* Objetivo: inflar al cachorro de Fidel * “No te preocupes mapache” * Conflicto en Morena * Nahle secuestra las estructuras de los operadores pejistas * García Alonso y el padrón del IFE * Afiliaba migrantes * CETIS 79: negocio de 7 millones anuales * Evaristo y sus cómplices * Solalinde no se doblega
En 2012, Marcelo Montiel tenía tres razones para pervertir, usar y lucrar con los programas sociales federales: su candidato era Joaquín Caballero Rosiñol, recuperar la alcaldía de Coatzacoalcos y detentar mil millones de presupuesto anual. Ahora no. Ahora es por el PRI. Y por el hijo de Fidel Herrera Beltrán.
Lo acusa el senador Alejandro Encinas Rodríguez de malversar 500 millones de pesos, manipular los programas de la Secretaría de Desarrollo Social federal y sacar ventaja electoral para los candidatos del PRI. O sea, la reedición de los “Ladrones de Elecciones”.
Dice Marcelo Montiel que no. Se revuelca, brinca y salta para librarse de culpa. Refuta las imputaciones. Resume su defensa en que todo fue un montaje, una telenovela de mala producción y que él, como cualquier hijo del PRI, está limpio de lodo y ajeno a la corrupción.
Su perorata va en el sentido de que al senador Encinas le tomaron el pelo, le filtraron datos erróneos, le vendieron una historia inverosímil, plagada de absurdos y que al final la verdad se va a imponer.
Encinas dice que le llegó una memoria USB. Contiene información y 623 documentos y videos en que se acredita que el señor Marcelo Montiel, delegado de Sedesol federal en Veracruz, ha usado los programas sociales para canjearlos por votos, para orquestar y ejecutar un fraude electoral.
Sacudido, cimbrado, Marcelo Montiel se ha vuelto famoso. Ya no se habla del ex alcalde como el genio al que se le ocurrió construir un túnel sumergido bajo el río Coatzacoalcos para comunicar a esta cabecera municipal con la cosmopolita urbe llamada Villa Allende. No se cita su nombre porque quiso construir una réplica del Cristo del Corcovado, también en villa Allende, y ahí dejó, a medias, los trabajos, oxidada la estructura, en pedazos y a ras de tierra la figura de Jesucristo.
Ahora es famoso porque en la Cámara de Diputados le han dado con todo los diputados de izquierda y derecha. Acusan de mapaches a la titular de Sedesol, Rosario Robles Berlanga, y al mismo Marcelo Montiel, y piden que cuando menos la ex perredista renuncie, pues ya son dos episodios en que se ve involucrada.
“No te preocupes, Rosario”, le dijo en 2013 el presidente Enrique Peña Nieto, cuando el PAN destapó la cloaca, exhibió audios y videos, pilló en plena faena, planeando cómo robarse las elecciones, a lo más selecto del fidelismo y el duartismo, mapaches todos, ladrones sin vergüenza, Manzur, Pablo Anaya, Zarrabal, y su célebre pandilla.
“No te preocupes, Rosario”, le dijo el cómplice Peña Nieto en un mensaje de impunidad cuando la evidencia dejaba en claro que el regreso del PRI a Los Pinos no fue para que la justicia y la decencia marcaran la ruta a seguir.
“No te preocupes, mapache”, es la voz que espera escuchar Marcelo Montiel, atapado en una acusación que ya está en la Procuraduría General de la República, en la Fiscalía Especializada Para la Atención de Delitos Electorales, en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Marcelo Montiel refuta y disuade. No tendría a quién beneficiar con el robo de los programas sociales y el uso de los recursos de Sedesol, los 500 millones de pesos, pues su gallo para la diputación federal por el distrito de Coatzacoalcos, Víctor Rodríguez Gallegos, su mapache de cabecera, fue vetado por el gobernador Javier Duarte.
Pero su problema es de credibilidad. Marcelo Montiel ha usado siempre los programas sociales para alterar el ritmo de las elecciones. Lo hizo como alcalde de Coatzacoalcos para ser diputado local en 2004. Lo repitió en 2007 para volver a la alcaldía. Lo implementó en 2010 para convertir a Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— en presidente municipal. Lo aplicó en 2012 para hacer de Joaquín Caballero Rosiñol diputado federal. Y lo volvió a hacer en 2013 para llevar a Joaquín de nuevo a la alcaldía.
¿Quiénes son los beneficiarios del uso de los recursos y programas de Sedesol en Veracruz, los 500 millones de pesos de los que habla el senador Alejandro Encinas?
La estrategia proviene de Los Pinos. Peña Nieto requiere de mayoría en la Cámara de Diputados para consolidar sus reformas estructurales. De lo contrario en 2015 terminaría el proyecto peñista.
Veracruz aporta 21 diputados, casi el 10 por ciento de los legisladores de mayoría. Sean fidelistas o duartistas, alemanistas o beltronistas, petroleros o campesinos, todos aportan para el proyecto del presidente.
Sedesol y sus 500 millones sirven para impulsar a los hijos políticos de Fidel Herrera y a los cómplices de Javier Duarte. A ello se suman los diputados plurinominales, priístas y del Partido Verde, cuyo número varía en función de los votos alcanzados.
Dice Sergio Rodríguez, ex líder estatal del PRD, empleado de Javier Duarte en su gobierno, perredista rojo, ahora en plan rebelde, que los 500 millones son para los fidelistas y para el cachorro de Fidel Herrera, Javier Herrera Borunda, candidato a diputado federal plurinominal del Partido Verde.
“Les quitaron a los jornaleros agrícolas, les quitaron los cheques de aquellos que tienen proyectos productivos sociales y le han quitado igual su dinero a quienes han solicitado obras de la SEDESOL, pero hoy el interés general es desviar recursos para que el Partido Verde tenga votación y en la tercer circunscripción entre Javier Herrera Borunda, hijo del ex gobernador Fidel Herrera”, señaló Sergio Rodríguez, según reseña del portal Al Calor Político.
“Creo que queda muy claro quién generó a todos estos políticos que son candidatos. Por eso están pintando de verde el Estado, por eso se ve a Carolina Gudiño, a Erick Lagos, al de Tuxpan, al de San Andrés, a Jorge Carvallo, a Silva Ramos, se les ve de verde porque el jefe de la campaña es Fidel Herrera Beltrán”, agregó.
Repudiado en Cosamaloapan, el feudo del fidelismo, Javier Herrera Borunda no halló ahí eco para ser candidato a diputado federal por el PRI. Apenas asomó, sintió la repulsa popular, el escarnio de los desposeídos, la crítica lacerante, el repudio total.
No lo quieren porque sea Javier Herrera Borunda, pues el joven nada le ha hecho a los veracruzanos. Lo detestan por su padre, por Fidel Herrera Beltrán que acabó con Veracruz, que dejó un boquete financiero, que endeudó como nadie a la entidad, que encabezó a la pandilla depredadora, una banda de corruptos que saquearon al estado, no en uno sino en dos sexenios y que hoy están a un paso de asaltar el Congreso federal.
De algo sirven los 500 millones de pesos. Apuntalan los votos para el priismo en los 21 distritos electorales de Veracruz y le aportan al Partido Verde, que es el satélite a modo del tricolor, los votos para incrementar el número de legisladores en la Cámara.
Ahí, en ese proyecto, va el hijo de Fidel.
Archivo muerto
Jaloneo, desazón, turbio el ambiente en Morena, el partido de López Obrador. Vuelve a las mismas Rocío Nahle García, su candidata en Coatzacoalcos. Desplaza al pejismo, a las corrientes que provienen del PRD, como ella. Les secuestra sus estructuras. Envía a sus operadores, visitan colonias, congregaciones, ejidos. Les hacen saber a los afiliados del Movimiento de Regeneración Nacional que sus líderes naturales, con quien llegaron al PRD y luego se trasladaron a Morena, ya no cuentan. Así va pulverizando la ingeniera química, especialista en el tema petrolero, la base de Morena, que ya se pregunta si Rocío Nahle tiene la misión de ganar o la consigna de perder en la elección del 7 de junio. Suponían los perredistas que en Morena no tendrían cabida los sectarismo de la tribus del PRD, que tanto dañaron la marcha del partido del sol azteca. Y se vienen a encontrar con que con la candidata Nahle es más de lo mismo… No sólo orquesta agresiones a periodistas. Roberto García Alonso tiene un patético historial, su vida pública ligada al sistema político, marcelista y antimarcelista, fiel seguidor de Sergio Vera Olvera en el Registro Federal de Electores y hasta un hecho aberrante: la afiliación de migrantes indocumentados al padrón electoral en octubre de 1993. Su historia es sabida, nada digna de quien hoy como candidato independiente aspira a ser diputado federal por el distrito de Coatzacoalcos. Anduvo en aquel IFE de la colonia de la colonia petrolera donde se organizaban albercadas clandestinas, con la participación de buena parte del personal. Ahí se recuerdan sus excesos en el módulo de afiliación, donde auspiciaba un concurso de sustancias aromáticas. Así de loco andaba Roberto García Alonso, que hoy protesta por la inequidad del debate de candidatos, porque no lo invitaron a participar. El mismo que afiliaba migrantes indocumentados al padrón electoral, hoy pide legalidad… Mínimo 7 millones de pesos anuales son un buen botín. Es lo que se embolsa el CETIS 79, hoy en conflicto porque alumnos y padres, un grupo de docentes tras bambalinas, ya no le pasan ni una más a su director, Javier Evaristo Hernández Rosario. Se embolsa los recursos, vía cuotas semestrales de mil 600 pesos por alumno. Son 2 mil 200 estudiantes, pagadores todos si pretenden cursar la educación preparatoria. Cada semestre ingresan 3 millones 520 mil pesos; o sea, 7 millones 40 mil pesos. Súmese al negocio la cafetería escolar, la venta de plazas de maestro, las dádivas de los docentes para retener su espacio laboral. Y mientras fluye el dinero, el CETIS 79 se cae a pedazos. No hay para reparar aparatos de aire acondicionado; los baños son un muladar; los salones son insalubres. Cuatro veces salieron los estudiantes a ejercer su derecho a la protesta, tomaron la avenida Universidad, bloquearon el tráfico vehicular, se hicieron oír. Evaristo Hernández, el director, les hace saber que ellos pueden ladrar al tiempo que él se mantiene en su hogar, fresco, cómodo, disfrutando de su aire acondicionado, protegido y solapado por la Dirección General de Educación Técnica Industrial, y de la mafia sindical. Una versión acusa que de los 7 millones de pesos, un moche es para el gobierno de Veracruz. ¿Será?… No doblega el gobierno a Alejandro Solalinde. Pueden hostigarlo, cercar a los migrantes, al sacerdote mismo, y no ceja en su misión el coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana del Pacífico Sur de la iglesia católica y director del albergue Hermanos en el Camino. Lo sitió Migración cuando la caravana que integraba el vía Crucis de Migrantes intentó desplazarse por territorio oaxaqueño. Había iniciado el 24 de marzo en Chiapas; llegó a Oaxaca el 31 de ese mes; el 9 de abril intentó continuar hacia la capital del país. Se lo impidió Migración y la Policía Federal, armada, con equipo antimotines, diseminados en poblados por donde se realizaría el trayecto. Habló Solalinde con Ardelio Vargas Fosado, comisionado de Migración. La respuesta retrata el nivel del gobierno peñista: “Ni madres”, dijo Ardelio. Ni madres que les fueran a permitir avanzar, y que quienes los ayudaran serían acusados de trata de personas. ¿Y la ley? ¿Y los tratados internacionales? Diría Solalinde que la política migratoria de Enrique Peña Nieto es la de “un policía con garrote que trata a los migrantes como delincuentes o como terroristas en lugar de tenderles la mano”. Diría también que Ardelio Vargas quería mochada. Pudo romper el cerco Solalinde, mientras el caso avergonzaba nuevamente al régimen peñista en México y el extranjero. Dos días después la caravana llegó al DF, se disgregó y cada migrante tomó su camino. Entonces los reprimió el gobierno. Detuvo a 24 ciudadanos indocumentados, pese a contar cada uno con un amparo federal que impide que ser aprehendidos. El gobierno de EPN violó un juicio de amparo. Hoy Alejandro Solalinde lanza una alerta de género. Asesinan y asesinan mujeres, y el gobierno, por omiso, es culpable. Esa es la lucha de Alejandro Solalinde y ni Peña Nieto ni nadie lo van a doblegar…
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