Con la venia, o no, del Magistrado Cara de Muela, Edel Álvarez Peña, su amanuense Rolando Quevedo Lara dispara lodo, salvas de inmundicia y una avalancha de mentiras. Infama y agravia. Ataca a mansalva, implica al que puede y denuesta al que tiene a su alcance.
Usa las páginas del diario Liberal del Sur, propiedad del intratable Edel, para implicar a su gremio, el periodístico, generalizando, en una relación sórdida y turbia, nebulosa, con el área de comunicación de gobierno de Veracruz.