* Fideicomiso para periodistas * A vender boletos de su rifa * Encubrir a dueños de medios * Zenyazen empina a Amado * Les pasó de noche el bono * Traficante de mujeres y droga en el Congreso * El sainete de Cynthia Lobato * Carranza, alcalde electo de Coatza * La sombra del Clan de la Succión * Nicolás Ruiz se asqueó del panismo * Reconoce triunfo de Morena en Minatitlán
Timador profesional, engatusa Héctor Yunes a la prensa afín, los que lo escuchan y lo exaltan, prometiendo el paraíso de la seguridad social, vía un fideicomiso que subsane los derechos que los medios de comunicación debieran dar.
Son omisas las empresas periodísticas con los servicios de salud, el Seguro Social.
Son omisas con los gastos funerarios cuando el comunicador muere.
Son omisas si se trata de otorgar vivienda tipo Infonavit.
Y de esa transgresión a la ley nada dice el senador del PRI.
Propone irse por la tangente, remediar los derechos conculcados con un fideicomiso en que los periodistas hagan lo suyo, vendan boletos de la rifa de un automóvil para captar capital.
O sea, jodidos por sus patrones y jodidos por Héctor Yunes, el de Soledad de Doblado.
Va el senador anticorrupción, así, vendiendo su nuevo ardid entre periodistas a los que agasaja por el Día de la Libertad de Expresión.
En el norte, en el sur, en el centro de Veracruz, hace énfasis en la seguridad social, gastos médicos, servicios funerarios, pensiones a viudas, que por ley debieran otorgar las empresas periodísticas.
Su fideicomiso, arguye, es para subsanar.
Dice el senador:
“Carecen buena parte o casi todos los medios de comunicación, los reporteros, los fotógrafos, los camarógrafos, normalmente los empleados de estas empresas. Tan grave es la agresión de un periodista que en muchos casos terminan con la muerte, como las carencias económicas y de seguridad que con frecuencia no les permite satisfacer las necesidades más básicas”.
7 y 8 de junio le sirven a Héctor Yunes Landa para el contacto con la prensa, la exaltación de su misión social, mantener al pueblo de Veracruz informado de su acontecer.
No es Monie Vidente pero se ve en la boleta electoral en 2018, disputando de nuevo la gubernatura de Veracruz, le parezca al otro senador, José Francisco Yunes Zorrilla, que en 2016 lo dejó pasar.
Dice y repite que “no hay mal que dure dos años ni periodista que lo resista”. Alude pues a Miguel Ángel Yunes Linares, primo y acérrimo rival, su adversario en la elección de gobernador, en 2016, que le provocara la derrota del PRI.
Define al periodismo Héctor Yunes: profesión peligrosa, peor remunerada, poco apreciada, con salarios de hambre, sin una seguridad para la familia cuando el periodista muere.
“¿Cuántos periodistas murieron el año pasado? —pregunta—. En Xalapa habían sido tres, en Córdoba habían sido tres, los tres asesinados y el de este año —Ricardo Monlui— también asesinado.
“Pero el tema va mas allá de la forma como murieron, que es muy importante por cierto. Es que en todos los casos, en todos, salvo en el caso de homicidio que los gobiernos enseguida pagan y hacen homenajes al que murió,
“Cuando es de muerte natural, cuando es por enfermedad, la familia tiene problema hasta para comprar la caja, para velar, para todo, para el panteón. Entonces yo les quiero proponer la creación de un fideicomiso para atender esos dos temas. El primero, el de la salud y el segundo el de los gastos funerarios.
“Los que se van a cubrir todo son funerarios, porque en principio cuesta menos y no es broma. Cuesta menos morirse que curarse. Cuesta 20, 30, 50 mil morirte; cajas de 3, 4, 5 mil pesos y de verdad es el gasto menor comparado con el de curarse de una enfermedad grave”.
Y así el rollo.
Cuenta el senador que también le da para los servicios médicos del periodista, el diagnóstico y la receta, “pero después el medicamento”, los enfermos de cáncer. Qué hacer.
Y de los periodistas exige su parte en el plan, pasar de recolectores de notas, escribientes de reportajes, artífices de crónicas —si es que alguno lo sabe hacer—, a vendedores de boletos para nutrir de recursos el fideicomiso en cuestión.
“Pero dirán ese fideicomiso de donde va a salir. La idea es que yo pueda aportar de hecho ya me comprometí a hacerlo un vehículo nuevo, de agencia, compacto, que daré con mi propio sueldo, que estoy calculando que pueden ser a partir de agosto porque estoy hablando de agosto yo iría a la agencia lo pago y ante un notario tenemos el acuerdo de que esa agencia va a entregar ese vehículo cuando ustedes puedan justificar que les vendieron los boletos de la rifa.
“El sorteo que se haga para esto y que haya logrado depositar con ese motivo un millón de pesos a esa cuenta, es mucho poco, no lo sé. Alguien dijo en Córdoba: “oiga es que aquí solo somos 50 periodistas, significa que cada uno tendrá que comprar boletos de 20, 20 boletos de mil pesos”. Pueden ser 20 de mil, 40 de 500, no sé cuantos de a 100, no sé”.
Su falacia es fenomenal. No alude Héctor Yunes a los medios de comunicación que conculcan el derecho del periodista a la salud, a la seguridad social, al Infonavit.
Insólito el ofrecimiento del senador. Remedia los derechos conculcados por las empresas de comunicación con un fideicomiso en que los periodistas pasan de ver la realidad y retratarla, describirla, darle un énfasis crítico, a simples vendedores de boletos de una rifa.
Engatusa a la prensa adicta al cuento, que lo aplaude y lo exalta, sin incidir en el origen de la falta de seguridad social, los patrones, los Robles de Diario del Istmo, los Edel de Liberal, los Marcelo y Theurel de Olmeca y Notisur, los dueños de la radio, los dueños de las televisoras, los portales en internet. Y así por todo Veracruz.
Industriales del periodismo, tuvieron su plenitud en la fidelidad cuando comenzaba el derroche del gobierno de Veracruz para controlar a la prensa y su éxtasis en los días en que Javier Duarte saqueaba a placer.
Pagó Javier Duarte 8 mil 548 millones de pesos a medios de comunicación, y de ellos 400 millones fueron para empresas fantasma, vinculadas a la pandilla duartista.
Les quedó a deber 400 millones 186 mil pesos, según un documentado reportaje del periodista Ignacio Carvajal, el 11 de julio de 2016, en que se leen adeudos demenciales: AZ, 27 millones; La Voz del Istmo (El Clan de la Succión de los Robles), 25 millones; los Heraldos, de los Sánchez Macías, hoy yunistas y lopezobradoristas, 8 millones; los Gráficos de Poceros, 13 millones; Avan Noticias, 14 millones; Centro Radiofónico de Xalapa, 8 millones.
La jauja de los patrones contrasta con la miseria de los reporteros, sus salarios de hambre, su falta de Seguro Social, Infonavit y toda prestación social.
Gozaban de convenios de publicidad que los volvieron sumisos y dóciles, o más dóciles y sumisos de lo que ya eran, viviendo del erario, enriqueciéndose con los recursos de la sociedad.
Y no hubo para sus reporteros, fotógrafos y camarógrafos seguridad social.
Vender boletos de una rifa parece la solución.
De por sí denigrados, Héctor Yunes pretende denigrarlos más.
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Archivo muerto
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Quizá otro no lo sepa, pero Roberto Zenyazen Escobar sí. Cuenta el maestro que ni idea tenía que en el grupo parlamentario de Morena en el congreso de Veracruz hubiera bonos, al menos ese de un millón 200 mil pesos que evidenció el periódico Reforma, con la firma del asesor del diputado Amado Cruz Malpica, Benito Soriano Aguilera. Y como ese bono para “gastos y asesores”, otros más que suman más de 8 millones de pesos solo en lo que va de 2017. “Yo no sabía del bono, me vengo enterando, pero sí se contrató a un nuevo equipo de asesores y para medios”, dice el legislador, activista del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano. Cercanísimo al diputado federal morenista, Cuitláhuac García Jiménez, Roberto Zenyazen Escobar Pérez sabe que cuando la llama es alta, peor quema. Son los dineros de Morena en el Congreso, desviados para pagar las giras de Andrés Manuel López Obrador en Veracruz, lo que podría llevar a su coordinador parlamentario, Amado Cruz Malpica, a un juicio de desafuero y a un conflicto penal. Sólo el hecho de reconocer que del bono nada se les había enterado oficialmente, es motivo conformar la denuncia que se confecciona contra el diputado por Coatzacoalcos… Irascible, Cinthya Lobato Calderón reclama al coordinador panista Sergio Hernández y sacude al Congreso. Hay, reclama, dinero para todo menos para la causa social, para el foto de autismo. Acusa que el millón 600 mil pesos que recibe el PAN se usa de manera discrecional. Un audio, grabado cuando la diputada panista, antes de Convergencia por la Democracia, irrumpe en la Junta de Coordinación Política, evidencia fracturas y corrupción entre los legisladores del PAN. Desbocada, imputa algo que hace palidecer el tema de los bonos en Morena: prostitución, drogas y dádivas al líder estatal panista, José de Jesús Mancha Alarcón. “Cómo es la transparencia, poniendo a tu amigo Chico (Fuentes), un tratante de mujeres que están llevando a tus fiestas, borracheras y drogas, ¿eso, eso es? No me digas Sergio, por favor ya habla y sé un hombre, ya no eres un mocosito”. Feliz, Enrique Cambranis, padrino de Cinthya Lobato. Helado, Miguel Ángel Yunes Linares, cuyo imperio no termina de cimentarse cuando las pugnas internas lo comienzan a derrumbar. Y es apenas un esbozo de los conflictos de la diputada con el resto de la bancada del PAN. No le dan lo que pide y le cuenta al mundo que las mujeres, la droga y los entres corren en la fracción azul… Con el fierro del Clan de la Succión, Víctor Carranza ya es alcalde electo de Coatzacoalcos. Ganó de calle, con sus 48 mil 338 votos, en una elección que evidenció el repudio al priismo que por 17 años detentó el poder, concluyendo en un desgaste brutal por su falta de resultados, el desdén por los pobres y su desbordante corrupción. Gana Carranza y gana Morena. O mejor dicho, gana Andrés Manuel López Obrador, cuya figura fue el motor de los votos hacia el pejepartido. Carranza recibió este jueves 8 su constancia de mayoría, sin mayor objeción, en un cómputo que situó a su más cercano rival, el priista Carlos Manuel Vasconcelos Guevara, con 31 mil 908 votos, y al panista Jesús Moreno Delgado con 6 mil 264 sufragios. Dice Víctor Carranza que nada vinculado al gang de los Hillman-Robles aparecerá en su equipo de trabajo una vez que asuma el cargo. Nada que huela al ivanismo que cuando pasó por el ayuntamiento de Coatzacoalcos fue voraz. ¿Cómo explicar entonces que su regidor tercero, quien sustituyó a Alberto Mijangos Martínez, sea Angel Estrada Bernal, ex director de Patrimonio municipal en el ayuntamiento ivanista, el que tuvo metidas las manos en la venta de áreas verdes, el que aún confronta un lío judicial por agraviar y sorprender a un conocido y respetado médico de Coatzacoalcos? En siete meses se verá cómo aplican los Integra, los Hillman-Robles, el Clan de la Succión, el camuflaje para gobernar con su nueva máscara llamada Víctor Carranza Rosaldo… Cede Nicolás Ruiz Roset y deja su aspiración de ser alcalde de Minatitlán. Se retira de la disputa, asqueado de un panismo que lejos de probar que hubo manipulación de votos, lo torció en el seno del OPLE. Supo el empresario constructor de la traición cuando buscaba ser candidato, de la frialdad de los Yunes, de los enredos del líder estatal Pepe Mancha y el rejuego de las regidurías, el poder de la nacha, las novias al poder. Y supo de las tretas de sus operadores azules, un Blas Ávalos Santos, que no sólo colocó a toda la parentela en la planilla, incluido él para regidor tercero, sino que en el cómputo final en el Órgano Público Local Electoral, parecía más defensor del voto para Morena que de la causa de Nicolás Ruiz. A la medianoche del día de la elección, el candidato del PAN-PRD anunciaba su triunfo. Lo avalaban las cifras y las actas, esgrimía, su voto en el área rural. Al amanecer lunes 5 Morena crecía en votación al igual que el partido Nueva Alianza. Supo entonces que la frialdad del yunismo no fue tema de precampaña, lo que lo llevó a reforzar su proyecto con el aval del PRD, el respaldo del mandamás perredista, Rogelio Franco Castán, y el líder formal, Jesús Alberto Velázquez Flores. Bajo presión, llegó a Minatitlán el secretario general del PAN estatal, Carlos Valenzuela, a comprometerse a que el voto se respetara. De palabra sí, pero en el OPLE Blas Ávalos obstaculizaba el alegato que el representante del PRD realizaba en torno a los votos nulos. Dejado a su suerte, Nicolás Ruiz decidió parar. Emitió una carta en la que reconoció el triunfo del candidato de Morena, el veterano luchador azufrero, Nicolás Reyes Álvarez, y se fue. Sólo deja una sentencia: que el nuevo alcalde investigue y sancione las obras del ayuntamiento actual en curso y pagadas, e incluso las que nunca se llegaron a realizar. O sea, las corruptelas de Chumel Wade, l’enfant terrible del líder petrolero Jorge Wade González, mejor conocido como el novio de la “gata de cuarta”…
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Foto: Jarochos on line