* 32 años después, en el DF la tierra vuelve a temblar * Cientos de muertos, edificios caídos * Urzúa, el dueño real de CAEV * Con Abreu en Foro Coatza Comunicaciones * Enfrían el caso “Yúnete” y todo sigue igual * Morena y su lista de indeseables * Holiday Inn: revivir al muerto * Sur Veracruz, dos años
Hondas son las heridas de México, las de la violencia y la muerte, la desigualdad lacerante y la corrupción sin fin, y hasta donde la mano del hombre no llega y nada puede hacer, ahí está el dolor.
Un sismo, el del jueves 7, ya tarde, casi a la medianoche, sacude al istmo. Golpea a Juchitán, Oaxaca, a Ixcaltepec, a Unión Hidalgo, a Santa María del Mar, a San Dionisio del Mar, a San Francisco del Mar, y a sus pobres que ven derrumbarse su hogar, cuartearse la paredes, a sus pobres que duermen en las calles —si es que pueden dormir— porque nadie sabe cuando volverá a cimbrarse la tierra.
Cala el miedo en Chiapas y en Tabasco, en el sur de Veracruz, y también en el centro de la entidad, sacudidos por el peor temblor en la historia de este país, con sus 8.2 grados Richter y sus casi tres minutos de duración.
Mueve a Yucatán, donde esto es inusual. Y a Querétaro y Guanajuato, de baja sismicidad, provocando que los miedos pasen por la entraña de los que se imaginan ajenos a estos fenómenos de la naturaleza.
Aquel sismo, el del jueves 7, volvía a mostrar un rostro, el de la pobreza que desgarra al mostrarse como es, cuando el que vive en la medianía se reconstruye a sí mismo porque no hay mano generosa ni poder político que lo rescate de su ínfima condición.
Otro sismo, el del 19 de septiembre, llega y pega como si el tiempo dejara de andar.
A eso de las 11 de la mañana, la ciudad de México se llenó de simulacros, oyendo el ulular de las sirenas, las alertas sísmicas, el tropel de empleados y alumnos, unos en sus centros laborales, otros en colegios, desde los de primeras letras hasta los de universidad.
Evocaban la tragedia del 19 de septiembre de 1985, hace 32 años, cuando la tierra crujió y la capital de imperio se cuarteó.
Recordaban a sus muertos, el triste final de miles —6, 8, 10 mil víctimas— a los que las frenéticas sacudidas arrojaron de sus camas, sorprendieron en los colegios, dejaron bajos los escombros de oficinas y empresas.
A las 11 fue el simulacro. Dos horas después el jaloneo fue algo real.
Sin alerta sísmica, o con una alerta tardía, en punto de las 13:15 horas, este 19 de septiembre, volvió a quebrarse la capital.
Oscilaba la tierra, trepidaba la tierra, sacudiendo casas y edificios, escuelas y oficinas, torres, negocios, mercados, parques y plazas.
Segundos después, se escuchó la alerta. Aumentaba el riesgo y se crispaba el nervio, escuchándose el timbre estridente y la frase “alerta sísmica”, dejando algunos los inmuebles que podían caer.
Se le catalogó como 7.1 en la escala de Richter. Se dejó sentir en medio país, lo más fuerte en Puebla, Estado de México, Morelos y la Ciudad de México.
No tan grave como el sismo del 85, pero dramático cuando las escenas y videos corrían por internet, el movimiento brusco que oscilaba, las lámparas que iban de un lado a otro, en un vaivén siniestro, presagiando un final trágico.
Se vio a uno y otro y otro edificio moverse con fuerza, cayendo los plafones, las paredes, y por último desatar el caos total.
Se observó la caída de otros inmuebles pero nada como el Colegio Rébsamen, donde yacen mínimo 22 niños y dos adultos bajo los escombros, mientras otros menores salvaron la vida y unos más murieron.
O el edificio que lanza un ruido descomunal al quebrarse su estructura y caer en fracciones de segundo.
Caminaron sobre sus pasos los defeños, sabiendo que para sí sismos y para enfrentar la adversidad, sólo ellos. Retan al destino, Integrando cadenas de solidaridad, levantando escombro sobre escombro, auxiliando a los heridos, penetrando entre los restos de las construcciones sabiendo que ahí hay vidas que salvar.
Entre la tragedia, sin embargo, surge de nuevo la solidaridad, la conciencia de clase, el amor por los semejantes. Se creó una falange amiga que busca cuerpos de vivos y muertos, que rescata a los que se hallan entre los escombros.
Así es el México real, que se levanta de su tragedia y muestra su innata nobleza. Unos desconocidos que luchan con todo por hallar a otros desconocidos. Y cuando ocurre todo es felicidad.
Se cuentan alrededor de 150 muertos en la capital y Morelos, Puebla, Guerrero, Estado de México, miles de heridos, más de 2 millones de damnificados, y el impacto es mayor, mucho mayor que en 1985 aunque en número no se equipare, porque los videos y las fotografías, la redes sociales en que los hacen correr, le dan un impacto brutal.
Circula en internet una pieza que describe el dolor por México. Va:
“Déjame abrazarte un poquito México.
“Sé que estás asustado, que tienes miedo de cerrar tus ojos esta noche.
“Estas no han sido semanas fáciles para ti en ningún sentido.
“Sé que sientes incertidumbre e impotencia, que eres casa de un pueblo herido el día de hoy.
“Pero déjame abrazarte un poquito México, déjame consolar tu corazón.
“Por que eres tierra de pueblo de luchadores, de solidarios, por que eres casa de valientes, de los que no se rajan.
“México: eres casa de gente que se la juega por el desconocido y que se crece ante el dolor. Gente que no tiene miedo de salir de sus casas a echarle la mano al otro.
“No tengas miedo porque saldremos adelante , juntos, así como salimos adelante del terremoto hace 32 años, de los huracanes, de tantos gobiernos corruptos, de enfermedades.
“No tengas miedo, México, porque nos hiciste un pueblo donde en momentos de sufrimiento el vulnerable se vuelve familia.
“No te miento. Hoy vi edificios destruidos y gente sufriendo. Vi coches abajo de escombros y mucha necesidad.
“Pero… ¿sabes? Vi listas y listas de personas buscando ayudarte. Vi supermercados repletos de gente buscando víveres para los centros de acopio. Personas con palas, paramédicos dispuestos a ir a donde fuera para brindar ayuda. Vi estudiantes haciendo sándwiches, vi abrazos entre vecinos… Vi consuelo, vi amor, vi empatía.
“Mantente fuerte… nos esperan momentos difíciles, momentos de incertidumbre y de noticias dolorosas para muchos familiares. Pero no dudes ni un minuto de que saldremos adelante, fuertes, fregones, chingones así como nos hiciste, con el corazón en duelo y dolor pero con alegría, solidaridad y optimismo para hacer sentir mejor a nuestros hermanos.
“Hoy descansa mi México, hoy no tengas miedo, hoy recupera tu fuerza porque el día de mañana nos espera mucho por qué luchar y nos espera todo para poder ayudar.
“Canta México, canta y no llores”.
Lo sacuden las tormentas y lo huracanes, la violencia que no tiene control, el baño de sangre, ejecución tras ejecución, el secuestro, la trata de personas, los migrantes reclutados, las mujeres llevadas a la prostitución, la apología del delito como doctrina, los sismos más devastadores, y ahí está.
Son sus hombres y mujeres, el joven y el viejo, quienes enfrentan la adversidad, luchando por la vida del que no conocen, haciendo cadenas de solidaridad.
Es el México en sus horas tristes.
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Archivo muerto
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No Rafael Abreu sino Jorge Urzúa, es el dueño de CAEV Coatzacoalcos. Ambos son parte de una sociedad mercantil denominada Foro Coatza Comunicaciones y, por lo que se ve, el escándalo “Yúnete” les valió. Abreu se fue. Dejó la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento —o CAEV Coatzacoalcos— pero seguirá siendo el rey, vía su compadre Jorge Urzúa, subdirector Comercial, el hombre de los dineros, clave en los negocios que se suelen dar en el sistema de agua. Foro Coatza, el portal informativo donde abundan las notas de otros medios sin darles crédito —¿plagio?—, tiene años dando la nota, contando con miles de seguidores y gozando de buenos convenios de publicidad. Ahora Foro Coatza Comunicaciones, la de Abreu y Urzúa, adquiere carácter legal. Hace un mes, el 8 de agosto, se constituyó como sociedad mercantil, según la escritura 54,201 del notario público Pablo Salas Liaño. Un mes después, ocurrió el sainete del “Yúnete”, el escándalo por la entrega de ayuda a damnificados por el sismo del 7 de septiembre, que le valió a Rafael Abreu ser acusado de lucrar con la desgracia. Horas después cayó. O medio cayó. Lo cesó el gobernador Miguel Ángel Yunes, siendo sustituido por el líder empresarial José Antonio Wilburn González, ex dirigente de la Canaco. Abreu se fue pero dejó a su círculo más íntimo: Anilú Vega, que se entiende de maravilla con Jorge Urzúa, a Félix López Ramón, que representa los intereses del grupo pero también los de Tony Macías, pues es cuñado del ex director de CAEV Coatzacoalcos, Eduardo García Luna, protegido del “suegro incómodo” del ex gobernador Javier Duarte; a Sergio Iván Silva Bache, abogado a modo de CAEV, el que fraguó y consumó los pagos ilegales a OPC, y a las edecanes y protegidos que con cargo al sistema de agua han vivido en el hotel Terranova como si fueran jeques y concubinas. O sea, Wilburn sólo servirá para firmar y suscribir los documentos con los que, él sí, podría tener responsabilidad al final de su encargo. El cambio en CAEV Coatza fue cosmético. Y la oposición priista o de Morena ya saben qué hacer. ¿Quién dijo que el caso “Yúnete” se había extinguido?… Más o menos, Morena es como la KGB, ya desaparecida. O la Dirección Federal de Seguridad de Gutiérrez Barrios, hoy CISEN. Conformó el pejepartido una lista negra, la de los “incómodos” que militan aún en sus filas, otros a los que excluyó o que decidieron emigrar. A todos les tiene su vida pública, sus datos, sus filias y fobias, su tendencia en la izquierda o su pasado en otras ideologías. Su lista negra la conforman los “proscritos” a los que por no plegarse a la línea oficial, ni ser sumisos, ni acatar la imposición tipo PRIAN, muy al estilo Rocío Nahle, se les niega la posibilidad de acceder a candidaturas y se les tilda de ser agentes encubiertos del PRI, del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, del PRD, nazis del PAN, la mafia en el poder. Cualquier semejanza con la realidad, es Morena… Día crucial para Holiday Inn. Este miércoles 20 habrá audiencia y el reto legal de la cadena hotelera será revivir a un muerto. Amén de haber construido en terreno ajeno, en dos hectáreas que nunca han sido propiedad de Invivienda, vendidas a precio de regalo en los días en que Fidel Herrera Beltrán desgobernaba Veracruz, lo que implica peculado, Holiday Inn difícilmente podrá llevar a juicio a Alejandro Morales Trejo por el simple hecho de que hace tiempo murió. El galimatías es como para La Rosa de Guadalupe. Cuando iniciaba el juicio por supuestos daños y robo, luego que el Ministerio Público echó de la propiedad a Rodolfo Azuara y restituyó el bien, y luego se volvió a meter con el uso de medio centenar de policías estatales y la complicidad del Poder Judicial de Veracruz, el caso se enredó. Implicó Holiday Inn a uno de los sedicentes dueños de la tierra, Alejandro Morales Trejo, y de pronto lo olvidó. Quiso recomponer el caso y dejó de llamarlo a juicio. Hoy ya no lo puede hacer. Y peor cuando Alejandro Morales Trejo ya no existe. Y sin cumplir con los procedimientos de ley, está a un paso de perder el hotel… Dos años ya y Sur Veracruz sigue ahí. Increpado por malosos y rufiancillos —el peor de todos, Saúl Wade—, aplaudido por los que quieren entender la realidad, el espacio noticioso de Jorge Luis Torres Marcos llegó a dos años informando este 17 de septiembre. En duelo de ideas, abriendo los micrófonos a las voces más representativas de Minatitlán y el sur de Veracruz, Torres Marcos toca los temas torales del acontecer público. Sur Veracruz es una isla informativa en Minatitlán, revelando lo que la prensa maiceada calla, las rémoras bajo mordaza del Clan Wade, abierto a la opinión de los que van contracorriente, el comerciante que repudia el chantaje y la extorsión, los que denuncian el abuso de poder, los que exhiben a las lacras del quehacer político, sea Saúl Duartito o quien lo pretenda remedar. Dos años y Torres Marcos, en su Sur Veracruz, ejerce plenamente su libertad de expresión. Van dos y los que habrán de seguir…
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Foto: Raúl Pérez