Corrido, denostado donde va, fustigado por el presidente Rafael Correa que les cerró las puertas de Ecuador, Odebrecht es un titán que exprime al constructor, auspicia prácticas monopólicas, lo aprieta, lo revienta y deriva los saldos en la planta laboral.
Rafael Correa les imputa una “estafa” pues en 2007 Odebrecht construyó la hidroeléctrica San Francisco y resultó un fiasco. En noviembre la echó a andar y siete meses después, en junio de 2008, tuvo que parar. Le hallaron fallas estructurales en su construcción, según un despacho de la agencia española EFE.