Hay de muertos a muertos. Duelen, espantan, agravian los ejecutados y desmembrados en la vía pública, en el campo o en las calles, marcados con el horror que deja el crimen. Pero sacuden a Javier Duarte y a “Culín”, su fiscal, los de las fosas clandestinas. Esos los desquician.
Por ello el silencio. Por ello la mentira. Por ello la manipulación, retador Luis Ángel Bravo Contreras, que niega y se confronta, que pierde el juicio, descompuesto y queriendo ocultar la verdad.
