregó anteojos. De ello hay por lo menos 16 fotografías. Así, ni ganará la diputación federal, ni Marcelo Montiel, su padrino, podrá consolidar su intento de cacicazgo, ni Peña Nieto saldrá del segundo lugar en que lo tiene el perredista Andrés Manuel López Obrador en el distrito de Coatzacoalcos, donde el priísta aparece 2 puntos abajo en la intención de voto, según encuesta de marzo. Existe, además, una orden de aprehensión por el caso PERCONSA