Fue Nadia. Y los universitarios. Y Rubén. Y Karlo. Y ahora el magisterio y otros periodistas más. Fuera de sí, golpea y reprime Javier Duarte con el garrote y el espionaje, el asedio y la provocación. Para eso son sus porros. Para eso son sus grupos de choque. Para eso es su policía vestida de civil. Para eso es el poder.
Refuta Arturo Bermúdez Zurita, a quien lo fustiga y lo presiona: su policía no actúa de civil. Lo dice tras la agresión contra el fotoperiodista Karlo Reyes Luna, la noche del Grito de Independencia, a manos de entre cinco y 10 policías sin uniforme.
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