Voto masoquista, el que premia a un gobierno que reprime y asedia, saquea el erario y construye fortunas ilícitas, que hunde a Veracruz y lo estanca, se postra ante la violencia y simula combatir a los cárteles, o encubre violadores, o persigue alcaldes, o se mancha con la sangre de ediles, o agravia a magistrados y desoye, ignora, desdeña a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Triunfa Morena con el voto de la fanaticada y con la fuerza del aparato de gobierno, los votos de más, los millones en campaña, el voto del miedo que se teje cazando opositores, encarcelando candidatos, usando a la policía como ariete que amaga y golpea, que va tras los adversarios del obradorismo, reactivando juicios dormidos o improvisando nuevas denuncias.
Día infausto, el 6 de junio. Se votó contra el PRIANRD y simultáneamente a favor de un modelo político que actúa como si el que gobierna fuera el PRI: Cuitláhuac es Duarte, Cisneros es Buganza o Eric Lagos, Lima es Audirac o Manzur o Charleston, Zenyazen es Mota, Fernández es El Cisne Silva, y Gómez Cazarín es Carvallo Delfín o Flavino.
Si no hubiera colores o siglas, sería complicado identificar cuál es cuál: unos robaron con descaro, otros roban con discreción. Pero todos roban y abusan.
Votaron los que repudian al PRI, al PAN, al PRD y con más brío acudieron a las urnas al ver a la alianza Veracruz Va negarse a lanzar una propuesta nueva, rostros frescos, trayectorias limpias, y volver a las andadas, al discurso falaz, a la oferta engañosa, reciclando a un sector de la fauna nociva que el fidelismo, el duartismo y el yunismo llevaron al poder.
Operó la maquinaria electoral con la etiqueta de Morena y con el colmillo de los mapaches del PRI, los Ranulfos Márquez en el puerto de Veracruz, intentando frustrar la victoria de Patricia Lobeira Rodríguez, esposa de Yunes Márquez, que seguro se caerá en los tribunales.
Otros mapaches priistas consumaron triunfos para Morena en el sur; en Coatzacoalcos los marcelistas y en Minatitlán los petroleros de la Sección 10.
Gritan fraude los priistas y se duelen que les hicieran carrusel, ratón loco, casillas zapato y ven el derroche de millones para cooptar al órgano electoral, aterrizar pago a votantes y ejercer el control de la prensa venal, los propagandistas que no hacen periodismo sino partidismo.
O sea, los magos del fraude electoral pasmados, petrificados, sin capacidad para desactivar el fraude. Mapaches como son, ¿quién les puede creer?
Morena avasalla y ese voto es demencial. Suele premiarse al buen gobierno, la eficiencia, la obra pública, el sentido social. Suele premiarse la justicia, la transparencia, la ética y la verdad. Pero a un gobierno infame, inepto, corrupto, criminal, se le aplica voto de castigo.
Van tres años y medio, 30 meses, y Veracruz no avanza, se hunde, sacudido por la violencia y la injusticia, sin reactivar la inversión, perdiendo polos de desarrollo, sin una sola obra por la que algún día se le pudiera recordar.
Con los cárteles, Cuitláhuac es terso; con el pueblo, muestra el puño. Al Cártel Jalisco Nueva Generación lo vio tomar autopistas y proclamar su señorío, atacando cuarteles y correteando patrullas. Y para sofocar su ira, les concedió el repliegue de la Fuerza Civil, la policía de élite de la Secretaría de Seguridad del gobierno de Veracruz.
Al pueblo, en cambio, lo embiste y lo arrincona. Ciudadanos mexicanos residentes en Estados Unidos y uno originario de aquel país, fueron, torturados, les fueron sembradas armas, desatando un conflicto diplomático, interviniendo el gobierno federal, hasta lograr la libertad de las víctimas.
Su obra es infame. El 99 por ciento de los contratos los otorga por asignación directa, según informe de la Contraloría del gobierno de Veracruz.
Su manejo financiero es falaz. Alardea de austero y no deja de endeudar a la entidad. Año con año, desde el inicio de gestión, lo suyo ha sido suscribir créditos por más de 20 mil millones.
Van tres años y seis meses y su lucha contra la corrupción es etérea. Ni Miguel Ángel Yunes Linares, su antecesor, ni su círculo más cercano han sentido el embate de la ley. Cuitláhuac los cita, los menciona, los señala de haber transado con la delincuencia, pero no pasa de ahí. Es un show.
Moralmente su gobierno es un fiasco. Pululan en palacio de gobierno los acosadores sexuales, los hostigadores, los violadores. Son impunes, cobijados por el gobernador.
Eric Cisneros, secretario de gobierno, es un truhán con obsesiones psiquiátricas. Un día amenaza, otro amaga, uno más miente, otro más violenta la ley.
Un día reta a la prensa crítica y luego se ve implicado en el levantón del periodista Marcos Miranda Cogco, en el puerto de Veracruz, acusando su esposa que existía una amenaza directa del secretario de gobierno. Tras el escándalo y el involucramiento de Eric Cisneros, Miranda Cogco apareció con vida.
Su mayor gesta fue la trama que cercó, amedrentó y condujo al crimen de la alcaldesa de Jamapa, Florisel Ríos Delfín. Un audio con la voz de la edil perredista, reveló que Cisneros Burgos la presionaba para entregar la policía municipal al gobierno de Veracruz. Desarmaron a la corporación, la dejaron inerme y virtualmente la entregaron a los asesinos.
Levantada, torturada, Florisel Ríos recibió varios impactos de bala y el tiro de gracia. Sólo faltó que Cuitláhuac y Cisneros hubieran jalado el gatillo.
Su otro ariete es el Congreso de Veracruz. Ahí se fabrican leyes sin sustento y se construye el andamiaje para perpetuarse en el poder. Ahí se embiste a alcaldes incómodos y se encubre a los integrantes de la banda delincuencial, sean alcaldes, diputados, funcionarios de gobierno.
Juan Javier Gómez Cazarín es el capo del Congreso de Veracruz, un antiguo vendedor de carros en Coatzacoalcos con historial de trapacerías y corruptelas, autos que no entregaba a los propietarios, pagos no reportados a la administración de la Volkswagen, vehículos manifestados como pérdida total… sin que fuera pérdida total.
Del Congreso emanan leyes ilegales. Las conciben sin sustento legal y las aprueba la mayoría de Morena. Y una vez tramitado el recurso de inconstitucionalidad, la Suprema Corte de Justicia de la Nación les da para atrás.
Otras resoluciones de la Corte son ignoradas por Cuitláhuac García y su banda. No restituyen a alcaldes en sus cargos ni respetan el derecho de sus suplentes a asumir funciones. Imponen concejos municipales violando la ley y se burlan del Poder Judicial de la Federación.
Isabel Romero Cruz es sólo un holograma en el Poder Judicial. La presidenta del Tribunal Superior se mueve cuando le ordenan, habla cuando la instruyen, piensa cuando la programan.
Le controla los dineros la ministra sin cartera, Joanna Marlén Bautista Flores, ex secretaria particular de Eleazar Guerrero Durán, el primo que Cuitláhuac negara para no reconocer el nepotismo en su gobierno y al que impuso en la Subsecretaría de Finanzas donde controla los más de 100 mil millones de pesos de presupuesto anual.
Isabel Romero no es, en sí, la cabeza del Poder Judicial. Es la que suscribe los pagos de negocios millonarios, la que salda las cuentas de las Ciudades Judiciales, la que mantiene y sostiene nombramientos ilegales de magistrados y que se niega a cumplir la resolución de la Suprema Corte para reincorporar a su cargo al magistrado Roberto Dorantes Romero.
A ese gobierno infame, abusivo, transgresor de la ley, le dio el pueblo el voto.
Voto masoquista con el que se premia a un gobierno represor, torpe, corrupto y criminal.
Archivo muerto
Conectado a un respirador artificial, el PRIANRD no vuelve en sí. Sigue en terapia intensiva. Lo arrasó Morena en 18 en 20 distritos electorales federales. Fuera de los triunfos de Maryjose Gamboa Torales en el distrito Veracruz Rural, y de José Francisco Yunes Zorrilla en Coatepec, todo fue para Morena y sus aliados. Sin oferta política que prendiera al electorado, reciclando caras e historias deplorables, candidatos que provienen del fidelismo y del duartismo, terminaron vencidos por adversarios de bajo perfil, nulo trabajo, cero resultados en el ejercicio del poder. Fue la podredumbre contra la ineptitud, y el pueblo —y una buena cuota de votos de más— dejaron a la coalición Veracruz Va al borde de la extinción. Son 18 diputados federales de 20 que irán a seguirle el juego a López Obrador… Aturdido por el nocaut, Carlos Vasconcelos sólo ve números rojos. La debacle fue aquí y allá, en la cabecera municipal de Coatzacoalcos, en el centro, en congregaciones y ejidos, en el orgullo, en la moral. Y se aferra a la teoría del fraude, la victimización. No arguye ni explica. No hurga en las claves de la derrota, la operación política, los que lo hicieron soñar. Uno de los suyos, el motor de votos en Villa Allende, le tomó la mano, lo llevaría a la gloria, lo haría presidente municipal de Coatzacoalcos. Y “La Amenaza” creyó. Carlos Vasconcelos Guevara y Noriel Prot Álvarez, agente municipal de la congregación de Villa Allende, en la cúspide del poder. Quiso soñar. Y del sueño despertó la noche del 6 de junio. Los votos hablaron. Y lo masacraron. Entre los escombros de la tragedia, halló el líder cetemista, candidato del PRI-PAN-PRD, una miseria electoral: mil 473 votos. Morena —Amado Cruz Malpica—, en cambio, se llevó de calle la congregación de Villa Allende con 3 mil 748 sufragios, según la base de datos del Órgano Público Local Electoral de Veracruz. ¿Qué le pasó a Noriel Prot? O se vendió o perdió el liderazgo. O los miles de votos fueron cuento. Prometió 5 mil votos y si acaso generó un tercio. Una miseria electoral. Y Vasconcelos no termina de llorar… Ni las placas de la locomotora alcanzó a apuntar Pepe Mancha el domingo 6. Salió maltrecho, herido, destartalado de la elección de alcalde en su natal Tuxpan, intentando infructuosamente, bajo las siglas del PRIANRD, relevar en el cargo a su primo, Juan Antonio Aguilar Mancha. Su campaña fue de alarde, triunfalismo, reviviendo el esquema del yunismo azul al que se debe y en el que se encumbró hasta alcanzar el liderazgo del Partido Acción Nacional en Veracruz. A media campaña fue hostigado por la policía estatal y la Guardia Nacional en sus oficinas de partido. Enfrentó embestidas en redes sociales. Y la noche del 6 de junio, la realidad lo mató. Desde el tercer lugar, vio ganar a José Manuel Pozos Castro, ex presidente del Congreso de Veracruz, en un tiempo panista, hoy integrante del Partido del Trabajo y súbdito de Morena. Lo más doloroso, lo hiriente, haber sido superado por Alberto “El Cisne” Silva Ramos, el mayor duartista, el que operó un sinnúmero de ataques al yunismo azul, a su padrino, Miguel Ángel Yunes Linares, el que evadió la cárcel amparado en el fuero siendo diputado federal y en su regreso, bajo las siglas del Partido Verde, quedó segundo en la contienda por la alcaldía de Tuxpan. Ni los Yunes azules, ni Pepe Mancha, ni la corte en pleno, están viendo su realidad… Así de jodidos andan el PRI y el PRD en Nanchital que hasta Esmeralda Mora Zamudio los venció. Desdeñada hace cuatro años, la comadre política de Rocío Nahle García, secretaria de Energía del gobierno federal, tomará las riendas de un municipio con presupuesto exiguo que apenas alcanza para sobrevivir. Intransigente, impolítica, se le recuerda en los días en que desde la presidencia del Instituto Municipal de la Mujer de Coatzacoalcos, al que accedió violando la ley por no ser originaria ni vecina del lugar, impuesta por Nahle y el alcalde Víctor Manuel Carranza Rosaldo, incurrió en el agravio hacia otra dama, Eva Cadena Sandoval, ex diputada de Morena. Gana la morenista Esmeralda Mora con 3 mil 478, apenas 60 más que el candidato de Fuerza por México, Víctor Manuel Morales Gálvez, quien logró 3 mil 418 sufragios; Brenda Manzanilla Rico, de PRI, tuvo 2 mil 502, y Miguel Ángel Piña Balderas, 2 mil 255 votos, dejando al PAN con 25 sufragios, último lugar en la contienda por debajo de los partidos satélite. Si se hubiera dado la alianza Veracruz Va (PRI-PAN-PRD), la oposición sería gobierno en Nanchital. A menos que la plaza estuviera negociada —y entregada— desde antes… Diputada sin lustre, infame su paso por San Lázaro, Carmen Medel Palma va a continuar el desastre de Morena en Minatitlán. Llega a la alcaldía cobijada en la infamia de contender contra un contrincante encarcelado, borrado del mapa, echado de la contienda con un atropello legal. Inmoral, su triunfo se cimenta en la represión política, el abuso de poder, el uso de un delito fabricado para mantener, retener y someter a Nicolás Ruiz Rosete, candidato de la alianza Veracruz Va, en una prisión de Miahuatlán, Oaxaca. Perpetra el golpe Cuitláhuac García, sedicente gobernador de Veracruz, títere a modo del obradorismo, matraquero del presidente Andrés Manuel López Obrador, que aprieta el puño y limpia el camino de Carmen Medel a la alcaldía de Minatitlán. Sólo así, con una trastada, la moral invertida, podría ganar la elección del domingo 6. Habrá Carmen Medel de continuar la obra titánica de Nicolás Reyes Álvarez, el saqueo a las arcas públicas, los negocios del junior, las tretas del regidor Saúl Wade León, la altanería del director de Gobernación, Ricardo López Marcos, alias Lord Picahielo, la violación a la normatividad en la ejecución de obra, el conflicto sindical. Sin mayor capacidad que el plagio de leyes tabacaleras extranjeras, con un buen número de iniciativas y proposiciones con punto de acuerdo desechadas y congeladas en su paso por la Cámara de Diputados, Carmen Medel habrá de terminar de remitir a Minatitlán al basurero de la historia. Llegará a la alcaldía marcada con el sello de la inmoralidad, contendiendo contra un candidato encarcelado. Qué desvergüenza…
Fotos: Formato Siete, Libertad Bajo Palabra, AVC