“Somos prensa, no delincuentes”, gritan los periodistas a las puertas infranqueables de la base de la Policía Estatal, recriminando la paliza, los insultos, el atropello y hasta el robo de su equipo de trabajo a manos de delincuentes con placa, con uniforme policíaco, que reprimen con la venia el gobernador.
“Somos prensa, no delincuentes”, corean por un par de minutos, exigiendo justicia, respeto, castigo a los elementos antimotines que agredieron a Areliz, Mariaidé, Rodrigo, Rafael, José Alberto y Sendic.
Y aunque “somos prensa, no delincuentes”, los delincuentes vestidos de policías siguen felices e impunes.
En vivo, a todo color, la agresión de la policía del gobernador Cuitláhuac García Jiménez inundó las redes sociales, el sábado 3, abiertos los teléfonos y el Facebook, registrando la arremetida violenta de la pandilla antimotines contra ciudadanos que bloqueaban la autopista Coatzacoalcos-Villahermosa a la altura de Nuevo Teapa, y contra la prensa también.
Se fueron contra hombres y mujeres que por 16 horas impidieron el paso de vehículos. Respondían así a la detención de un varón, vecino de la comunidad Las Palomas, a quien la policía le allanó el domicilio, el viernes 2, sin orden de cateo, sin orden de aprehensión, y se lo llevó, acusado de un crimen que dice no cometió.
Enardecidos, los colonos alzaron entonces la voz. Su protesta cundió en los medios y en las redes. Acudieron a las fiscalías, a los cuarteles de policía, y nada. Y se hicieron del control de la autopista.
A la mañana siguiente vino la represión. Hombres golpeados, mujeres golpeadas. Hombres y mujeres subidos a las patrullas. Seis detenidos. Y disparos que detonaban el pánico, todos corriendo, huyendo, intentando evitar una bala perdida. Y la prensa reportando el violento final.
“Somos prensa, amigo —se escucha decir a una de las reporteras en el video—. Están llegando patrullas (…) Están golpeando mujeres. Observen ustedes el actuar de la Policía Estatal”, refiere al tiempo que se escuchan disparos.
“Somos prensa. Estamos trabajando. No estamos interrumpiendo tu trabajo; estamos grabando. Miren cómo están subiendo a las mujeres a la patrulla”.
En ese momento se observa una fila de policías encarando a los reporteros. Uno de los uniformados usa el tolete indicando que se retiren. Otro levanta el rifle apuntando por un instante a los periodistas y de inmediato lo baja. Varios de ellos instruyen a que la prensa se retire. Pero la reportera no deja de grabar mientras prosigue la narración.
“Son más de 20 patrullas las que aquí se encuentran y siguen llegando unidades. Han subido a un caballero. Están golpeando a una mujer. La están subiendo a la fuerza. Han tratado que los medios de comunicación no capten nada”.
Luego cambia el tono.
“Don Rodrigo… —se refiere a Rodrigo Pérez, director de Diario Horizonte, del municipio de Nanchital—. A un compañero le han quitado el teléfono”, agrega mientras corre en auxilio del colega.
Pero no llega hasta Rodrigo Pérez. Dos uniformados se interponen colocando los escudos a centímetros de la reportera. Ella no cede:
“Ustedes pueden observar a la fuerza pública actuando contra los medios de comunicación —agrega mientras los policías avanzan y la repliegan—. Están agrediendo al compañero. Le quitaron su equipo. Por favor devuélvanselo”.
“Somos prensa —vuelve a decir al tiempo que se identifica—. Estamos manteniendo la distancia”.
Y en eso uno de los policías-delincuentes se acerca, se cubre el rostro y de un golpe le tira el teléfono celular. Hasta ahí la transmisión.
Areliz Sosa, corresponsal de Imagen del Golfo, expresó desde un vehículo en el cual se resguardó:
“A tres de nuestros compañeros les quitaron su teléfono y nos empujaron. A su servidora, me quitaron el teléfono, me empujaron y todavía nos estuvieron amenazando porque realizaron disparos al aire libre.
“Fueron elementos varones los que agredieron a mujeres. La Guardia Nacional no nos quiso apoyar. Somos elementos de prensa que servimos a la ciudadanía”.
A Sendic Aguirre, reportero de Liberal del Sur y Radio Hit, no lo golpearon en el operativo de Nuevo Teapa. Solidario con los compañeros de Nanchital, protestaba a las puertas de la base de la Policía Estatal, en Coatzacoalcos, cuando decidió entregar cartulinas con las leyendas de reclamo a un grupo de policías. Uno de ellos, un cobarde uniformado, tomó el casco y lo golpeó en la cabeza.
Sendic Aguirre —apellido del célebre guerrillero uruguayo tupamaro, Raúl Sendic— escribió en su cuenta de Facebook un reclamo al secretario de Seguridad, Hugo Gutiérrez Maldonado:
“Justo cuando creíamos, que los ataques a la prensa se habían quedado atrás con el capitán Tormenta, Arturo Bermúdez Zurita, vienen sus elementos y nos recuerdan lo grave y peligroso que es Veracruz para ejercer el periodismo.
“Cuando golpean a la prensa por hacer su trabajo, es porque ustedes hacen mal el suyo y quieren esconder a punta de macanazos las deficiencias y cobardía que hay en la corporación.
“Quienes nos dedicamos a reportear, no tenemos escudos para protegernos, pero contamos con la plumas para defendernos. Si golpean a uno, nos golpean a todos.
“Nuestros compañeros y compañeras acudieron a tomar nota de lo que ocurría en el desalojo, no a agredir a los elementos de seguridad, y las instrucciones eran de golpearlos y quitarles los celulares.
“Esperamos no sólo una disculpa o un comunicado, sino que recapacite y capacite a su personal, para que sepan que los reporteros somos seres humanos y tenemos derechos, que solo hacemos nuestro trabajo de informar a la sociedad.
“3 de julio de 2021, otro día nefasto para la libertad de expresión en Veracruz.
“Somos prensa, no delincuentes, no se le olvide”.
Dice bien Sendic Aguirre. Se creía que los ataques a la prensa habían quedado atrás con el Capitán Tormenta Arturo Bermúdez, en los días en que el duartismo hostigó a periodistas, los estigmatizó, los hizo vulnerables y la violencia los atrapó con saldo de 17 comunicadores asesinados.
Hugo Gutiérrez quiere un ascenso. Pretende pasar de Comandante Pistolas a Capitán Tormenta remasterizado. Y como Bermúdez, pega y soba. Se disculpa y vuelve a reprimir.
Llegó a Coatzacoalcos el jueves 8. No se reunió con el gremio de prensa en pleno sino con los seis agredidos. Su acto de contrición fue una mofa a la decencia. Ofreció respetar el trabajo de los periodistas y capacitar mejor a los elementos de la corporación. Hasta ahí.
El comunicado de la SSP es infame. Al hostigamiento, agresión, robo de equipo, amenazas y hasta disparos al aire, Hugo Gutiérrez le llamó “afectaciones”.
Y se comprometió a “delinear acciones para fortalecer la colaboración entre autoridades y representantes de los medios de comunicación, con el fin de evitar restricciones en el ejercicio de la labor periodística”. ¿Evitar restricciones o violentar la libertad de expresión?
Han sido 31 meses de abuso y atropello, de fabricar delitos, de sembrar armas y droga, de atropellar, de reventar bloqueos a tiro limpio, con gas lacrimógeno, con violencia desmedida.
Van 31 meses y la prensa vive bajo amenaza. No la prensa lacaya, los serviles de Cuitláhuac, los mancebos de Eric Cisneros, secretario de Gobierno, y de Hugo Gutiérrez. Esa prensa cuida el botín. Prensa mugre. No merece llamarse prensa.
La prensa crítica, los reporteros que cubren conflictos sociales, los que los que hurgan y encuentran, sabe que en cualquiera embestida de la delincuencia policíaca pueden morir.
Llega Hugo Gutiérrez a Coatzacoalcos, matiza y se va. ¿Y la identidad de los policías violentos, los que agredieron a los compañeros de prensa? Urge saber su identidad para que surta efecto la denuncia penal, se les procese y que sean expulsados del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Lo demás es maquillaje y rollo de Hugo. Así ocurrió con la golpiza a residentes norteamericanos que llegaron a pasar las vacaciones en Actopan y terminaron encarcelados luego que la Fuerza Civil los golpeó y les sembró armas. Intervino la embajada y se disculpó pero encubrió a sus esbirros.
O sea, te agredo, te robo, me disculpo y que siga la represión.
Archivo muerto
El Clan de los Sobornos sigue creciendo. Otro miembro, Martín Jesús López Obrador protagoniza el nuevo video, pillado cuando David León Romero le unta la mano con 150 mil pesos. Del catálogo de Carlos Loret de Mola en Latinus, la nueva entrega hace añicos el discurso mareador del presidente Andrés Manuel López Obrador, que se ufana, se jacta, se infla pregonando que su máxima es el combate a la corrupción. Ajá. Como Pío, su otro hermano, ahora Martinazo, como le llaman al menor de la dinastía, aparece con los billetes en la mano, suscitando el escándalo, la condena, la burla y el azoro popular. Con Pío, dijo Andrés Manuel que se trató de “aportaciones” para Morena. Con Martinazo, según la coartada obradorista, se trata de un préstamo otorgado por David León, entonces operador político del ex gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello. ¿Préstamo? ¿Quién otorga un préstamo y graba el hecho, tratándose de un acto de buena fe? ¿Quién otorga un préstamo, que sería de 167 mil pesos, y en ese momento se autopresta 17 mil, como hace David León, para sólo entregar 150 mil pesos? Pero como no cuaja la versión, Andrés Manuel intenta matizar aduciendo que Loret de Mola exhibió el video como respuesta a la aprehensión del ex jefe de la Policía Federal, Luis Cárdenas Palomino, implicado en el montaje de la detención de la banda de los secuestradores encabezada por Israel Vallarta, cuya supuesta novia, Florence Cassez, generó la intervención del gobierno francés y la revelación de que todo fue actuado y que la detención fue ilegal. El tema no termina en Pío y Martinazo. Se sabe que hay más videos que exhiben al Clan del Soborno en plena acción, los López Obrador en el tráfico de billetes para Morena en 2015. Y el presidente resistiéndose a admitir que su cuento del combate a la corrupción no lo creen ni los López Obrador… A salto de mata, fuera de México, Miguel Alemán Magnani evade una orden de aprehensión. Lo acusa la Fiscalía General de la República, a pedido del Servicio de Administración Tributaria por evasión fiscal de 65 millones de pesos. Se cimbra el jet-set nacional, la clase opulenta de Veracruz, aquellos que vieron a su padre, Miguel Alemán Velasco, caravanearle al presidente Andrés Manuel López Obrador al integrarse al Consejo de Asesores del mandatario entrante. Luego de tronar Interjet, con adeudos fiscales, adeudos de servicios aeroportuarios, un conflicto laboral, y la compra accidentada de Grupo Radiópolis, incluidos los grupos de choque para hacerse del control de la empresa, hoy Miguel Alemán Magnani enfrenta una orden de aprehensión. Su padre, Alemán Velasco, no es sujeto de cárcel por su edad, 89 años, pero se le recuerda cuando dejó el gobierno de Veracruz, con un préstamo de último momento de 3 mil 500 millones de pesos, y luego surgió la línea aérea Interjet. Se creyeron amigos del presidente pero el verdugo de palacio no se sacia con nada… Fuera de sí, Carlos Vasconcelos vio el desolado escenario de la colonia Puerto México. Sólo cinco acudieron al llamado del PRI. Sólo cinco ciudadanos respondieron a los operadores. Sólo cinco votarían por el líder cetemista, entonces candidato a alcalde de Coatzacoalcos, derrotado en la elección del 6 de junio. Aquello fue una señal: o Vasconcelos no enganchaba con los votantes o Daniel Ixtepan, operaba en contra. Ixtepan fue excluido del equipo priista y luego se anunció su expulsión del tricolor. Aquellos que alardeaban que Carlos Vasconcelos ya tenía segura la presidencia municipal se tragaron la premonición y la vergüenza. El PRI es una marca fallida, sinónimo de agandalle, de saqueo y corrupción. El PRIANRD hoy está peor que hace cuatro años. Y no ganará ninguna contienda mientras no se dé un relevo generacional… Genio y figura, dice el refrán, hasta la sepultura. Culminó la elección y el Partido del Trabajo en Coatzacoalcos quedó a deber. Literalmente, quedó a deber. A sus representantes de casilla y representantes generales les ofreció un pago de mil pesos por la vigilancia de la elección del domingo 6. Les pagó 800 pesos, aduciendo que los otros 200 los retendría por el gasto de combustible de los vehículos en los que se les transportó. Hubo una veintena de inconformes pero se estima que son muchos más. Confrontaron al líder local del PT, Guillermo López, y su respuesta fue que se conformaran con los 800 pesos. El arte de transformar… Una ráfaga sobre la fachada del restaurant Capital lleva a rememorar que a ese inmueble, con el nombre de Port House, cuatro años atrás, solía acudir el Comandante H, Hernán Martínez Zavaleta, jefe zeta del sur. Libaba y socializaba con los Chagra y otros amigos hasta su aprehensión en julio de 2017, luego una serie de vendettas. Este lunes 5, a eso de las 2:30 horas, 10 balazos calibre 9 milímetros dieron contra los cristales y fachada de concreto. Capital se ubica sobre el malecón costero de Coatzacoalcos. Otros bares y centros nocturnos han sucumbido a la extorsión y al que se niega, lo consume el fuego. Y el gobierno en Babilonia, dejando que la delincuencia reine…
Fotos: E-Consulta, Cortesía, Video Areliz Sosa