Javier Duarte no está solo. Tiene al Congreso estatal de su lado, servil, dócil, maiceado, para encubrir el endeudamiento y el despilfarro, para administrar la corrupción y el saqueo, para robarse el futuro de Veracruz y acabar con los sueños de los veracruzanos. En eso van juntos.
Se cubren con el mismo sarape, cómplice la mayoría priísta, los legisladores a modo del gobernador en todo acto de gobierno, sea la seguridad un caos y la violencia una ola que inunda todo el territorio, que golpea y disuelve familias, en el campo y la ciudad los cuerpos desmembrados, y a diario el secuestro, la extorsión, la trata y el levantón.
