Incómoda, beligerante, sobre todo libre, Carmen Aristegui irritó al presidente por la Casa Blanca de La Gaviota, la mansión de Luis Videgaray, los contratos de Higa, los 43 de Ayotzinapa, el desastre de gobierno y la explosión social. Lo llevó al borde. Lo desquició. Y le hizo mostrar que el puño de Enrique Peña Nieto es el puño de un fascista.
MexicoLeaks, como dice la empresa Multivisión, no es el problema. No lo es, tampoco, el uso de la marca indebidamente, como atribuye a dos reporteros, Daniel Lizárraga e Irving Huerta, al dar a conocer que el espacio Noticias MVS formarían parte de la nueva plataforma de información altamente documentada.