Para Columba Campillo hubo una marcha, un reclamo social, la condena de todos, acción judicial veloz, inmediata, y la voz de un gobernador, Javier Duarte, que pregona su indignación porque Veracruz, lo diga o no, se le ha llenado de muertos y vive un baño de sangre brutal. Para Hugo Carvajal Blanco no.
Por Columba Campillo hay dolor, pues a sus 16 años apenas comenzaba a vivir, su vida limpia, sus sueños que iban forjando una ilusión, alegre, socialmente plena. Por Hugo no.