Un millón de votos menos, duele… y a Nahle le da por reprimir

* Su primera elección como gobernadora fue un fiasco  * La rabieta y las ganas de encarcelar  * La derrota de Morena es suya  * El secuestrado no estaba secuestrado  * Una foto con Pedro Miguel y Rosalinda está fuera  * Eusebia Cortés abusa del poder  * Orfis tiene en la mira al alcalde de Agua Dulce

No sólo está ardida; también dolida. A Rocío Nahle le duele el millón de votos perdidos en solo un año, la caída de Morena, la debacle, el desaire de las masas, la derrota que pone de moda a Veracruz.

No sólo es la rabieta; es la terrible realidad. Nahle ganó la gubernatura con 2 millones 100 mil votos, en 2024, y un año después Morena apenas araña el millón 100 mil sufragios. Y va a perder más.

Enchilada, pues, la zacatecana ya volvió en sí. La noquearon pero ya regresó. Dejó el limbo y aterrizó en el Veracruz real, en las urnas, en las casillas, en las cifras que le dicen que 2027 para Morena será el Armagedón.

Y en ese punto está catastróficamente frita.

Anda fúrica pero está frita.

Y su bálsamo, su ungüento, su Vitalicina es encarcelar a sus rivales políticos; convertirse, de facto, en fiscal. Disponer cuándo y a quién abrirle carpetas de investigación. Decidir a quién embestir a partir de una nota criminal. Qué importa si las notas criminales las confeccionan en las oficinas del Gobierno de Veracruz. Son el pretexto para echarle la Fiscalía a quien quiera fregar.

Lo bueno que no es cacique si no ya los tendría a todos en el panteón.

Su rabieta no procede del carácter volado o del vértigo del poder. Ni de la hormona. Ni de la naturaleza bronca de los que vienen del norte y ven menos a los del sur. Su berrinche es un asunto de números y de ignorancia política.

Un millón de votos menos, duele. Un millón de votos perdidos de 2024 a la fecha, es señal de que Nahle es un fiasco político, analfabeta electoral, operadora infame, caprichosa que se resiste a negociar, visionaria ciega, estratega de barriada, necia sin rumbo, soberbia hasta la saciedad.

Un millón de votos menos es el infierno. Y es el preámbulo de 2027, la elección intermedia cuando se renuevan la Cámara de Diputados y el Congreso de Veracruz.

Ni con programas sociales, ni con la amenaza de los Cuervos de la Nación, ni con el señuelo de que son diferentes, Morena pudo evitar la debacle.

La masa migajera, la base morenista que se conforma con migajas, los fans de la dádiva del Bienestar, fue insuficiente para sostener las ínfulas de la Narco4T.

Morena perdió la mitad del territorio que gobierna. De 153 municipios morenistas, en enero de 2026 serán 71.

Morena ya no gobernará las tres cuartas partes de los 212 municipios de Veracruz. Lo hará en una tercera parte.

Morena ganó Veracruz, Xalapa, Martínez de la Torre, Córdoba, Coatzacoalcos y Minatitlán, entre los de mayor presupuesto, pero no Boca del Río, Orizaba, Poza Rica, Perote, Alvarado. Y trae un boquete fenomenal en el sur, el feudo guinda. Y el sur define gubernaturas.

Operativamente resultó un fiasco. Impuso candidatos deplorables –Bertha Ahued, en Boca del Río– y sucumbió a los caprichos de Fernando “Pulpo” Remes en Poza Rica, terco el bateador con que Adanely Rodríguez fuera su sucesora, o el fiasco del “Pachocha” Oscar Reyes Guzmán, pupilo del líder estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, o la zarandaja de Igor Rojí en Orizaba, priista camuflado, destrozado en la elección, o su gran, sublime adquisición, Polo Deschamps, patiño de Nahle en la campaña por el gobierno de Veracruz cuando militaba en Movimiento Ciudadano, al que le pagó sus servicios con la candidatura de Morena en Alvarado, haciendo migrar a los morenistas al Partido Verde y dejándolo sin presidencia municipal.

En manos de Rocío Nahle, Morena va al naufragio. En su ADN no existe el verbo negociar. Sabelotodo, diría el Mesías Pejetustra, se asume infalible. Pero infalible sólo Dios.

El fracaso de Morena es suyo. Nahle es la primera morenista de Veracruz. Por sus manos pasan las candidaturas, las estrategias, la operación electoral, el uso del aparato de poder, el control de los medios de comunicación, el manejo del órgano electoral. Y falló.

Y cuando hay que asumir la derrota, le da por robarse Poza Rica y Papantla. Y en modo mapache, a manipular paquetes electorales, a marcar el emblema del PVEM donde el voto favorecía a Movimiento Ciudadano. Pero ni así pudo quedarse con Poza Rica, donde el negocio es familiar. Papantla ya se verá.

A los que defraudan se les llama defraudadores y a los que roban votos se les llama ladrones de elecciones.

Mientras, no procesa la derrota ni olvida la venganza. Se lo dicen los que entienden de política. Dice Manuel Huerta, el senador, que hay que hacer autocrítica y revisar errores.

“Sin duda el no ir a las urnas implica una crítica de la gente”, refiere Huerta. “La autocrítica y la crítica verdadera hay que mantenerla para poder transformar”.

Nahle tiene poco de demócrata y mucho de fascista. Al fracaso responde con amagos y amenazas, noticias criminales fraguadas en su cuadra y carpetas de investigación que ordena como si fuera fiscal. Así de volada está.

La zacatecana suma una gesta más. Llegó a Veracruz. Asaltó el poder. Usurpó la gubernatura sin cumplir los requisitos de ley y a la primera derrota, inicia un ciclo, el del terror político.

Un millón de votos menos, duele. Y le da por reprimir.

METADATO

Y el secuestrado no estaba secuestrado. El doctor Eduardo “N” goza de cabal salud. Su caso es ejemplo de hermetismo oficial y distorsión informativa, y la vorágine demencial en las redes sociales. Y todo por no seguir con rigor la regla básica del periodismo: confirmar antes de publicar o difundir, o porque sí ocurrió un secuestro y el jodido gobierno no lo quiere reconocer. La tarde del miércoles 11, trascendió el secuestro de un médico de Coatzacoalcos. Se realizó un operativo policíaco en la confluencia de las avenidas Bellavista y Allende. Dos días atrás, el lunes 9, trascendió que habría sido plagiado un conocido médico. No se reveló su identidad. El jueves 12, los medios de comunicación soltaron el nombre: Eduardo “N”, un respetado cardiólogo al que incluso atribuyeron que era el especialista que atiende a la gobernadora Rocío Nahle García. Se publicó la fotografía del médico. Y ahí paró el hermetismo oficial. La Fiscalía de Veracruz negó los hechos: ni secuestro ni cantidad por su rescate. Una familiar del galeno precisó que estaba bien y aclaró que no es el cardiólogo de la gobernadora. El presidente del Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos, Renato Riverol Rivera, desmintió el secuestro. Coatzacoalcos lleva un año 131 días sin plagios. Sin embargo, una fotografía más muestra otro operativo acordonando la avenida Quevedo hasta la puerta de acceso a la clínica Medicoatza, donde se halla el consultorio del doctor Eduardo “N”. Y el escándalo siguió. Del vacío de información a la especulación, al rumor, a la desinformación. A menos que persistan en negar los secuestros, sabiendo que sí ocurren pero nadie denuncia por miedo a la venganza de los criminales, esto se va a poner peor. Porque de que los hay, los hay… Rosalinda Tolentino está fuera. Eusebia Cortés la bateó. Una fotografía con Pedro Miguel Rosaldo y hasta ahí llegó su aventura en la 4T. Tan visceral como su matriarca, Rocío Nahle, la subsecretaria de Desarrollo Social, o sea Cheva, lanzó por la borda a una operadora efectiva, que sabe caminar, andar las colonias, hablarle a la gente, convencer a los escépticos y acarrear votos. Rosalinda Tolentino pasó por las filas del PAN, del Partido Verde y anidó en Morena. Se volvió la número uno de la ex regidora y ex diputada local, Eusebia Cortés, desplazando a Liliana Corona Sayune. Y luego de tanta miel, una fotografía de Rosalinda con Pedro Miguel Rosaldo la arrojó del edén. Cheva adora al alcalde electo de palabra pero en el fondo lo odia con todo su corazón. Que Rocío  Nahle la haya engañado con la ilusión de que sería alcaldesa –Chío se pasa de perversa– cuando el proyecto real era Pedro Miguel, es algo que Eusebia Cortés nunca podrá superar… En la mira del Orfis está Noé Castillo. Le imputa un daño patrimonial de casi 29 millones de pesos en el ejercicio 2023. El Órgano de Fiscalización Superior observa al alcalde de Agua Dulce obras con inconsistencias que alcanzan un monto de un millón 763 mil 721 pesos y presunto daño financiero por 26 millones 998 mil 84 pesos. En gran parte son errores administrativos, presentación de estados financieros a destiempo, no haber elaborado el acta de las sesiones de cabildo abierto, no haber emitido convocatorias para esos cabildos abiertos. El alegato del ayuntamiento presidido por Noé Castillo Olvera fue insuficiente. Se declararon observaciones “no solventadas satisfactoriamente”. En cuanto a las obras, Orfis auditó 42; de ellas, siete fueron por asignación directa y 35 por invitación restringida a cuando menos tres empresas. O sea, licitaciones amañadas pues ya se sabe quién es el ganador y los otros postulantes son comparsa. Casi 29 millones de pesos observados. No pasaron la primera fase del Orfis. Quizá en otras instancias Noé Castillo lo logre. Si no, a reparar el daño y esperar la inhabilitación, Mientras, el alcalde sigue en lo suyo, el Paseo de la Alegría, circo para el pueblo. Algún día Agua Dulce crecerá como sus pobladores merecen…

 

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Foto: El Demócrata