A Liliana Janix Castro Muñoz le estalló una bomba molotov; le quemó su hogar y la proyectó como la primera candidata de Morena en Veracruz en sufrir un atentado. A Javier Duarte lo alcanza el fuego, lo revienta el escándalo, señalado por su responsabilidad política, por la escalada de violencia, por la rudeza que el fidelismo y su gobierno han usado y siguen usando contra la oposición.
Lo acusa Martí Batres, líder del Movimiento de Regeneración Nacional, de estar coludido con el crimen organizado en el ataque a la candidata a diputada por el distrito de Acayucan.