* La gobernadora se tuvo que retractar * Sí es violencia electoral * Nexo Morena-crimen organizado, punto clave * Matan a Yesenia y no hay duelo político * PVEM en campaña paralela * Indira Rosales, un desastre * Veracruz será para Morena * Pedro Miguel, usado por Desales, Silviano y Córdova
Con palos de ciego –ciega en serio–, Rocío Nahle enfrenta la violencia de los cárteles, la violencia electoral, candidatos asesinados, crisis de gobernabilidad, el atropello policíaco y un secretario de gobierno, Ricardo Ahued, inservible.
La cimbra el crimen de Yesenia Lara Gutiérrez, y antes el de Anuar Valencia, y una zacapela a tiros en Boca del Río, y un degollado en Nanchital, y un empresario a punto de ser secuestrado en Isla, y la sangre, las amenazas, los inicios de un incendio que va a devorar a Veracruz.
Había profetizado la Nostradamus de Zacatecas que no habría violencia electoral, descartando “focos rojos”, trivializando las advertencias del PRI y Movimiento Ciudadano, desdeñando el miedo, minimizando las renuncias de aspirantes y candidatos, imputándole a la oposición una “campaña de pánico” –sólo de pánico, nada real– porque en Veracruz puede pasar todo y, según Nahle, la ilusa de Río Grande, no pasa nada.
Pero la realidad le secó la lengua. Los candidatos muertos son de Morena. Los ex candidatos muertos son de Morena. Los aspirantes muertos son de Morena. Y también de la oposición.
Y así la profecía de Nostradamus Nahle falló. Hay focos rojos por todo Veracruz y una ausencia de gobierno brutal. Hay violencia pero no hay gobernadora. Hay conflictos pero no hay secretario Ahued, ni Seguridad Pública. La inutilidad es pareja.
Hay un poder, el de los criminales, que opaca y achica a la química Nahle, barrida por la delincuencia, rebasada por los cárteles, hecha trizas por el fuego de las armas, el olor a pólvora y por el dolor por los muertos.
La pitonisa de Zacatecas se imagina inteligente. Se ostenta sagaz. Se asume con agallas para enfrentar la violencia a salivazos, a punta de alardes, imaginando que a los cárteles se les extingue con el rollo con el que suelen marear a los de la Narco4T.
Los malosos hablan el lenguaje de las balas y suelen callarle la boca a políticas de nuevo cuño, limitadas como Nahle, rolleras, que como su mentor, el mesías López Obrador, sienten que su mundo imaginario es real.
La charada de inicio de año muestra a la gobernadora viviendo en su mundo de fantasía. El 8 de enero soltó la primera profecía: no hay focos rojos en Veracruz.
A menos que la sangre tenga otro color, cuatro meses después Veracruz es rojo. Hierve por el calor de la metralla, el crimen de políticos.
La violencia electoral es peor. Rocío Nahle la combate con cuentos y mentiras, imaginándose que los narcos huyen cada vez que abre la boca, que dejan las plazas cuando Nostradamus Nahle predice su extinción.
Otra fecha: 7 de abril. Ese día, la pitonisa auguró que no habría violencia en las elecciones.
Admitía que cinco candidatos del partido Movimiento Ciudadano habían recibido amenazas y que se les daría protección. MC diría horas después que no eran cinco sino ocho. Y así la cifra creció hasta alcanzar 57 candidatos –y contando– de todos los partidos demandando seguridad.
La violencia electoral detonó el día que iniciaron las campañas, 29 de abril. A Germán Anuar Valencia Delgado, candidato de Morena a la alcaldía de Coxquihui, lo mataron en su búnker. Se refugió en su casa de campaña y ahí lo ultimaron.
Y el domingo 11 de mayo, por la noche, Yesenia Lara Gutierrez, candidata a la alcaldía de Texistepec, fue asesinada al concluir su jornada de campaña.
Los sicarios se acercaron. La saludaron. Fingieron ser simpatizantes. Cuando la tuvieron a modo, desenfundaron las armas y segaron su vida.
Han caído otros candidatos, aspirantes, un diputado federal. Los han matado.
Han denunciado amenazas los candidatos de todos los partidos. A 57 se les han brindado protección. Es la cuarta parte de los 212 candidatos que contienden por las alcaldías.
Vapuleada por la realidad, Nahle admitió –mayo 12– que sí hay violencia política. Ya no es una “campaña de pánico” desatada por la oposición, como había acusado.
Pero entonces le brotó lo mañosa. Dice Nahle que Morena pasó por un filtro a sus aspirantes. Los purificó. La oposición, no.
“Y a todas esas personas –dijo– el CEN los desechó, al menos en Morena; en los demás partidos no sé si lo hicieron o no.
”Pero sí hay generadores de violencia en otros partidos que están activos, participando políticamente con antecedentes”. ¿Y por qué no los detiene la Fiscalía?
La torpeza de Rocío Nahle para mentir es digna de análisis. La Fiscalía de Veracruz investiga el crimen de Germán Anuar Valencia, candidato de Morena en Coxquihui, imputándole que estuvo involucrado en el asesinato de dos personas. O sea, un generador de violencia bajo las siglas Morena.
Morena, en Coxquihui, ha postulado candidatos de la banda delincuencial de Los Pelones, incluido su líder, Reveriano Pérez Vega, actualmente en prisión, en Puebla. Anuar Valencia tenía ligas con esa organización, según la propia Fiscalía de Veracruz.
Hay candidatos de Morena relacionados con el huachicol –Sayula–, lavado de dinero –Córdoba–, narco y extorsión. Pero la gobernadora sostiene que pasaron el filtro.
Rocío Nahle sume a Veracruz en la ingobernabilidad. Y su secretario de Gobierno, Ricardo Ahued, es un florero más. Ahued ve el lodazal y opta por callar, como cuando estuvo en la Dirección de Aduanas y comenzaba el huachicol fiscal. Es cómplice por omisión.
Los cárteles mandan. Y tienen sus candidatos. Y la Narco4T se alinea. Y les paga favores. Y tiene su bendición. Y si no, los matan.
Reina el caos en Veracruz, la presión de la delincuencia, y Nahle termina lanzando un SOS a Sheinbaum y a Harfuch, que envían el aparato policíaco para parar tanto crimen.
Decía que no había “focos rojos” y la violencia la comenzó a devorar.
METADATO
El luto brilló por su ausencia. El duelo no se vio. Aún se velaban los restos de Yesenia Lara Gutiérrez y los candidatos seguían en campaña. Resonaban los disparos, los gritos, los lamentos, captados en videos que no dejaban de circular, de estremecer, de sacudir las redes sociales, los medios, los portales periodísticos, y los candidatos ni se inmutaban. Mínimo, debieron guardar un día de duelo. Simplemente como señal de respeto. Mínimo, lo debieron hacer los candidatos de Morena. Yesenia Lara competía bajo las siglas del partido guinda a la alcaldía de Texistepec, siendo acribillada la noche del domingo 11 cuando concluía una jornada de su campaña. Con ella murieron cuatro personas más. Pero en Morena les valió. Un día después, los candidatos acudían a colonias, a tirar rollo, a prometer sueños, a marear a los electores. Morena debió respetar la memoria de Yesenia Lara… A Flor del Carmen González González se le están alineando los planetas. Un día coordinó el apoyo del Partido Verde Ecologista de México a Pedro Miguel Rosaldo García en Mundo Nuevo, y le salió bien. Lidió con el bloqueo de Morena, con los operadores del “palurdito” que cercaron a los pevemistas y los alejaron del candidato, y aún así ahí la lleva. Aquel ha sido uno de los contados actos de campaña en que el morenista Rosaldo ha tenido más gente espontánea que sus acarreados de cabecera. Y eso lo lograron Flor González y su equipo –Álvaro Lara, Noé y Javier Pola, Daniela Cisnero e Isaac Obed Guzmán Carrera, entre otros–. Flor del Carmen González va como candidata del PVEM a regidora primera. Y a partir de aquel evento en Mundo Nuevo, el Partido Verde hace campaña sin Rosaldo a su lado pero promoviendo su imagen, sin los colores de Morena, sin los lodos de Morena, sin la pandilla del alcalde Amado Cruz Malpica que ahora no suelta a Pedro Miguel Rosaldo porque así son los cómplices políticos. Flor del Carmen y el PVEM buscan el voto donde Morena nunca va a entrar… Rosa María Hernández Espejo ya es la obsesión de Indira Rosales. La cita, la invoca, la menciona, la increpa una y otra vez y lo único que logra es que la candidata de Morena al ayuntamiento de Veracruz esté en la mente de todos los electores. Indira Rosales San Román, egresada del yunismo, candidata del PAN, se enfila a una derrota brutal. Será el fin del reinado del yunismo en Veracruz Puerto. Será lección a la ex senadora panista que se olvidó de trabajar su parcela, de caminar con los pobres, de formar cuadros y expandir la base electoral. Su mejor puntada, hasta ahora, es hablarle con tono fraterno a los morenistas que Morena ha ninguneado, a los que debiendo ser regidores tuvieron que dejar pasar a priistas –Anilú Ingram y José Ricardo Ruiz Carmona, entre muchos– a la hora de arrebatar la candidatura. Tanto cariño al morenismo ni Indira se lo cree. El discurso es falaz. Ya tuvo que incorporar a Elías Assad, vocero de los Yunes y de la alcaldesa Patricia Lobeira, a su campaña. Pero Elías no hace milagros. Medios, portales y hasta opinadores digitales del puerto de Veracruz no cesan en señalar y advertir que la campaña de Indira Rosales San Román es un desastre. Y la fallida estrategia de golpetear a Rosa María Hernández Espejo lo único que provocó es que hoy los jarochos tengan en la mente a la morenista y den por descontado que arrasará en la elección por el puerto de Veracruz. Quién lo iba a pensar. Indira Rosales será quien pegue el último clave el último en el ataúd de los Yunes, sus mecenas… Lo que es la audacia. Silviano Delgado y Lalo Córdova usan el nombre de Pedro Miguel Rosaldo para treparse hacia el control de los deportistas de Coatzacoalcos. Cursaron invitaciones para un encuentro con el candidato de Morena a la alcaldía en el Salón del Suterm, la tarde de este viernes 16, donde ambos eran los “convocantes”. Sólo que Pedro Miguel Rosaldo García y su equipo cercano ni idea tenían del rol que Silviano y Córdova habían asumido. El encuentro de Rosaldo con deportistas es parte de la agenda del morenista, pero no a iniciativa del par de audaces. Es la disputa por la Dirección Municipal del Deporte si Rosaldo gana la elección el 1 de junio. La Dimude es un tesoro, un negocio que se mide en millones de pesos. Tan es negocio que el ex titular de la Dimude, Jesús López Desales, intenta volver, así pese sobre él una denuncia por actos de corrupción, radicada en la Contraloría Municipal del ayuntamiento de Coatzacoalcos, literalmente un “cobro de piso” en el que participaba un sicario-periodista de Diario del Istmo que era el que cobraba las cuotas mensuales. Por lo pronto, a Pedro Miguel Rosaldo lo usan como señuelo para atraer deportistas y que le deba el favor a Silviano Delgado y Eduardo Córdova, ambos ex glorias del futbol nacional. En lo que vinieron a parar…
Fotos: La Silla Rota, XEU, Maya Comunicación