* Alcaldes toman sede de gobierno * Reclaman partidas federales retenidas * Flavino, rey sin corona * Yunes Márquez dispara parejo * Américo, Pepe, Héctor, traidores * Implacable con quienes fueron implacables: MAYL * Congela PGR cuentas de Tony Macías * Azuela ya no quiere carnaval * ¿Y cuando era su negocio? * Borrachazo de Felipe
Caóticos, los últimos días del PRI en Veracruz: su gobernador, Javier Duarte, prófugo de la justicia; Flavino Ríos, que maniobra en la agonía sexenal, y los alcaldes apoderados del palacio de gobierno porque les roban el dinero de sus municipios.
Hace agua la nave insignia de la corrupción, el barco a la deriva, sin rumbo en los días finales del duartismo, inédito el escenario porque nunca, ningún priista de las cumbres o de los llanos habría imaginado que el palacio de gobierno de Veracruz terminaría siendo tomado por la oposición.
Sábado 29. Una decena de alcaldes perredistas irrumpen en el palacio de gobierno. Reclaman la liberación de las partidas federales que retiene el gobierno estatal desde los tiempos recientes en que Javier Duarte de Ochoa gobernó Veracruz.
Despliegan mantas. Acusan la corrupción que dejó secas las arcas públicas y exigen freno al saqueo. Decretan que el gobierno de Veracruz ha sido clausurado.
“Ante el saqueo que impera en Veracruz, alcaldes del PRD permaneceremos en este recinto hasta que sean depositados los recursos del pueblo”, dice la manta que cuelga del balcón central del palacio de gobierno.
Ahí, donde se sacralizaba al gobernante en turno, donde presidentes de México mostraron su poder, el balcón en que se vio a Murillo Vidal, a Hernández Ochoa, a Acosta Lagunes y Gutiérrez Barrios, a Dante y a Alemán, a Chirinos con Salinas de Gortari para frenar a los grupos beligerantes, ahí cuelga una manta con la leyenda “Clausurado”.
Es la humillación al PRI y al sistema que apuntaló a Fidel Herrera y a Javier Duarte, protagonistas de la docena trágica que provocó la quiebra financiera del gobierno, el endeudamiento descomunal, la corrupción demencial, el pacto con el crimen organizado.
Hay reclamo por lo suyo y también filo político. A Flavino Ríos, el falso gobernador, tácitamente lo echan del poder, confinado a refugiarse en Casa Veracruz, la residencia oficial, pero más allá lo destrozan, lo reducen a la condición de paria del priismo, pues nunca un gobernador había sido despojado del sitio en que debía despachar.
Arman show los alcaldes, primero los perredistas, luego panistas, priistas, de Partido del Trabajo, Movimiento Ciudadano y AVE, hasta Paul Martínez Marié, yunista rojo de Perote que no se intuye si fue ahí a espiar o a luchar porque los recursos aterricen.
Tras bambalinas se sabe que la otra intención es amarrar, atar las manos sucias del duartismo que ya destruye evidencia del atraco a las arcas del gobierno de Veracruz.
Son 3 mil 300 millones los que hay en juego, recursos de origen federal retenidos por la pandilla duartista y no trasladado a los municipios como ordena la ley Y lo peor que es así lo reconoce el gobierno de Veracruz. ¿Sabrá que esa retención es equiparable a desvío de recursos públicos y que amerita cárcel para el secretario de Finanzas y Planeación, Antonio Gómez Pelegrín, y su jefe, el gobernador, el que anda de pelada, Javier Duarte, y el que gobierna sin oficina, hasta en las banquetas, Flavino Ríos.
Horas después se viraliza una fotografía: es Gómez Pelegrín dormido en su silla, la cabeza recargada hacia atrás, mientras los alcaldes del PRD dialogan.
Y es peor aún la difusión de un video en que Gómez Pelegrín admite que las partidas federales fueron retenidas y desviadas. Uno de los alcaldes le increpa. El uso de los recursos federales hacia otros fines, es violentar la ley.
“En parte podría establecerse así —responde Gómez Pelegrín—, pero cuando hay una obligación legal por parte del estado de garantizar paz, seguridad y tranquilidad pública, se tiene que tomar”.
La confesión es gravísima. Ya antes, en el noticiario Despierta de Carlos Loret de Mola, el 12 de octubre, Javier Duarte había reconocido que las partidas federales eran destinadas a un uso distinto al que estaban programadas, entre ellas los recursos para la Universidad Veracruzana y los ayuntamientos. Ahora lo admite el titular de Finanzas.
Maniobrero como es, Flavino Ríos había prometido que acudiría a palacio de gobierno. Ofreció estar ahí, el lunes 31, a las 10 en punto de la mañana. No llegó. Se reunió con alcaldes priistas y de partidos satélites del PRI. A ellos, por lacayos y serviles, sí les trasladaría los recursos federales. O sea, Flavino también delinque.
Su “ayudadita” de 11 mil millones de pesos para concluir el último mes de gestión no aterriza, desoído por el gobierno federal, pues a quién se le ocurre que a una pandilla de ladrones que roba y saquea se le va a dar el postre del banquete.
Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde de Boca del Río, dispara parejo. Le da a Flavino y también al alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez; a los senadores priistas José Francisco Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa; a Javier Duarte, a salto de mata el ex gobernador porque robó a placer.
Dos caras, o sea Américo Zúñiga Martínez, alcalde de Xalapa y presidente de la Federación Nacional de Municipios de México, había expresado el domingo 30 su respaldo a los ediles apoderados del palacio de gobierno. En su cuenta de Twitter escribió:
“Las manifestaciones de mis compañeros alcaldes tienen todo mi apoyo y reconocimiento. Son un acto de justicia”. Y luego se prestó a organizar la reunión de alcaldes priistas —algunos acusados de saqueo a sus tesorerías, de inventar obras inexistentes, de pagarle a empresas fantasma, de inflar nóminas— para atenuar el impacto de la toma de palacio a manos de los ediles perredistas, panistas, del PT, Movimiento Ciudadano, AVE y uno que otro priista.
Lo suyo es mascarada. No alzaron la voz esos alcaldes por los recursos robados, por la corrupción de Javier Duarte y los 40 ladrones, no acudieron a la vía legal, y ahora montan la tramoya, elevan el telón, actúan.
Lucran Pepe y Héctor Yunes con el desvío de recursos. La treta es obvia. Concentran a los alcaldes, encaminan su gestión y que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público les traslade directamente las partidas federales. Y el PRI obtiene rentabilidad política.
Sábese que fue la SHCP, en manos del priista Luis Videgaray —y con él el refinanciador de la deuda veracruzana, Pedro Aspe—, la que solapó el endeudamiento de Veracruz, la que encubrió a Javier Duarte, la que pese al caos financiero y el desvío de recursos, continuó depositando en las cuentas del gobierno estatal las partidas federales que no llegaron a los municipios.
SHCP es parte del problema y ahora, por gestión de Pepe y Héctor Yunes, sería la solución. Ajá.
Se les va encima Yunes Marquez, alcalde de Boca del Río.
“Ya Américo Zúñiga —señala— había salido diciendo que apoyaba el movimiento y que iban también a unirse y que iban a exigir la reintegración de los recursos a los ayuntamientos, pero pues ya nos dimos cuenta que era pura farsa, que era nada más seguirle el cuento a Flavino Ríos, y bueno, es un farsante Américo. Fueron a firmar un papelito en donde se comprometen a pagarles un mes de lo que les deben, es decir, fueron a doblar las manitas los alcaldes del PRI con Flavino.
“Qué vergüenza me das Américo Zúñiga, qué vergüenza me dan todos los que fueron, pura mentira de que son de otros partidos, fueron nada más del PRI y ni siquiera muchos, entonces ojalá dejemos ya las simulaciones y podamos resolver esto.
“Aquí los alcaldes, los verdaderos alcaldes que están viendo por su gente estamos en Palacio de Gobierno, estamos esperando que venga el cobarde de Flavino Ríos a darnos la cara y a solucionar nuestros problemas.
“Esas reunioncitas en Casa Veracruz, con manteles y copas no son para nosotros.
“Todo esto está pasando porque el dinero se lo robó Duarte, porque se lo robó Flavino y porque esos recursos tenían que haber llegado a los ayuntamientos para darte el servicio a ti y a la gente que lo necesita.
“Ahora también a esta famosa reunioncita de alcaldes priístas llegan Pepe Yunes y Héctor Yunes, y ahora a 29 días de dejar el poder, casualmente ahora quieren apoyarlo, ahora casualmente quieren pedirle a la federación que los recursos ya no lleguen por el Estado sino que lo manden directamente a los municipios. Qué casualidad, por qué no lo hicieron desde el principio de la administración de Duarte. ¿Saben por qué? Porque Pepe Yunes y Héctor Yunes también son unos solapadores de Duarte y de Flavino. Qué vergüenza tener dos senadores así, qué vergüenza.
“Nosotros de aquí no nos vamos a mover, aquí vamos a seguir. Vamos a seguir exigiendo que se respeten los derechos de los Ayuntamientos, de los municipios y que ese dinero que se robaron lo regresen, que ese dinero que no le están dando a los ayuntamientos regrese para que tú puedas tener medicinas, para que puedas tener apoyos, para que puedas tener una vida mejor y que los veracruzanos tengan un estado del cual los veracruzanos se puedan sentir orgullosos.
“Qué vergüenza Flavino, cobarde, tramposo, solapador. Qué vergüenza tener a alguien, aunque sea interino, a alguien así como gobernador.
“Qué vergüenza Américo Zúñiga, de veras, cómplice tú también, que vergüenza para los xalapeños tener a un alcalde así: cómplice, farsante, fuiste a doblarle las manitas a Flavino. Qué vergüenza.
“Qué vergüenza tener dos senadores como Pepe y Héctor y Yunes. Qué vergüenza. Solapadores del sistema, tramposos, corruptos, iguales que ellos.
“No lo vamos a permitir, Nosotros aquí vamos a estar, aquí siguen los alcaldes, que realmente quieren hacer algo por su pueblo. Aquí vamos a estar y no nos vamos a dejar.
“Tramposo y cobarde Flavino, ven a darnos la cara”.
Inédito, el episodio es el colofón del caos duartista, la síntesis del saqueo y el desorden administrativo, con un boquete financiero que nadie atina a cuantificar, que se sabe son 45 mil millones, o 130 mil millones, o 180 mil millones, entre deuda a bancos, bursatilizaciones, deuda con proveedores, deuda con instituciones, y los 35 mil millones que debe resarcir al gobierno federal por no recursos no aplicados, mal aplicados o malversados, según dictamen de la Auditoría Superior de la Federación y 53 denuncias interpuestas ante la Procuraduría General de la República.
Fin amargo para el priismo que deja el gobierno de Veracruz, quizá para siempre, y protagoniza el peor de los espectáculos. Nadie impidió que los alcaldes tomaran el palacio de gobierno y echaran a Flavino Ríos hasta confinarlo en Casa Veracruz. Nadie supo cómo neutralizar la toma del poder. Nadie pudo con la ira y el repudio popular.
Tres episodios resumen el caos: Javier Duarte, prófugo de la justicia; Flavino Ríos, maniobrando en la agonía del poder perdido, y el palacio de gobierno en manos de los alcaldes de oposición.
Hasta del palacio de gobierno los echaron.
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Archivo muerto
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Otra vez la sentencia yunista: será implacable la ley con quienes fueron implacables con el pueblo de Veracruz. Al gobernador interino, Flavino Ríos Alvarado, lo define Miguel Ángel Yunes Linares como “cómplice de la banda que llevó a Veracruz a la crisis; no tiene autoridad moral para responder a los reclamos de quienes han sido atropellados en sus derechos”. Y luego lo exhortó “a que dé la cara y enfrente la situación. Si su condición de cómplice le impide hacerlo más valdría que lo reconozca y tome las decisiones consecuentes. Veracruz no merece vivir lo que está viviendo”. Hablaba el gobernador electo en el anuncio de los 15 equipos que realizarán la entrega-recepción del gobierno de Veracruz. “Muchos años anunciamos que esta situación de crisis severa llegaría —dijo—; hoy que está presente. Me comprometo a apoyar en todo y con todo para contribuir a su solución, pero sobre todo a apoyar quienes legítimamente encabezan estos reclamos y a castigar de manera implacable a quienes actuaron con vileza en contra de los veracruzanos”… Punto central en el embate a Javier Duarte, es Tony Macías. Sobre el suegro incómodo y su esposa María Virginia Yazmín Tubilla Letayf, dirige acciones la Procuraduría General de la República, que ya congeló dos cuentas bancarias. Según el periódico Reforma, la La Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delitos Federales (SEIDF) aseguró las cuentas de ambos como parte de la investigación FED/SEIDF/UEIDFF-VER/0000691/2016. Fue notificada la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y se inmovilizaron las cuentas 60505171537, a nombre de Tubilla Letayf, en Banco Santander, y la 60505171540 de Macías Yazegey en la misma institución financiera, así como la 0091390230201, en Banco del Bajío. Hubo un intento de amparo pero el juez décimo de distrito en Veracruz, Fidel Quiñones, no lo concedió bajo el argumento de que “conceder la suspensión implicaría contravenir disposiciones de orden público (…) porque dicha actuación deriva de una investigación por la posible comisión de delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita”. Le seguirán acciones sobre terrenos, casas y otros capitales. Simultáneamente vendrá otra embestida sobre el resto de la familia. “Al ladrón, al ladrón”, gritaba el ex gobernador Javier Duarte, y el ladrón resultó él… ¿De cuál toma Andrés? ¿O de cuál fuma? Ya no es Andrés Azuela Berchelman presidente del Carnaval de Coatzacoalcos y ahora insta a que el evento sea cancelado y sus dineros destinados a “infraestructura médica y educativa para nuestra gente de Coatza”, y acusa que en el ayuntamiento hay “aviadores” que deben ser eliminados de inmediato. Se cae el Festival Internacional de la Salsa por falta de recursos y quiere Andrés Azuela que ya no haya más carnaval por los altos índices delictivos, porque los malosos llegan y “roban, secuestran gente y desaparecen jóvenes”. O sea que mientras tuvo el evento en sus manos —y en sus bolsillos— que siga la sangre. Lo chisparon por acuerdo de cabildo y eso derivó en un conato de bronca con el regidor José Antonio Chagra Nacif, el único que lo enfrentó en su restaurant El Trocadero, cuando disparaba habladas y más habladas cuando se enteró que su incursión en el Partido Verde Ecologista de México en calidad de candidato suplente a diputado local, había sentenciado sus días al frente del carnaval. Anda en rebeldía. Ahora sólo falta que lo boten de la Expo Feria para que hable con provecho… Borrachazo con intento de huida, arresto ciudadano, altanería y soberbia. Lo protagoniza Felipe Hernández Pulido, regidor municipal, que mínimo debiera ser ejemplo de respeto a la ley. Impactó su vehículo, una camioneta Gran Cherokee, color plata, la noche del 26 de octubre, contra una unidad de Grúas Vázquez, en la avenida Díaz Mirón, en la colonia María de la Piedad, en Coatzacoalcos. Felipe Hernández intentó huir cuando empleados del negocio y vecinos se lo impidieron. Dos días más tarde, cuestionado por la prensa, exhibió altanería. Dijo que el incidente ocurrió y que se arregló con el afectado. Le preguntaron sobre el estado de ebriedad y se retiró indignado. Al día siguiente, ufano, crecido, se dejó ver en un nuevo auto, a todo lujo, porque si algo le sobra al regidor e hijo del líder petrolero de la Sección 11, Ramón Hernández Toledo, es dinero. Soberbio don Felipillo cuando lo que mereciera sería la cancelación de su licencia de manejo y sus reglamentarias 36 horas de cárcel. Ebrio al volante, peligro constante. Se arregló por los daños causados a una grúa. ¿Y cuando cercene una vida por conducir bajo los efectos del alcohol? ¿También lo va a reparar con un arreglo?…
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Foto: Noreste